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Raúl de Lucas, jefe de Dermatología Pediátrica: “Cada vez vienen más niños a que les hagamos una rutina de ‘skincare’ en la consulta”

El dermatólogo pediátrico habla sobre los vídeos de cuidado de la piel a los que están expuestos los menores en redes sociales. Según el especialista, muchos niños y niñas ya están usando estos productos, sin saber que son dañinos en la piel de los más jóvenes.   

Raúl de Lucas

Raúl de Lucas en el Hospital Universitario La Paz, en Madrid. / FECYT

El cuidado de la piel o skincare está de moda. Las redes sociales están inundadas de vídeos de rutinas con múltiples pasos que implican cremas, sérums y jabones, especialmente para el rostro. El objetivo principal es claro: tener una piel bonita y joven.

Existe un auge de las consultas de niños, niñas y adolescentes sobre estos productos, con las consecuencias perjudiciales que tienen en su piel

Pero, a diferencia de otros momentos donde estos consejos se ceñían sobre todo a mujeres y mayores de 30 años, ahora este contenido es seguido por adolescentes menores de 18 e incluso niños y niñas. Un informe elaborado desde la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) y la Fundación Mapfre en 2023 reveló que de los menores encuestados un 33,1 % recibía publicidad sobre cosmética y belleza.  

Esto es lo que denuncian dermatólogos como Raúl de Lucas, jefe de Dermatología Pediátrica en el Hospital de La Paz, que habló con SINC durante el 52º Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), celebrado en Valencia entre el 7 y el 10 de mayo. Según el especialista, ha observado un auge de las consultas de niños, niñas y adolescentes sobre estos productos, con las consecuencias perjudiciales que tienen en su piel.

En las rutinas de cuidado de la piel que se comparten en redes sociales, se ve a chicos y chicas que se aplican muchos productos. ¿Son todos realmente necesarios?

Lo más importante es, primero, hacer un diagnóstico correcto de la piel, es decir, saber si hay alguna patología o no. Por ejemplo, si el paciente sufre dermatitis atópica, psoriasis, rosácea, acné, o si hay daño en la piel causado por la luz solar…

Así se elige el producto de higiene adecuado, que no es el mismo para una persona sana, para un adolescente o para alguien que tenga algún tipo de condición.

Pero, en general, la rutina de higiene y aplicarse protección contra el sol es más que suficiente. Luego hay otras sustancias, como el retinol o antioxidantes, que también pueden usarse, pero desde luego no de forma generalizada y sin la valoración previa de un profesional sanitario.

En general, una rutina de higiene y aplicarse protección contra el sol es más que suficiente

Como dermatólogo pediátrico, ¿ha notado un aumento de consultas donde niños, niñas y adolescentes piden productos para el cuidado de la piel?

Sí, mucho. Muchos vienen a la consulta solo para que les hagas una rutina de skincare. Vienen directamente con bolsas llenas de productos: cremas para el contorno de ojos, para el contorno de labios… Estoy hablando de adolescentes de trece o catorce años, pero también de niños y niñas de mucha menos edad.

Es preocupante, y también porque no son ellos los que compran los productos. Eso significa que sus padres se gastan mucho dinero en esto.

Raúl de Lucas en el Hospital Universitario La Paz, en Madrid. / FECYT

Raúl de Lucas en el Hospital Universitario La Paz, en Madrid. / FECYT

Entiendo que estos productos normalmente están dirigidos a personas adultas. ¿Hay algún posible efecto perjudicial si los usan adolescentes y niños?

Desde luego. Primero, hay un daño por la mezcla de productos. Muchas veces se utilizan varios artículos que, combinados, provocan irritación. Y usar tantas sustancias también aumenta las posibilidades de sensibilización alérgica a determinados componentes.

Además, en las consultas los dermatólogos vemos que cuando los pacientes tienen enfermedades cutáneas preexistentes, muchas veces se agravan si se aplican estos productos. Por ejemplo, ocurre si un niño con piel atópica se pone retinol. También observamos aparición de acné precoz por un exceso de limpieza de la cara. Todos estos efectos aumentan cuanto más prematuramente se utilicen los artículos de skincare.

Aunque no lo parezca, la piel es una barrera vulnerable. Cuanto más pequeño es el paciente, mayor es la posibilidad de absorción de los productos químicos

Entonces, ¿cuál sería la manera recomendada de que niños, niñas y adolescentes cuiden la piel?

Si no hay ninguna patología, lo recomendable es, simplemente, una higiene adecuada y fotoprotección.

¿Qué se puede hacer para abordar este auge de uso de productos en niños y adolescentes?

Es un problema que va más allá de nuestra consulta. Tenemos que ponerlo sobre la mesa y hablar de ello por varias vías. Por supuesto, también va más allá de los padres, pero ellos son responsables de qué les compran a los niños.

Aunque no lo parezca, la piel es una barrera vulnerable. Cuanto más pequeño es el paciente, mayor es la posibilidad de absorción de los productos químicos. Es necesario informarse y ser responsable con lo que aplicamos en la piel de nuestros hijos.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Pol Forn-Díaz, director del grupo de Tecnología de Computación Cuántica en el IFAE: “Los ordenadores cuánticos serán mucho más eficientes que los actuales centros de supercomputación”

La tecnología de la computación cuántica busca solucionar problemas que las computadoras clásicas no pueden abordar eficazmente. En un mundo cambiante como el nuestro, los retos son cada vez más complejos y precisan de una gran capacidad de procesamiento de datos. El investigador del Instituto de Física de Altas Energía habla con SINC sobre el futuro de la cuántica y su impacto energético

Pol Forn-Díaz

El físico Pol Forn-Díaz dirige el grupo de Tecnología de Computación Cuántica en el IFAE. / Foto cedida por el autor

El grupo de investigación que dirige Pol Forn-Díaz en el Instituto de Física de Altas Energía (IFAE) en Barcelona desarrolla tecnología de superconductores para la computación cuántica: circuitos que hay que fabricar en entornos típicos de microelectrónica y nanoelectrónica, es decir, salas blancas. Estos circuitos tienen que ponerse en condiciones de muy baja temperatura para poder controlar su estado cuántico.

Son un grupo pequeño de investigación básica, que busca cómo mejorar la calidad de estos circuitos. Trabajan en diseños alternativos a los que se vayan a utilizar convencionalmente, para encontrar nuevas funcionalidades. “La tecnología de la computación cuántica está avanzando mucho, pero aún requiere de desarrollos fundamentales para la mejora de la calidad de los bits cuánticos. Los cúbits, que al final es lo que dicta la calidad del procesador, requieren estudiar materiales y nuevas técnicas de control de medida. En eso estamos trabajamos en el IFAE”, explica desde su laboratorio de la ciudad condal.

La tecnología de la computación cuántica está avanzando mucho, pero aún requiere de desarrollos fundamentales para la mejora de la calidad de los bits cuánticos

Forn-Díaz es, además, uno de los cinco fundadores de una empresa pionera en Europa: Qilimanjaro Quantum Tech, una spin-off de la Universidad de Barcelona, el Barcelona Supercomputing Center y el IFAE, que trabaja para la construcción de ordenadores cuánticos comerciales. Hablamos con él sobre la evolución de este campo de investigación, el desarrollo de la tecnología asociada y su impacto ambiental.

¿Qué tipo de energía utiliza principalmente este tipo de tecnología?

Requiere, por un lado, refrigeración criogénica, que tiene un impacto energético, ya que es necesario mantener estos circuitos a muy bajas temperaturas. Después, para para hacer el control de los de los circuitos, utilizamos básicamente señales que están en el rango de las microondas, o sea, de los gigahercios, pero con muy bajas potencias y con un impacto energético menor.

¿Qué es lo que más consume?

Por un lado, mantener el sistema frío y, evidentemente, también la producción del chip, porque se tiene que realizar utilizando toda la maquinaria de salas blancas, con el consiguiente coste e impacto ambiental.

¿Será menor el consumo energético de los computadores cuánticos si se los compara con los superordenadores clásicos?

Aquí hay que hacer una advertencia, porque si buscas en la literatura científica o las noticias al respecto, vas a encontrar de todo. Hablamos de algo que va a ocurrir en el futuro, ya que hoy los prototipos de ordenador cuántico que existen, los más grandes, tienen entre 100 y 1 000 cúbits. Y esto utilizando métodos no muy optimizados de cómo poner todos estos cúbits dentro de un criostato, es decir, con todos los cables y toda la electrónica. Esto solo lo han podido hacer IBM y Google, y un equipo en China. A medida que se va alcanzando un nuevo número de cúbits, también se va rediseñando el sistema y se va optimizando.

Los ordenadores cuánticos se cree que van a ser como un nuevo tipo de acelerador de computación

¿Cuál es la previsión teniendo en cuenta todas estas variables?

