Por: Wilson Zapata Bustamante / Maestro Nacional
Ricardo Reti (1889-1929) fue el poeta más destacado del tablero. Fue un compositor de bellos estudios, un jugador de profundo sentido artístico y un penetrante y magnánimo teórico y crítico. Relevante portavoz de la escuela hipermoderna, la explicó lúcidamente en su elegante libro Nuevas ideas en ajedrez cada una de cuyas páginas irradia amor al ajedrez y respeto a los artistas ajedrecísticos compañeros. Al revés que otros hipermodernistas, rindió completo tributo a los logros de la generación vieja.
Uno de los más grandes jugadores del mundo durante los años 10 y los años 20 del siglo XX. Réti comenzó su carrera como jugador clásico ferozmente combinativo, favoreciendo aperturas tales como el gambito de rey (1. e4 e5 2. f4). Sin embargo, después del final de la primera Guerra Mundial, su estilo experimentó un cambio radical y se convirtió en uno de los autores principales del hipermodernismo, junto con Aron Nimzowitsch y otros. De hecho, con la excepción notable del aclamado libro de Nimzowitsch Mi sistema, es considerado el mayor contribuyente literario del movimiento.
La apertura Réti (1. Cf3 d5 2. c4), con la cual derrotó al entonces campeón del mundo José Raúl Capablanca en Nueva York en 1924 —la primera derrota de Capablanca en ocho años y la primera después de conseguir el título de campeón— es nombrada en su honor. Tartakower denominó a esta apertura «la apertura del porvenir».
Era también un compositor notable en la parte final del juego. En 1925, Réti logró el récord mundial para la variedad de ajedrez a ciegas con 29 juegos simultáneos. Increíblemente, ganó veintiuno de estos, empató seis y perdió solamente dos.
Sus escritos son considerados clásicos en el mundo del ajedrez: Nuevas ideas en ajedrez (1922) y Los maestros del tablero de ajedrez (1930) todavía se estudian hoy en día.
La Enciclopedia Wikipedia señala que en la época de la escuela moderna de ajedrez alguno de sus máximos representantes como Emmanuel Lasker, Siegbert Tarrasch, Akiba Rúbinstein y otros jóvenes ajedrecistas procedentes del este de Europa promovieron una nueva forma de jugar que va en contra de la Escuela moderna. Es la Escuela hipermoderna, cuyos mayores representantes fueron: el checo Richard Réti, el húngaro Gyula Bréyer, el ruso-francés Savielly Tartákover, el letón-danés Aarón Nímzovitch, el austriaco Ernst Grünfeld e incluso el ruso-francés Alexandr Aliojin.
La esencia de la Escuela hipermoderna -dice la Encicopedia-, pone en tela de juicio los dogmas de la Escuela Moderna. Amplía los horizontes de la partida, con contribuciones teóricas nuevas que no negaban la importancia del centro, aunque propugnaban una manera innovadora para controlarlo a distancia, sin ocuparlo, con los alfiles en fianchetto. De esta manera el centro podría ser atacado con los caballos y los peones laterales.
Estas nuevas ideas fueron presentadas por Reti en numerosa obras pero destacan dos «Nuevas ideas en ajedrez» (Ideen im Schachspiel), 1921, y «Los grandes maestros del tablero» (Die Meister des Schachbretts) 1930. Estos son dos libros capitales en la evolución del ajedrez.
Nímzovitch, Grünfeld y Aliojin crearán nuevos sistemas defensivos para las aperturas. Reti investigó gran variedad de aperturas para las blancas que dieron fruto en su apertura Reti. Fue un notable ajedrecista y un genial compositor de finales, sin embargo nunca fue campeón del mundo y es que vivió en la época de Aliojin y Capablanca. Aunque la participación de los hipermodernistas en el ajedrez y su actuación ha sido brillante ninguno ha logrado ser campeón del mundo a excepción de Alexander Alekhine, apunta la Enciclopedia.
¿Qué hacían los hipermodernos?
