La Empresa Pública Yachay mediante la gestión realizada por el Centro Cultural “La Voladora” potencia el arte y la cultura en la población de las comunidades y parroquias aledañas al proyecto Ciudad del Conocimiento, en San Miguel de Urcuquí, provincia de Imbabura.
Ubicado en la hacienda Santa Isabel del cantón Urcuquí, “La Voladora” organiza diversas actividades. Un claro ejemplo es el taller de danza que tiene alrededor de 200 niñas, niños, jóvenes y personas de la tercera edad con las dinámicas y alegres clases que rescatan los principales ritmos ancestrales.
“Enseñamos los ritmos como mapalé, andarel, fandango, bomba, san juanitos, bailes de Saraguro, bailes de Cañar, tonadas de Chimborazo y hay muy buena aceptación en los participantes”, indica la instructora María Augusta Escobar.
Pobladores de la Ciudad del Conocimiento Yachay y las zonas de influencia llegan con la finalidad de divertirse y saber más sobre los ritmos que comentan los abuelitos. Personas de San Blas, Tumbabiro, San Vicente, Las Mercedes, El Puente, Tapiapamba, entre otros, esperan a una cuadra del parque central de Urcuquí el transporte que les lleva al salón del centro cultural.
Luego toman fachalinas y diademas que les provee el centro y se ubican en un espacio amplio y comienzan a seguir cada uno de los pasos de su maestra con ese fondo musical ecuatoriano que ha persistido por generaciones.
Horarios
Los horarios presentan diferentes opciones para la accesibilidad de la población. Para las niñas y niños, los martes y miércoles de 13:30 a 15:30, los jueves y viernes de 15:30 a 17:00, y los sábados de 09:00 a 10:30.
Para los jóvenes, los martes y miércoles de 15:30 a 17:00, los jueves y viernes de 13:00 a 15:30, y los sábados de 10:30 a 12:00. Las personas de la tercera edad practican los miércoles de 09:00 a 12:00.
Liliana Gonzaga, de ocho años de edad, confiesa que le gusta todos los ritmos en especial la bomba, mientras Melliza Valles de nueve años, sostiene que no solo le gusta el baile sino las amistades que logra en el taller.
Así cada semana se integra a la comunidad con esta alternativa de educación no formal. El único requisito es estar dispuesto a aprender y divertirse. Incluso puede ser que usted descubra sus destrezas en los instrumentos que provee el centro y surja un músico de flauta dulce, sintetizador, guitarra, quena, charango o zampoña.
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