Se prevé que sí van a ser mucho más eficientes energéticamente que los centros de supercomputación o computación de alto rendimiento (HPCS). Actualmente, los ordenadores cuánticos se cree que van a ser como un nuevo tipo de acelerador de computación. En los centros de supercomputación existen procesadores con CPU y con GPU. Las GPU son las unidades de procesamiento gráfico que ahora se utilizan para inteligencia artificial. En los procesadores cuánticos estaríamos hablando de QPU (Unidad de Procesamiento Cuántico, por sus siglas en inglés), que va a ser más eficiente para ciertos cálculos, pero no se van a encargar de hacerlo todo, porque para eso ya están los ordenadores tradicionales.

De ahí que sean más eficientes

Serán un complemento para atacar ciertos problemas matemáticos, que hoy no se pueden tratar. Esa es la idea, que estas unidades de procesamiento cuánticas no tengan un consumo muy grande. No disipas calor en el chip, porque la superconductividad te permite procesar señales eléctricas sin disipar energía.

¿Qué es lo que ocurre en el caso de los superordenadores?

En los circuitos eléctricos habituales, la energía se transforma de una señal eléctrica en calor, que es lo que ocurre en los transistores de los procesadores tradicionales, como nuestros teléfonos, portátiles y superordenadores. Se calientan porque están gastando la energía eléctrica en calor y, en los superordenadores, una parte muy importante de la energía se va en enfriarlos a 40 ºC, porque si no se quemarían. La otra parte se va en ponerlos en marcha. La tecnología de enfriamiento va avanzando según la demanda.

Mucha de la energía va dedicada a enfriarlos y la otra parte en ponerlos en marcha. La tecnología de enfriamiento va avanzando según la demanda

¿Qué otras tecnologías se utilizan para minimizar su consumo?

Están empezando a aparecer modelos de criostatos cada vez más pequeñitos y adaptados a la demanda real de estos ordenadores cuánticos. En el futuro es posible que no requieran de equipos muy grandes, algo que también ocurre con los superordenadores. No estoy trabajando en el campo de estos últimos, pero sí se escucha que los nuevos diseños van encarados a optimizar el gasto energético, que no parece que sea algo fácil.

Con los ordenadores cuánticos la idea es que ya entren con otro nivel de consumo y con gran ahorro energético. Hay gente que habla de la ventaja cuántica en este sentido o de la ‘supremacía cuántica’.

¿Y respecto a los materiales y los procesos de extracción asociados?

Los superconductores no requieren materiales muy especiales. De hecho, se han hecho de aluminio, que es un material que se encuentra muy fácilmente.
De sustratos se utilizan típicamente silicio o zafiro, que son también materiales industriales. No requieren de una minería muy específica como el litio o el cobalto que se utilizan en baterías. Si alguien descubre que incluyendo otro material mejoran, la cosa cambiaría, pero dudo que sea así. Hoy nada apunta a que eso vaya a ocurrir.

Los superconductores no requieren materiales muy especiales. De hecho, se han hecho de aluminio, que se encuentra muy fácilmente

¿Los cálculos cuánticos podrían aportar soluciones respecto a los desafíos climáticos y medioambientales del futuro?

La respuesta genérica sería que sí, que van a aportar ventajas. Podrán resolver problemas matemáticos de cierto tipo, como los que se llaman de optimización. El ejemplo típico se hace con los repartidores de paquetes. Tienen que ir a de un punto a otro y optimizar para no gastar mucho combustible, además de forma continua, porque durante el día van llegando nuevos paquetes. Esto requiere un potencial de cálculo importante. Pero depende mucho de cada problema. Es caso a caso y es muy difícil dar una receta global.

¿Pasa lo mismo con los procesos químicos?

Este es un problema cuántico en sí. Es decir, podrías calcular en un orden cuántico, de los que no existen por ahora, la evolución de un sistema y hacer predicciones. Si existe este gas y este otro, me sale este resultado final. Puede tener impacto en baterías o captura de CO2.

También es aplicable al caso de los abonos y la absorción del nitrógeno, que actualmente supone un proceso que requiere temperaturas muy elevadas. Tiene el potencial de descubrir este tipo de nuevos procesos, que puedan hacerse de forma más eficiente.

Si nos referimos a un ordenador cuántico pequeño, de hasta 1 000 cúbits, gastará unos 10 kW al día, lo mismo que tres o cuatro familias

¿Existen algoritmos cuánticos que hayan demostrado estas ventajas?

Se trataría de utilizar el ordenador cuántico como un simulador cuántico. Depende mucho de cómo de bien puedas simular tu sistema y modelizarlo para que te dé el resultado esperado. Ahí está menos definido. Lo que sí está demostrado es que un ordenador cuántico puede emular un sistema físico real.

¿Se trabajará en medir el impacto ambiental que tendrán?

Estoy seguro de que sí cuando existan, porque ahora mismo estamos hablando de prototipos. Si nos referimos a un ordenador cuántico pequeño, de hasta 1 000 cúbits, gastará unos 10 kW al día, lo mismo que tres o cuatro familias. En el caso de los superordenadores hablamos de consumo en megavatios, y eso ya es lo que gasta un pueblo o una ciudad pequeña. En el equipo de Qilimanjaro se ha hecho un documento técnico a este respecto.

¿Es comparable con la IA?

Los cálculos que se pueden hacer ahora mismo con ChatGPT están aún muy lejos de lo que podrían hacer los ordenadores cuánticos. De momento no son comparables, pero sí en el futuro, cuando vayan apareciendo máquinas cuánticas que estén dando un servicio útil, es decir, que ya tengan un tamaño grande. Vaticino que esto podría ocurrir en diez años o incluso antes.

He visto que colaboran con el laboratorio subterráneo de Canfranc para investigar la radiación. ¿En qué consiste?

Es una colaboración académica con el IFAE de un proyecto nacional que coordinamos. Estudiamos concretamente el impacto de la radiación ionizante, es decir, la radioactividad ambiental que tenemos en nuestro entorno. No nos afecta directamente porque es de muy baja la intensidad, pero sí a estos chips, que son tan sensibles que detectan todo lo que ocurre a su alrededor.

Cada vez que pasa un rayo altamente energético o una partícula energética —incluso rayos cósmicos que se originan en el espacio— y entran en la atmósfera, se van desintegrando. Lo que aterriza en la superficie son partículas que van muy deprisa, pero que se pueden ver. En este proyecto estudiamos este fenómeno con el Canfranc porque está dentro de una montaña, que hace de barrera para parar estos rayos cósmicos.

Estudiamos concretamente el impacto de la radiación ionizante, es decir, la radioactividad ambiental que tenemos en nuestro entorno. No nos afecta directamente porque es de muy baja la intensidad, pero sí a estos chips

¿Tiene alguna aplicación?

Lo utilizan sobre todo la gente del mundo de la física de partículas para hacer experimentos que buscan materia oscura y que tienen una señal muy débil y no pueden tener ningún tipo de ruido ambiental. A nosotros nos interesa examinar cómo se comportan estos chips en ausencia de esta radiación ambiental.

¿Existe algún impedimento que pudiese detener el desarrollo de los computadores cuánticos?

No hay nada que permita pensar que esto se va a detener, porque no hay ninguna barrera para esta tecnología en concreto. En el momento en que entren en uso y estén, por ejemplo, en la nube para poder conectarse, seguro que va a haber estudios de impacto energético concretos.

¿Cuándo se convertirán en una herramienta realmente útil?

Hoy en día se han demostrado algunos cálculos con ordenadores cuánticos, como los de Google, que superan a los superordenadores, pero son problemas muy académicos y específicos donde los ordenadores cuánticos tienen ventaja de salida y estos algoritmos no tienen ninguna utilidad práctica, que se sepa. El reto es que puedas hacer algo útil, que significa atacar problemas reales del mundo, que son enormes y requieren de máquinas muy grandes.

Se van a necesitar centenares de miles de cúbits. La predicción es que en los próximos cinco años se va a llegar a las decenas de miles y es probable que ya existan máquinas en 2030 de 10 000 cúbits.  Tendrán potencial de cálculo, aún no suficiente para resolver cualquier problema, pero sí para para hacer cosas interesantes posiblemente útiles.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Alba Cervera-Lierta, investigadora senior en BSC-CNS.“La cuántica es una gran apuesta europea: tenemos el conocimiento y los medios”

A sus 33 años, la física Alba Cervera Lierta coordina Quantum Spain. Esta iniciativa pública de 22 millones de euros ha instalado un ordenador cuántico con tecnología 100 % europea en el supercomputador Marenostrum 5 del Barcelona Supercomputing Center, abierto a toda la comunidad investigadora.