Los hipermodernos usaban los peones en la apertura, no para romper y abrir, liquidándolos, calles libres a la acción de las piezas, sino por el contrario, rehusando obstinadamente toda liquidación, hasta que a retaguardia de la línea de peones se haya podido efectuar una reagrupación de piezas todo lo elásticamente posible. Así los maestros de la generación de los primeros años del siglo XX no se proponían, en general, al avanzar los peones, ningún ataque inmediato, sino, simplemente, ensanchar la base de operaciones de las piezas y movilizarlas sin el temor de que una escaramuza insustancial obligue a una liquidación prematura. Comenzaban empleando los peones como un obstáculo que avanza y su ligazón escalonada causaba la sensación de una trinchera en marcha. Cuando se ha ganado el mayor espacio posible esquivando los cambios con la ensambladura (claro que no hay que temer nos capturen con piezas a peones protegidos), esta muralla orgánica se fija al terreno y entonces puede asegurarse que a igualdad de pericia operatoria el bando que haya obtenido mayor espacio, dispondrá de más comunicaciones transversales y tendrá una evidente ventaja para planear y desarrollar un ataque.
En resumen, la modificación sustancial de carácter estratégico que adoptaron a comienzos del siglo XX los maestros en la utilización de los peones es considerarlos durante el planteo (la apertura de la partida), no como arma, sino como escudo, para delimitar y fortificar la mayor zona posible del tablero. Con esto, los combates tácticos –amenazas directas, penetraciones en la zona enemiga, liquidaciones, etc-, se aplazaban, y, en cambio, la batalla estratégica definida por un conjunto de transportes interiores de piezas con finalidad muy difícil de percibir, adquiría una amplitud tremenda, ya que se evitaba cuidadosamente en su desarrollo todo cambio de piezas.
De las consideraciones que acabo de exponer puede deducirse con cuánto interés seguían los teóricos las diversas cuestiones que afectaban al juego de peones en los planteos modernos, especialmente la famosa cuestión del peón aislado de dama.
La contribución de Reti
La contribución creadora de Reti a la estrategia del ajedrez fue sobresaliente. Con blancas, por lo general, se abstenía de mover pronto sus peones del centro. Cuando los clásicos, jugando con las negras, se precipitaban a ocupar el vacío, él atacaba el centro de peones con peón cuatro alfil dama y el fiancheto de ambos alfiles. Este sistema se conoce ahora con el nombre de apertura Reti. Con un alfil en dos caballo dama inventó la jugada dama uno torre dama para ejercer más presión sobre el centro negro, y en una partida (contra Lasker, Nueva York, 1924) incluso siguió con dama uno torre rey!
Reti se retiró del escenario antes de la década de 1930 sin haber hecho ninguna afirmación de que las ideas hipermodernas fuesen la última palabra en la estrategia ajedrecística. En la naturaleza dialéctica de las cosas, fue función de aquella década buscar una síntesis de las nuevas ideas con las de la escuela clásica.
Réti murió el 6 de junio de 1929 en Praga víctima de escarlatina.
PARTIDA PARA EL ESTUDIO
Blancas: R. Reti (Checoslovaquia).
Negras: R. Spielmann (Austria).
Trencianske Teplice (Checoslovaquia), 1928.
Defensa Ortodoxa
1 d4 Cf6 2 c4 e6 3 Cc3 d5 4 Ag5 Cbd7 5 e3 c6 6 a3 Ae7 7 Cf3 0–0 8 Dc2 a6 9 Td1 Te8 10 Ad3 h6 11 Ah4 dxc4 12 Axc4 Cd5 13 Ag3! Da5 14 0–0 Cxc3 15 bxc3! b5 16 Aa2! Cf8 17 Ce5 Ab7 18 f4! Af6? 19 f5 Axe5 20 Axe5 Dd8 21 fxe6 fxe6 22 Txf8+!! Txf8 23 Axe6+ Rh8 24 Aa2! Dg5 25 Ab1 Rg8 26 Dh7+ Rf7 27 Axg7! Dxe3+ (si 27 ..Dxg7 28 Aa2+ Rf6 29 Tf1+, y mate en pocas) 28 Rh1 De2 29 Ae5+ Re6 30 Dg6+ Re7 31 Dd6+, y las negras se rinden.
En el prólogo de su libro «Mis grandes predecesores», Kasparov dice: «…aparte de los campeones existe otro pequeño grupo de elite que ha desplegado un enorme rol en el desarrollo del ajedrez (algunos de ellos estuvieron muy cerca del cetro mundial, y si no llegaron a ocuparlo es por caprichos del destino). Uno recuerda los nombres de Zukertort, Chigorin, Tarrasch, Pillsbury, Schlechter, Rubinstein, Nimzovich, Reti, Keres, Bronstein, Geller, Larsen, Polugaevsky, Korchnoi…».
Kasparov tiene una altísima consideración hacia Ricardo Reti. Por esta razón le dedica varias páginas a sus partidas, y lo incluye en la lista de Campeones del Mundo frustrados (!campeones sin corona!).
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