“La cuántica es una gran apuesta europea: tenemos el conocimiento y los medios”

Alba Cervera Lierta con el ordenador cuántico que se ha instalado en el Marenostrum 5. / Mario Ejarque (BSC-CNS)

La primera vez que entrevistamos a Alba Cervera Lierta (Barcelona, 1991), fue a mediados de 2018. En aquel momento, estaba completando su doctorado en información cuántica y acababa de ser elegida como una de las ganadoras de los IBM Q Awards, en los que competían científicos de todo el mundo para avanzar en computación cuántica.

Desde entonces han pasado muchas cosas, entre ellas, una estancia de un par de años en Toronto (Canadá) para realizar un postdoctorado en este campo. En 2021 regresó a España y, como relata a SINC, lo hizo “en el momento adecuado y en el lugar adecuado” para asumir la coordinación de Quantum Spain, un proyecto estatal para desplegar una infraestructura pública y crear un ecosistema alrededor de esta tecnología emergente, financiado con fondos de recuperación y liderado por ella desde el Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).

Cuéntanos un poco los hitos de tu carrera desde nuestra entrevista en 2018.

Han pasado muchas cosas. Terminé el doctorado en 2019 y me surgió la oportunidad de hacer un postdoctorado en la Universidad de Toronto, donde estuve un par de años. La pandemia me pilló allí, aunque afortunadamente no me afectó demasiado, ni en lo personal ni en lo profesional.

En Toronto trabajé en nuevos algoritmos NISQ [Noisy Intermediate Scale Quantum], que aún no tienen corrección de errores

Allí trabajé en un gran grupo de investigación que estaba centrado en aplicaciones de inteligencia artificial para química, aunque mi área fue la computación cuántica. Nos dedicábamos a mejorar y proponer nuevos algoritmos, especialmente para los ordenadores cuánticos actuales, conocidos como NISQ [Noisy Intermediate Scale Quantum], que aún no tienen corrección de errores.

Me especialicé en este tipo de algoritmos dentro del grupo de Alan Aspuru-Guzik, donde también publicamos una review sobre algoritmos cuánticos a corto plazo, es el artículo del que más citas tengo porque al ser una revisión ha sido utilizado por mucha gente.

Trabajé también con cúbits de tres niveles (qutrits) en los ordenadores superconductores cuánticos de IBM, lo que me permitió profundizar en la física de estos dispositivos. Y participé en proyectos que combinaban IA y computación cuántica. Fue una etapa muy productiva.

Investigué también con cúbits de tres niveles en los ordenadores superconductores cuánticos de IBM, lo que me permitió profundizar en la física de estos dispositivos. Y en proyectos que combinaban IA y la cuántica

¿Cuál fue la razón por la que decidiste regresar a España?

En 2021 estaba buscando la manera de volver por motivos personales, ya que mi pareja estaba aquí. Justo a mi regreso, se lanzó Quantum Spain, una gran iniciativa impulsada por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial para crear una infraestructura pública de computación cuántica, financiada con fondos de recuperación y con la coordinación del BSC.

Yo tenía –y tengo– experiencia en computación cuántica a corto plazo [algoritmos NISC]. Además, había sido una de las primeras usuarias de ordenadores cuánticos en la nube, gracias a lo cual conocía muy bien el estado del arte. Como estaba disponible, encajé en el perfil que necesitaban para coordinarlo.

¡Eso se llama estar en el sitio adecuado en el momento adecuado!

Sí, fue genial. Empecé en octubre de ese año, justo cuando se publicó Quantum Spain en el BOE. Al principio me dediqué a escribir y definir todo el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 22 millones de euros y en el que participa la Red Española de Supercomputación, además de universidades y centros de investigación de toda España y expertos en algoritmia cuántica. Durante estos años he trabajado casi al 100 % en sacar adelante esta iniciativa, que ya suma 27 instituciones participantes.

¿Qué ha supuesto para ti haber logrado una ayuda Ramón y Cajal?

La solicité en 2023 y me la concedieron. Esta es la vía de estabilización para investigadores en España. Estoy muy contenta porque soy bastante joven para haberla conseguido, no me lo esperaba. Como he tenido un hijo, que pronto cumplirá un año, esto me da seguridad.

Los ordenadores cuánticos han dejado de ser solo experimentos y ya son máquinas operativas que se instalan fuera de los laboratorios. En Quantum Spain hemos adquirido uno, que estamos integrando en MareNostrum 5

Sigo coordinando Quantum Spain, pero ahora también he retomado tareas más centradas en investigación. También me he involucrado a escala estratégica, tanto en el BSC como en España y en Europa. Los ordenadores cuánticos están dejando de ser solo experimentos y empiezan a ser máquinas operativas que se instalan fuera de los laboratorios.

De hecho, en Quantum Spain hemos adquirido uno, que ya está operativo y que estamos integrando en el superordenador MareNostrum5 del BSC. Con operativo me refiero que está disponible para todos los usuarios interesados, a través de la Red Española de Supercomputación.

Por otro lado, esperamos a finales de año instalar el ordenador cuántico europeo de EuroHPC, que también se integrará en el MareNostrum 5.

El ordenador de Quantum Spain se ha instalado dentro de la partición MareNostrum 5 Ona del supercomputador. / Mario Ejarque (BSC)

El ordenador de Quantum Spain se ha instalado dentro de la partición MareNostrum 5 Ona del supercomputador. / Mario Ejarque (BSC)

¿Este es el ordenador de Quantum Spain que ya está en el BSC? ¿Tiene nombre?

No tiene un nombre propio, pero forma parte de nuestro supercomputador, dentro de la partición llamada MareNostrum 5 Ona. Para nosotros, igual que en los demás proyectos europeos, el ordenador cuántico es una partición más del supercomputador, como pueden ser las de CPU o GPU.

Actualmente, en MareNostrum 5 Ona tenemos el sistema de Quantum Spain, que consiste en dos nodos: uno con 5 cúbits y otro con 10 cúbits. Cada seis meses se actualizarán: pasaremos a 20 y 35 cúbits, respectivamente. Aunque físicamente hay dos máquinas, las consideramos un único ordenador cuántico por su funcionamiento redundante.

Actualmente, en MareNostrum 5 tenemos el sistema de Quantum Spain, que consiste en dos nodos: uno con 5 cúbits y otro con 10 cúbits. Cada seis meses se actualizarán: pasaremos a 20 y 35 cúbits, respectivamente

¿Quién se ha encargado de construirlo?

Fue adjudicado mediante concurso público a una UTE [Unión Temporal de Empresas] formada por Quilimanjaro Quantum Tech – una spin off de la Universidad de Barcelona, el BSC y del Instituto de Física de Altas Energías– y a la multinacional española GMV.

¿El ordenador cuántico de EuroHPC también se integrará en la partición MareNostrum 5 Ona? ¿En qué se diferencia del de Quantum Spain?

Sí, este segundo ordenador irá también en la MareNostrum 5 Ona. El de Quantum Spain es de tecnología de cúbits superconductores y de tipo digital. Esto significa que se programa igual que los de IBM y los de Google con puertas lógicas cuánticas.

El europeo funcionará también con cúbits superconductores, pero será de tipo analógico, una tecnología cuántica llamada quantum annealer [que no utiliza puertas lógicas y resuelve problemas de optimización buscando el estado de mínima energía del sistema]. Este segundo ordenador estará cofinanciado por el Gobierno de España y EuroHPC.

El ordenador de Quantum Spain es digital, como los de IBM o Google; el de EuroHPC,k que también estará en el BSC, será analógico, basado en la tecnología quantum annealing

Por ello, la mitad del acceso es para la Red Española de Supercomputación y la otra mitad estará gestionada por EuroHPC.

Quiero remarcar que uno de los pilares de Quantum Spain es formar a los técnicos de la Red Española de Supercomputación en computación cuántica para crear un ecosistema local y apoyar a los futuros usuarios. Además, disponemos de emuladores cuánticos para simular estos sistemas a gran escala.

Parece que hay una apuesta clara de Europa y de España también por no quedarse atrás en cuántica y más en momentos como este.

Desde luego, en Europa hay una apuesta decidida por no depender de terceros en tecnologías estratégicas, incluidas las cuánticas. Tras años de retraso en áreas como el desarrollo de chips o la IA, la cuántica se considera un ámbito donde todavía estamos a tiempo de estar entre los líderes, gracias al talento existente. De hecho, dos europeos: Anton Zeilinger y Alan Aspect ganaron el Nobel de Física en 2022 por su trabajo pionero en entrelazamiento cuántico.

En Europa, tras años de retraso en áreas como el desarrollo de chips o la IA, la cuántica se considera un ámbito donde todavía estamos a tiempo de estar entre los líderes, gracias al talento existente

¿Cuáles son los retos actuales de la cuántica?

Hay que seguir mejorando la tecnología, escalar los sistemas y buscar aplicaciones reales. Pero igual de importante es fortalecer los ecosistemas de investigación y colaboración. La computación cuántica sale de la física, pero ahora necesita a muchos otros perfiles, especialmente ingenieros. Y hace falta que las empresas también se impliquen, que empiecen a trabajar desde ya en trasladar prototipos de laboratorio a productos reales, aunque aún estemos en una fase muy temprana.

La cuántica necesita ingenieros y empresas que trasladen los prototipos al mundo real. No basta con avances tecnológicos, hay que fortalecer el ecosistema

¿Qué te parecen los últimos avances en este ámbito de gigantes como Microsoft, Google o IBM?

Creo que van en la buena dirección. Google está avanzando muy bien en corrección cuántica de errores, que es crucial. IBM tiene varias líneas en paralelo y la que está desarrollando más es escalar los chips y tener más y más cúbits, algo igualmente importante. Con el anuncio de Microsoft, estamos un poco a la espera porque han apostado por una tecnología muy diferente, un chip cuántico basado en fermiones de Majorana [según la empresa podría reducir drásticamente los errores y acelerar la llegada de ordenadores cuánticos comerciales]. Sin embargo, aún tiene que demostrar que es posible físicamente. Desde luego, si lo consiguiera, no solo será un premio Nobel de física, sino que se resolvería todo el tema de la corrección cuántica de errores.

Microsoft ha apostado por una tecnología muy distinta, pero aún tiene que demostrar que es posible físicamente. Si lo consiguiera, no solo sería un premio Nobel de Física, sino que se resolvería todo el tema de la corrección cuántica de errores

Has comentado que os centráis bastante en aplicaciones de inteligencia artificial. ¿Cómo puede la computación cuántica mejorar la IA?

Eso es justo lo que estamos investigando. Hay dos grandes líneas: una de ellas, usa la IA clásica para mejorar el diseño de ordenadores cuánticos. La otra, que es en la que yo trabajo más, busca crear modelos de IA nuevos usando computación cuántica. En vez de redes neuronales clásicas, planteamos versiones con efectos cuánticos, como el entrelazamiento, que creemos que podrían ayudarnos a entender mejor ciertos tipos de datos, sobre todo los que vienen de fenómenos cuánticos, como experimentos para diseñar nuevos materiales. Así perderíamos menos información en el proceso.

También pensamos que, como los algoritmos cuánticos manejan muy bien estructuras matemáticas complejas, si conseguimos traducir los problemas de IA a ese lenguaje, podríamos ganar ventaja. Y otro punto interesante es la eficiencia energética: aunque un ordenador cuántico no sea siempre más rápido, sí podría consumir menos energía en algunos cálculos, lo que ya sería un beneficio enorme.

En inteligencia artificial, la línea en la que estoy trabajando es en crear modelos de IA nuevos usando computación cuántica

Por lo que comentas, parece que España tiene un papel relevante en computación cuántica en Europa. ¿Es así?

Yo diría que estamos bien situados. La Red Española de Supercomputación fue pionera y sirvió de modelo para la creación de EuroHPC. Y aunque no somos el único país con ordenador cuántico en Europa, estamos entre los primeros: junto con Francia, Italia, Alemania, Polonia y República Checa.

Hace un par de semanas, el Gobierno presentó la Estrategia de Tecnologías Cuánticas, así que es un momento importante. Aun así, todavía podemos hacer más, sobre todo, en impulsar la transferencia tecnológica y fomentar que las empresas experimenten con cuántica.

El Gobierno acaba de lanzar la Estrategia de Tecnologías Cuánticas. Aun así, todavía podemos hacer más, sobre todo, en impulsar la transferencia tecnológica y fomentar que las empresas experimenten con cuántica

Por último, ¿cómo te ves tú misma en otros siete años?

Es difícil de predecir. Hace seis o siete años no me habría imaginado que estaría coordinando un proyecto de 22 millones de euros e instalando un ordenador cuántico en el BSC. Creo que el futuro nos va a seguir sorprendiendo. Si todo continúa progresando así, seguiré trabajando en el desarrollo de algoritmos cuánticos, pero ya en un contexto de ordenadores tolerantes a fallos, con corrección de errores, que es el gran salto que esperamos.

Los que estamos en este ámbito ahora contaremos nuestras batallitas de cuando teníamos que exprimir al máximo unos pocos cúbits [risas], mientras que los nuevos investigadores trabajarán con miles de cúbits. Espero que para entonces tengamos prototipos sólidos y algunas aplicaciones realistas, sobre todo en ciencia básica, que permitan entender mejor las propiedades de la materia, diseñar nuevos materiales, optimizar procesos físicos complejos…

En unos años, contáremos nuestras batallitas de cuando exprimíamos unos pocos cúbits, mientras los nuevos investigadores trabajarán con miles

Quizá todavía no en nuestro día a día, pero sí con un impacto claro en campos como la física, la ciencia de materiales o incluso la química. Y también veo una integración mucho más fluida entre ordenadores cuánticos y superordenadores clásicos, con aplicaciones híbridas que aprovechen lo mejor de ambos mundos. Soy optimista, igual me equivoco en los plazos, pero estoy convencida de que el cambio llegará.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Pablo Francescutti, autor del libro ‘Teorías de la Conspiración’: “Los infundios en torno al Papa prosperan por lo opaco del Vaticano, parecido a una sociedad secreta”

En un mundo sujeto a múltiples incertidumbres económicas, políticas o sanitarias, las teorías de la conspiración proliferan y millones de personas se aferran a ellas. El último libro del antropólogo y sociólogo Pablo Francescutti, ’Teorías de la conspiración’, ahonda en cómo han evolucionado y por qué calan los complots como mensaje.

Pablo Francescutti

Pablo Francescutti, autor del libro ’Teorías de la conspiración. Historia y sociedad a través del prisma del Complot’ (editorial Comares). / Foto cedida por el autor

Desde la primera frase del libro ’Teorías de la conspiración. Historia y sociedad a través del prisma del Complot’ (editorial Comares), Pablo Francescutti nos pone ante el espejo de lo que somos y ’pecamos’: “En algún momento de la vida todos hemos creído en un complot; y lo más probable es que volvamos a creer en algún otro”.

Puede ser difícil de admitir, como él mismo afirma, pero tan real que está presente y extendido en todas las épocas y ámbitos de la sociedad. En las páginas de esta publicación trata de explicar cómo nos atrapan las teorías conspiratorias y sus consecuencias.

Francescutti es antropólogo social, doctor en sociología y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos, además de colaborador habitual de medios de comunicación.

Extraordinariamente maleables, las teorías de la conspiración han sido utilizadas por la derecha, la izquierda y el centro; por gobiernos y opositores; por el establishment y por el pueblo llano

¿Cómo han evolucionado las teorías de la conspiración desde el siglo XVIII hasta la actualidad?

Tales teorías surgen basadas en la razón y en la conciencia de la capacidad humana para hacer la historia, pues no recurren a dioses ni demonios; pero emplean la racionalidad de un modo peculiar: sostienen que la historia la dirige una malvada minoría oculta, la causa de todos los males. En las primeras versiones, dicha minoría era un cuerpo extraño a la sociedad (masones, judíos); después, se diseminaba por todas partes (comunistas); posteriormente, movía los hilos dentro del Estado (la CIA, el Estado Profundo, etc.). Actualmente, todas estas narrativas coexisten.

¿Qué funciones sociales cumplen en diferentes contextos históricos y políticos?

Identificar chivos expiatorios; simplificar realidades complejas; echar la culpa a otros de los fracasos propios; o movilizar a la población en pos de determinados objetivos. Así, el nazismo culpaba a los judíos de todas las desgracias de Alemania; el franquismo achacaba la Guerra Civil al complot bolchevique-judeomasónico; la Iglesia atribuía a la masonería la pérdida de sus privilegios; y el rumor de que la aristocracia francesa incendiaba los cultivos para especular con el cereal empujó a los campesinos a acabar con el feudalismo. Extraordinariamente maleables, han sido utilizadas por la derecha, la izquierda y el centro; por gobiernos y opositores; por el establishment y por el pueblo llano.

No se puede vivir en el escepticismo permanente, no descartaría que el hartazgo con tantas conspiraciones imaginarias provoque un bandazo hacia el otro extremo

En su libro, menciona que las teorías del complot ofrecen una comprensión sencilla de hechos complejos. ¿Cómo considera que estas narrativas afectan a nuestra capacidad crítica?

Estas teorías son hipercríticas en el sentido de que desconfían de las versiones oficiales de la historia y de los hechos. Esto no está mal, el problema es que inculcan un escepticismo desmesurado, como el rechazo a las instituciones sanitarias y científicas en la reciente pandemia.

¿De qué forma condicionan nuestra interpretación de la realidad?

Una cosa es el espíritu crítico, que distingue las fuentes dudosas de las fiables, y otra el escepticismo indiscriminado en todos los expertos. A la vez, las citadas narrativas fomentan una credulidad total en hechos y propuestas no contrastadas: desconocen a la OMS y aceptan la hidroxicloroquina del charlatán Didier Raoult. Su escepticismo radical y contradictorio no permite entender realidades complejas. Afirmar que la covid-19 fue inventada o exagerada no ayuda a comprender el origen de las pandemias y menos a prevenirlas. Atribuir a una única causa hechos con un origen diverso tampoco nos conduce por buen camino.

Una cosa es el espíritu crítico, que distingue las fuentes dudosas de las fiables, y otra el escepticismo indiscriminado en todos los expertos

¿Qué métodos considera más efectivos para refutar las teorías conspirativas sin reforzar la desconfianza hacia las fuentes oficiales y científicas?

Se apuesta mucho por la refutación factual: demostrar que los supuestos hechos en los que se basan son falsos, la especialidad de los ‘fact-checkers’. Puede resultar eficaz con personas que no sean conspiracionistas empedernidas, pero no con quienes ven el mundo en clave de complot, una pequeña minoría que difícilmente cambiará su visión de las cosas.

¿Cuál sería la fórmula para atajarlo más de raíz?

Los esfuerzos deberían centrarse en los primeros e ignorar a los segundos. Mejorar los conocimientos científicos de la población a través del sistema educativo y la divulgación puede ayudar (se han hecho talleres en colegios para distinguir las explicaciones fundamentadas de las conspirativas), pero no servirá con fenómenos nuevos que la ciencia aú*n no puede responder y abren resquicios por los que se cuelan tales teorías. Hay que aceptar los límites de la refutación. Convendría centrarse en combatir las que fomentan el racismo o la xenofobia, y dejar de lado las menos dañinas, como el complot mundial de los reptilianos.

Convendría centrarse en combatir teorías que fomentan el racismo o la xenofobia, y dejar de lado las menos dañinas, como el complot de los reptilianos

En torno incluso a atentados como el 11S en Nueva York o el 11 M en Madrid se han propagado estas teorías, con pruebas irrefutables de su autoría. ¿Qué elementos sociológicos explican la persistencia de estas conspiraciones incluso frente a pruebas contundentes en contra?

Una razón es el sesgo de confirmación: preferimos explicaciones que confirman nuestras ideas o prejuicios a las que las contradicen. Otra razón tiene que ver con las funciones de dichas teorías. Si reafirman nuestra personalidad; si ponen un orden, aunque sea absurdo, a la caótica realidad; si nos liberan de responsabilidad echando las culpas a otros; si crean lazos sociales; si nos entretienen; si sirven a los gobiernos para perseguir a los disidentes, y a los opositores para desestabilizar a los gobiernos; en fin, si desempeñan estas funciones difícilmente decaerán, por más pruebas contundentes que las refuten.

Es verdad que a veces la realidad puede imponerse: la derrota de la Alemania nazi acabó con la creencia de sus habitantes en el complot judío; pero no evitó que en otras naciones esa fabulación siguiese gozando de popularidad.

Habla de los mil asesinos de Kennedy en su libro, pero incluso con el actual presidente Trump, que sufrió un disparo en un mitin en Pensilvania recientemente, se ha hablado de ‘montaje’. ¿Cómo podemos discernir los hechos fidedignos del pasado si la propia actualidad se vuelve ininteligible?

Cuando no podemos ponernos de acuerdo sobre la existencia de un hecho, como el alunizaje, la discusión se torna imposible. ¿Cómo debatir la masacre en la escuela Sandy Hook con el influencer Alex Jones, que alegó que era un montaje con actores? De todos modos, el punto fuerte de esas teorías no son los hechos, que pueden probarse o desmontarse, sino sus interpretaciones, ya que estas pueden ser verosímiles, inconsistentes, etc., pero no son verdaderas ni falsas. Ahí es más difícil pillarlos.

La desconfianza en los medios se asienta en bases reales. En muchas ocasiones se han publicado noticias falsas o distorsionado hechos en función de agendas políticas o económicas

¿Alguna estrategia para mitigarlo?

Pasaría por acercar los expertos al público para debatir sobre el pasado o las estelas de los aviones, el cambio climático, las vacunas y otros temas distorsionados por el conspiracionismo. En Corea del Sur, hubo experiencias de ese estilo sobre los efectos del 5G con resultados positivos.

¿Qué papel tiene el sesgo de confirmación en la aceptación de teorías como que ‘los medios están todos comprados’ o ‘nos ocultan la verdad’?

La desconfianza en los medios se asienta en bases reales. En innumerables ocasiones se han publicado noticias falsas o distorsionado los hechos en función de agendas políticas o económicas. Los mismos medios denuncian sin descanso las mentiras de sus competidores. Por añadidura, las cabeceras más rigurosas se ven afectadas por la pérdida de credibilidad de las instituciones iniciada en la segunda mitad del siglo XX. No resultará fácil que vuelven a recuperar la confianza del público.

¿Y el descrédito del periodismo, es intencionado?

Apuntemos que los conspiracionistas tienen una relación de amor y odio con el periodismo; por un lado, lo atacan; por el otro, lo imitan. Muchos adoptan los recursos del periodismo de investigación y quieren presentarse como el auténtico Cuarto Poder. En cuanto al sesgo de confirmación, sus promotores, mientras afirman que los medios mienten, citan las noticias que les convienen. Basta con ver cómo las historias conspirativas sobre la covid aludían a los escándalos farmacéuticos ventilados antes por la prensa. Mantienen, en definitiva, una relación parasitaria con los medios.

Más preocupante que los bulos de las redes me parece el ‘conspiracionismo de Estado’: los falsos complots denunciados por gobernantes como Trump, Orbán o Putin

Con el auge de las redes sociales y la desinformación, ¿cómo prevé que evolucionará este fenómeno en las próximas décadas?

Difícil decirlo, aunque me atrevería a asegurar que el conspiracionismo no desaparecerá. Más preocupante que los bulos que circulan por las redes me parece el ‘conspiracionismo de Estado’: los falsos complots denunciados por gobernantes como Trump, Orbán o Putin. Ahora bien, como no se puede vivir en el escepticismo permanente, no descartaría que el hartazgo con tantas conspiraciones imaginarias provoque un bandazo hacia el otro extremo y se busque refugio en verdades dogmáticas como las que proporcionan las religiones o los nacionalismos.

La muerte del Papa y la elección de uno nuevo ha abierto un viejo caldo de cultivo para conspiraciones y mensajes apocalípticos. ¿Por qué nos atraen tanto?

Los infundios en torno al Papa prosperan gracias al opaco funcionamiento del Vaticano, parecido al de una sociedad secreta. La falta de transparencia siempre dispara las especulaciones. En cuanto a su atractivo, estas teorías son esencialmente relatos con buenos, malos y mucha intriga. Nuestra sociedad es muy aficionada al storytelling, y de ahí que nos seduzcan las explicaciones narrativas. La cuestión es: ¿sabremos inventar relatos refutativos más atractivos que los conspirativos?

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

El Papa Francisco habló sobre su rol como sucesor de Pedro en entrevista inédita: “El Señor me acompaña”

En una entrevista inédita realizada en 2021 en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco, quien falleció el último Lunes de Pascua, reflexionó sobre su rol como sucesor de San Pedro, destacando su profunda relación de confianza y acompañamiento con el Señor.

“Siento que el Señor acompaña, que es Él el que elige, es Él el que empezó esta historia. En mi caso, conmigo la empezó Él, me invitó Él, me acompañó Él. Y pese a mis infidelidades, a que soy un pecador como Pedro, Él no me abandona. Entonces me siento cuidado por Él”, confesó en un momento de la entrevista realizada por Noel Díaz, fundador de la asociación laica “El Sembrador, Nueva Evangelización” (ESNE).

El Papa compartió sus pensamientos mientras se refería a un pasaje del Evangelio en el que Jesús llama a Simón Pedro en medio del pueblo, sin apartarlo de la multitud. Según el Papa, este gesto de Jesús tiene un significado profundo para los sacerdotes:

“Jesús llama siempre a sus sacerdotes desde el pueblo, en medio del pueblo. Si Pedro se hubiera olvidado de su origen, hubiera traicionado al plan de Jesús. Hubiera fundado una élite. El pastor tiene que estar con las ovejas. Para eso es pastor”.

A lo largo de la entrevista, el Pontífice también reflexionó sobre el proceso de transformación de Pedro, quien, al ver el milagro de Jesús, se arrodilla ante Él reconociendo sus límites humanos y su pecado.

Este acto de humildad, para Francisco, es esencial para cualquier líder espiritual: “Pedro, cuando duda, cuando no tiene fuerza, se recordará de esto, del milagro, de que el Señor es capaz de cambiar las cosas. Reconoce que es limitado, que es pecador: ‘Apártate de mí, Señor, que soy un pecador’”.

Para el Pontífice, este proceso de transformación no sólo es un camino personal de fe, sino un recordatorio para todos los que son llamados a liderar: “Cuando Jesús lo unge, lo unge porque es pastor. No lo unge para ascenderlo, para que sea jefe de una oficina. Lo unge para ser pastor”, explicó.

La humildad de Pedro y su confesión de fe

En otro momento de la conversación, el Papa también abordó la confesión de Pedro en el Evangelio, cuando declara a Jesús como el Mesías. “Este se jugó entero. Decirle a alguien: ‘No, vos no sos ni fulano ni mengano, vos sos Dios, el Hijo de Dios’. Hoy, quien lo dijera sería considerado loco. Pedro se jugó entero, y Jesús lo confirma, diciéndole: ‘Sobre esta piedra voy a edificar mi Iglesia’”.

Sobre el mismo tema, el Papa destacó la importancia de la revelación divina en la confesión de Pedro: “Jesús explica por qué tuvo la valentía de jugarse: ‘Porque esto que dijiste no te lo reveló ninguna ciencia, sino el Padre a través de su Espíritu’. La confesión de Pedro no es sólo una declaración personal, sino una revelación del Padre”.

La relevancia de tomar la cruz y seguir a Cristo

A pesar de la fe y valentía de Pedro, el Papa recordó cómo Jesús corrigió al apóstol cuando este trató de disuadirlo de su camino hacia la cruz: “Le dice: ‘Apártate de mí, Satanás’. El peor insulto. Porque lo quería apartar de su camino de cruz. Esta es la gran corrección al primer Papa”, enfatizó.

El Papa también reflexionó sobre los peligros del poder mundano en la Iglesia: “Jesús nos muestra que el pastor no debe apartarse del camino de la cruz. Algunos, a lo largo de la historia, han preferido caminos de poder, de riqueza, de influencia. Pero Jesús nos dice claramente que el camino es otro: ‘Mi camino es la cruz’. Este es el testimonio de la Iglesia”.

El Papa expresó su confianza en la enseñanza de Jesús, recordando que cuando se aparta del camino del Señor, uno puede caer en el error. “Cuando nos apartamos de la Palabra de Jesús, podemos seguir caminos que no son de Él. Y Jesús nos dice: ‘Eso no es mi camino, es el camino de Satanás’”.

El Papa también reflexionó sobre los desafíos que enfrentaba en su misión: “Mi confianza está en la palabra de Jesús, que me da firmeza cuando me elige. Me da una bofetada cuando me equivoco”.

Ante las dificultades externas y las crisis dentro de la misma Iglesia, Francisco reafirmó su esperanza en la promesa de Cristo: “La palabra de Dios nos asegura que no prevalecerán las fuerzas del mal. Jesús nos dice que, aunque vengan ataques y desafíos, la fuerza del mal no prevalecerá. Esa es nuestra esperanza”.

Timanfaya Hernández, decana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid: “El apagón pudo reactivar las emociones del confinamiento: miedo, aislamiento e incertidumbre”

En situaciones inesperadas como el apagón del 28 de abril, no todos reaccionamos igual: el contexto personal, la vulnerabilidad emocional y el tipo de mensajes institucionales que recibimos marcan la diferencia. La psicóloga Timanfaya Hernández destaca la importancia de sentirse acompañado y bien orientado en momentos de crisis.

Timanfaya Hernández, decana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid / COP

La psicóloga sanitaria y forense Timanfaya Hernández / COP

Tras el apagón que sufrió la Península Ibérica el pasado lunes, la gente se vio obligada a dejar las pantallas de lado. Muchos salieron a las calles en una realidad poco ‘corriente’.

Para algunos fue una situación estresante y de inseguridad; para otros, una oportunidad para conectar de nuevo con el mundo ‘real’ y conversar con conocidos y extraños. La gente desempolvó viejas radios a pilas, que se convirtieron en la principal fuente de información durante esas horas desconectadas.

Timanfaya Hernández, decana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COP), habla en esta entrevista con SINC sobre las reacciones emocionales que puede provocar una situación tan inesperada.

Con más de dos décadas de experiencia como psicóloga sanitaria y forense, también es docente en psicología forense y coautora de diversos trabajos académicos.

“El miedo, la irritación o la ansiedad son respuestas habituales ante lo inesperado, pero no todos reaccionamos igual”, dice Hernández. La forma de afrontar una crisis como esta, añade, depende del carácter, de experiencias previas, de si estamos acompañados o solos y, sobre todo, del grado de vulnerabilidad emocional de las personas.

¿Qué señales o síntomas pueden indicar que alguien está sintiendo ansiedad o estrés por este tipo de situaciones?

Las reacciones ante una situación como un apagón prolongado pueden variar mucho de una persona a otra. Es normal que algunos se sientan más nerviosos, irritables o inquietos, sobre todo si han pasado muchas horas sin información clara o sin poder comunicarse.

Es importante no minimizar lo que cada persona siente, y ofrecer apoyo con calma y empatía

También puede haber dificultades para dormir, una sensación de incomodidad o fatiga emocional al final del día. Estas respuestas no son señales de debilidad, sino reacciones normales frente a una situación inesperada que rompe la rutina y genera incertidumbre.

Es importante no minimizar lo que cada persona siente, y ofrecer apoyo con calma y empatía. La mayoría de estas emociones tienden a disminuir una vez que la situación vuelve a la normalidad.

Timanfaya Hernández, decana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid

Timanfaya Hernández, decana del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid / COP

¿Qué papel tiene la comunicación institucional –o su ausencia– en la percepción de seguridad o descontrol colectivo durante una crisis súbita?

La comunicación oficial es fundamental. Cuando las instituciones informan de manera rápida, clara y honesta ayudan a que las personas se sientan más seguras y controlen mejor sus emociones. La falta de información o los mensajes confusos, en cambio, generan más sentimientos de angustia y desconfianza.

Una comunicación clara y honesta reduce la angustia en crisis; la desinformación genera incertidumbre y desconfianza

¿Crees que un evento como este puede hacer que algunas personas revivan emociones o recuerdos del confinamiento por la pandemia?

Situaciones repentinas como un apagón de este tipo pueden despertar emociones similares a las que vivimos durante el confinamiento: miedo, aislamiento o sensación de pérdida de control. Especialmente pueden resurgir de forma más intensa en quienes vivieron la pandemia con más angustia, personas que se enfrentaron a vivencias muy complicadas o que tienen una mayor vulnerabilidad, los pensamientos y emociones.

¿Qué tipo de acompañamiento psicológico es recomendable para colectivos especialmente vulnerables en este tipo de emergencias?

Con las personas mayores y los niños y niñas, es importante transmitir calma, explicar lo que pasa de forma sencilla y acompañarlos emocionalmente. Hay que validar sus sentimientos, no minimizar su miedo, explicarlo y normalizar el hecho de mantener rutinas sencillas para que sientan que conservan el control.

Hay que explicar lo que ocurre y mantener rutinas sencillas para que los más vulnerables sientan que conservan el control

¿Qué estrategias psicológicas podrían ayudar a mantener la calma en este tipo de situaciones?

Algunas estrategias sencillas son organizar pequeñas tareas prácticas, mantenerse informado solo por fuentes oficiales y evitar alarmarse con rumores. Hablar con familiares o vecinos también ayuda mucho.

Mantener la calma no significa no sentir nada, sino actuar con serenidad a pesar de la incertidumbre. La solidaridad y el autocuidado sencillo son esenciales para afrontar mejor cualquier situación de emergencia.

Esta crisis, más allá del malestar y el estrés también dio paso a solidaridad y encuentro. Estos gestos espontáneos reflejan nuestra necesidad profunda de conexión y apoyo mutuo

Durante el apagón y en otros momentos de crisis suelen surgir comportamientos colectivos positivos, ¿como se valora esto desde la psicología social?

El apagón del lunes, más allá del malestar y el estrés que naturalmente generó, también abrió la puerta a manifestaciones de solidaridad y encuentro que vale la pena destacar. Desde la psicología, este tipo de comportamientos pueden interpretarse como una activación del sentido de comunidad ante situaciones de crisis.

Cuando los marcos habituales de nuestras rutinas y consumo se interrumpen, emergen otras dinámicas más humanas y colaborativas: vecinos que se reencuentran, niños que redescubren el juego compartido, personas que ocupan el espacio público para sentirse acompañadas. Estos gestos, aunque espontáneos, reflejan nuestra necesidad profunda de conexión y apoyo mutuo. Nos recuerdan que, incluso en la incertidumbre, los vínculos pueden fortalecerse y ofrecer contención emocional.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Daniel Innerarity, filósofo: “La IA necesita más diversidad y control humano para garantizar los valores democráticos”

¿Cómo afectan los algoritmos a nuestra capacidad de deliberación y decisión colectiva? El pensador Daniel Innerarity lo analiza en el libro Una teoría crítica de la inteligencia artificial, en el que reflexiona sobre el futuro de la voluntad popular en la era digital.

“La IA necesita más diversidad y control humano para garantizar los valores democráticos”

El filósofo Daniel Innerarity ha publicado el libro ‘Una teoría crítica de la inteligencia artificial’. / SINC

La Inteligencia Artificial plantea desafíos técnicos, pero también políticos y filosóficos. “La gran cuestión hoy es decidir si nuestras vidas deben estar regidas por procedimientos algorítmicos”, afirma Daniel Innerarity (Bilbao, 1959), catedrático de Filosofía Política y Social, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco, en Una teoría crítica de la inteligencia artificial (Galaxia Gutenberg, 2025).

Innerarity, que también es director del Instituto de Gobernanza Democrática, entre otros cargos, reflexiona en su nuevo libro sobre los límites tanto de la inteligencia humana como de la artificial.

La gran cuestión hoy es decidir si nuestras vidas deben estar regidas por procedimientos algorítmicos

En un encuentro organizado por la editorial, conversa con SINC sobre su obra, galardonada con el III Premio de Ensayo Eugenio Trías. En la portada, una gaviota sobre una barandilla doblada frente al mar sugiere, contra lo previsible, otra manera de mirar la revolución tecnológica.

¿Por qué esta portada y este libro?

No quería la típica imagen en tonos azules, asociada a lo etéreo y la nube, porque concibo la inteligencia artificial de forma más material, en contraste con el cuerpo humano. La foto, algo retocada con IA, juega con esa idea: una máquina interpretaría que la barra se ha doblado por el peso de la gaviota, mientras que los humanos entendemos la broma de inmediato. Es una metáfora sobre las diferencias entre nuestra intuición y el procesamiento de la IA.

Silicon Valley quiere que creamos que la tecnología, y no la deliberación democrática, resolverá los grandes problemas

Escribí este libro para que se entienda qué está en juego. Hay mucha histeria sobre la tecnología, con expectativas desmesuradas de tecnosolucionismo. Silicon Valley quiere que creamos que la tecnología, y no la deliberación democrática, resolverá los grandes problemas. También hay un pánico exagerado no ajustado a los riesgos reales ni a nuestras posibilidades de afrontarlos. La IA no impone un camino, abre varias posibilidades, como el contexto histórico, político y geoestratégico actual. No está escrito que esto termine mal ni que la tecnología reduzca nuestra libertad, puede tener un potencial emancipador.

Portada del libro de Daniel Innerarity. / Galaxia Gutemberg

Portada del libro de Daniel Innerarity. / Galaxia Gutemberg

¿Es el ‘tecnosolucionismo’ la ideología de la era digital?

Es la de ciertos grandes empresarios del mundo digital, reforzada por el espectacular desarrollo tecnológico. Cada día surgen noticias prometedoras o inquietantes: ayer, una mujer recuperó el habla gracias a la IA; hoy, los traductores protestan para que sus trabajos no alimenten estos sistemas. Este carrusel de avances y conflictos genera perplejidad.

¿Cuál es el papel de la decisión política en una democracia algorítmica, considerando que la IA condiciona tanto el debate como la toma de decisiones?

El proceso de decisión en la IA involucra diseño, datos e interacción con usuarios, y la clave está en cuándo, cómo y para qué deben intervenir los humanos. La falta de diversidad en quienes diseñan estos sistemas, especialmente la escasa presencia femenina, puede generar sesgos. Un ejemplo es el reconocimiento facial que confundía a mujeres negras con orangutanes debido a entrenamientos sesgados con más imágenes de hombres blancos. Es crucial alimentar la IA con más diversidad, como lo hace España con la IA en castellano y lenguas cooficiales [ALIA], frente al anglocentrismo actual, y supervisar la interacción humana para garantizar su compatibilidad con valores democráticos, como hacen Algorithm Watch y la AESIA (Agencia Española de Supervisión de la IA).

No hemos encontrado una forma adecuada de control para la IA: o dejamos demasiado margen, poniendo en riesgo valores, o aplicamos un control excesivo que frena su aprendizaje. La clave está en combinar velocidad y seguridad

¿Por qué no es deseable que la IA sea igual que la humana? ¿La podemos controlar?

En aviación, los hermanos Wright demostraron que, en lugar de imitar a las aves, se debía estudiar la aerodinámica. Así ocurre con la IA: en vez de replicar la inteligencia humana, se debe aprovechar su capacidad de computación y manejo de grandes volúmenes de datos. Funciona bien en contextos con datos claros y soluciones binarias, pero en problemas complejos o ambiguos, los humanos seguimos siendo irreemplazables.

No hemos encontrado un concepto de control adecuado para la IA: o dejamos demasiado margen, poniendo en riesgo valores, o aplicamos un control excesivo que frena su aprendizaje. El Acta Europea de IA avanza en la dirección correcta, pero sigue siendo genérica. Es como en 1868, cuando en Reino Unido se exigía que una persona caminara delante del coche con una bandera roja para evitar accidentes. La clave está en combinar velocidad y seguridad, como con los coches modernos o el ABS, donde la mejora tecnológica evita los riesgos de frenar de forma brusca en una situación de pánico.

La IA funciona bien en contextos con datos claros y soluciones binarias, pero en problemas complejos o ambiguos, los humanos seguimos siendo irreemplazables

¿Qué legitimidad tenemos para imponer una perspectiva regulatoria europea?

Lo ideal sería alcanzar un acuerdo global sobre estándares éticos, políticos y democráticos, pero tenemos culturas distintas. Como en el cambio climático, sabemos que es urgente, pero se avanza con pactos parciales. No obstante, los estándares europeos influyen en otros actores. Además, IA y ecología se solapan porque el consumo energético de esta tecnología es enorme y ya forma parte de la agenda climática internacional.

¿Qué implica que las regulaciones de IA las formulen personas no nativas digitales, con distinta percepción sobre sus riesgos y beneficios que las nuevas generaciones?

La transformación digital no consiste solo en digitalizar administraciones, sino en transformar la sociedad en su conjunto. Y una transformación de esta magnitud debe ser democrática e inclusiva, abrir debates, permitir la crítica, y tener en cuenta las brechas generacionales, económicas, geográficas y culturales. No puede gestionarse ignorando la diversidad: nativos digitales, mayores, migrantes, habitantes del mundo rural… Es una prueba de fuego, ¿desarrollaremos una tecnología inclusiva o dejaremos que divida y expulse? Debemos evitar que la digitalización sea una herramienta de exclusión, como se percibió con la transición ecológica en las protestas de los chalecos amarillos en Francia.

Debemos evitar que la digitalización sea una herramienta de exclusión, como se percibió con la transición ecológica en las protestas de los chalecos amarillos en Francia

En La era de la revancha, Andrea Rizzi propone un organismo global para gobernar la IA, como el OIEA en energía nuclear. ¿Cómo hacerlo en un contexto de desconfianza?

Vivimos en esa era y las instituciones globales son cuestionadas por motivos ideológicos o geoestratégicos. Prevalece la lógica del «sálvese quien pueda» y los juegos de suma cero, lo que dificulta una gobernanza internacional sólida. Hoy, el modelo win-win ni está, ni se le espera. A este respecto, la pandemia tuvo efectos ambivalentes. En lo positivo, promovió una respuesta cooperativa en Europa, impulsando mecanismos de solidaridad como los fondos Next Generation, impensables en 2008. En lo negativo, profundizó desigualdades, como la educación online, que excluyó a los estudiantes del entorno escolar, y generó sensación de vulnerabilidad e irritación social, alimentando desconfianza hacia autoridades, migrantes y otros países, de lo que viven ciertos extremismos hoy en día.

¿Qué repercusiones tiene esa desconfianza?

Ahora la ciudadanía tiene mayor sentido crítico, lo que puede ser visto como un avance democrático. Sin embargo, creo que la idea de transparencia está sobrevalorada y que nuestra cultura visual asume erróneamente que ver equivale a entender. Frente a la transparencia –entendida como simplemente «ver dentro de la caja negra»–, propongo centrarnos en la explicabilidad: no basta con mostrar, hay que hacer comprensible, porque los sistemas tecnológicos actuales son tan complejos que solo pueden ser evaluados adecuadamente mediante instituciones públicas de mediación fiables.

No basta con mostrar, hay que hacer comprensible, porque los sistemas tecnológicos son tan complejos que solo pueden ser evaluados adecuadamente mediante instituciones públicas de mediación fiables

¿Cómo afrontamos algoritmos que favorecen la polarización y la desinformación?

Transitamos de un ecosistema con pocas fuentes de información a uno con muchas donde el reto es discriminar la fiable. Esta abundancia, beneficiosa y democrática, se distorsiona por redes sociales con algoritmos que favorecen el extremismo, la polarización, lo escandaloso y castigan la moderación. Pero se pueden regular los algoritmos para promover dinámicas compatibles con una cultura democrática, como hace la UE.

¿Cómo abordamos el conflicto entre la IA y los derechos de autor?

Europa lidera en regulación de derechos de autor y privacidad, pero el equilibrio es complejo. Buena parte de la creatividad humana consiste en recomponer la creatividad de otros, no somos tan creativos como creemos. No se trata de justificar el plagio, hay algunos límites evidentes, pero en otros casos no es fácil delimitar qué hay de original y qué de repetitivo, en buena medida porque vivimos en una cultura con muchos productos –como guiones de series o bestsellers– banales o basados en fórmulas poco originales.

Esta abundancia [de fuentes de información], beneficiosa y democrática, se distorsiona por redes sociales con algoritmos que favorecen el extremismo, la polarización y lo escandaloso, y castigan la moderación

La IA está revolucionando campos como la medicina, pero la formación va con retraso. ¿Qué le diría, en general, a maestros y profesores, como usted?

En ámbitos como la medicina (o el derecho) se hace muy evidente el desfase entre lo que la sociedad espera y una formación memorística, repetitiva y poco creativa. Aunque en salud y justicia no solemos hacer experimentos, sería necesaria una formación más holística.

En general, a los maestros les diría que ya no somos solo transmisores de información. Desde que existe Google, esa función se ha vuelto banal, los estudiantes ya no nos necesitan para encontrar datos. ¿Qué podemos aportarles que no puedan encontrar por sus medios?: podemos ayudarles a formular las preguntas oportunas –porque buscar no es algo fácil o espontáneo– y enseñarles a encontrar de verdad lo que buscan. Google compite con nosotros solo en recopilar información, no en lo más creativo de enseñar.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Pablo Zavattieri, ingeniero civil de la Universidad de Purdue (EE UU) : “La naturaleza es una fuente infinita de inspiración para la ingeniería”

Durante millones de años, mosquitos, escarabajos, abejas, crustáceos y una vasta variedad de organismos han desarrollado las más extraordinarias adaptaciones, como exoesqueletos y estructuras complejas, mediante un largo proceso de ensayo y error evolutivo. El ingeniero civil argentino Pablo Zavattieri forma parte de una creciente comunidad multidisciplinaria que busca revelar sus secretos y traducirlos en una nueva generación de materiales livianos, pero asombrosamente resistentes.

El ingeniero civil argentino Pablo Zavattieri

El ingeniero civil argentino Pablo Zavattieri recrea las antenas de mosquitos mediante impresión 3D para entender cómo estos insectos detectan sonidos a grandes distancias. Sus hallazgos podrían conducir a mejoras en la monitorización y detección de desastres naturales como terremotos y tsunamis. / Purdue University

Son nuestros enemigos letales, los máximos depredadores de la humanidad. Al propagar enfermedades como el dengue, la malaria, el virus del Nilo, la fiebre amarilla, el zika, el chikungunya y la filariasis linfática, causan alrededor de un millón de muertes al año, más que cualquier otra criatura en el mundo.

Y, sin embargo, en sus antenas quizás se esconda nuestra salvación. “Los mosquitos podrían inspirar nuevas formas de detectar desastres naturales como terremotos y tsunamis”, cuenta a SINC el ingeniero civil Pablo Zavattieri.

Los mosquitos podrían inspirar nuevas formas de detectar desastres naturales como terremotos y tsunamis

En los laboratorios de la Universidad de Purdue en Indiana, Estados Unidos, este investigador argentino se rodea de biólogos, químicos, físicos y otros ingenieros para estudiar toda clase de insectos y crustáceos y crear materiales más ligeros y resistentes para la construcción de edificios, puentes, medios de transporte e incluso futuras estaciones espaciales.

“La naturaleza ha tenido millones de años de prueba y error para desarrollar estructuras y métodos aparentemente contraintuitivos”, afirma este profesor -algo atípico e inquieto- que se licenció en ingeniería nuclear en Argentina, se doctoró en aeronáutica en Estados Unidos, trabajó en la industria automotriz durante nueve años y toca el contrabajo en diversas orquestas de jazz y tango. “Podemos aprender mucho de ella”.

¿Qué le llamó la atención de los mosquitos y qué tienen para enseñarnos?

En los insectos, los sistemas auditivos han evolucionado de forma independiente en todo su cuerpo para hacer frente a las limitaciones físicas impuestas por su pequeño tamaño. A diferencia de los organismos equipados con orejas con tímpanos, los mosquitos escuchan usando sus antenas, estructuras sensoriales ligeras capaces de detectar el sonido.

Lo que me llamó la atención es que, al volar, hacen mucho ruido con las alas, un helicóptero. Y, aun así, estos insectos logran distinguir sonidos específicos en un bosque donde hay mucho ruido ambiental. Pueden, por ejemplo, escuchar el croar de las ranas y localizarlas para picarlas y alimentarse de su sangre. O encontrar a las hembras de su especie para aparearse.

Abulones

El exoesqueleto del escarabajo diabólico acorazado es tan resistente que le permite sobrevivir ser atropellado por un automóvil. / UC Irvine

¿Siempre le interesaron estos insectos?

Me sorprendió cuando me lo contó la zoóloga panameña Ximena Bernal, con quien trabajamos en esta investigación y estudia estos mosquitos aquí, en Purdue, desde hace ya muchos años. Lo asombroso es que pueden escuchar a largas distancias y detectar con precisión señales acústicas específicas. Nos enfocamos en dos especies: los machos de Aedes aegypti necesitan para el cortejo escuchar tonos de vuelo de baja potencia de las hembras. Las persiguen en enjambres escuchando sus aleteos. Mientras que las hembras de la especie Uranotaenia lowii rastrean llamadas distantes y de alta potencia de ranas para alimentarse. Escuchan sus llamadas de apareamiento. Nuestro conocimiento de estas estrategias es actualmente limitado.

En los insectos, los sistemas auditivos han evolucionado de forma independiente en todo su cuerpo para hacer frente a las limitaciones físicas de su tamaño

¿Y en qué consistió la investigación que publicaron en la revista Acta Biomaterialia?

Diseccionamos y estudiamos la intrincada geometría de las antenas de estos mosquitos utilizando microscopía y tomografía computarizada. También usamos una impresora 3D llamada Nanoscribe que produce materiales microscópicos. Hasta donde sabemos, ningún estudio ha caracterizado exhaustivamente las propiedades mecánicas del sistema de antenas de estos insectos. Son detectores acústicos minúsculos, sensibles y especializados sintonizados con estímulos acústicos biológicamente relevantes.

Mediante el uso de modelos computacionales e impresión 3D a escala nanoscópica, descubrimos cómo, a pesar de carecer de oídos tradicionales, los mosquitos pueden navegar por el paisaje auditivo: las características arquitectónicas de sus antenas les permiten detectar sonidos específicos mientras mitigan la interferencia del ruido del golpeteo de sus alas, una fuente constante de estimulación acústica. Los pelos sensoriales distribuidos en la superficie de las antenas desempeñan un papel clave en la sensibilidad auditiva. Funcionan como un violín. Se han adaptado para detectar la frecuencia específica de ciertos sonidos.

¿Qué implicaciones tienen estos hallazgos?

Esta investigación proporciona una comprensión más profunda de las antenas de los mosquitos, uno de los oídos más complejos que se encuentran en los insectos. Pero también puede conducir al desarrollo de tecnologías de detección bioinspiradas, pieles inteligentes, materiales acústicos y sensores enfocados en la detección y atención de desastres naturales como terremotos o tsunamis.

Aún estamos en una etapa muy temprana de la investigación, pero estos conocimientos podrían derivar en paneles de insonorización para edificios, auriculares con cancelación del ruido más potentes e incluso dispositivos de camuflaje acústico, que consisten básicamente en ‘ocultar’ objetos, evitando que las ondas sonoras choquen con él. Ahora estamos tratando de conseguir financiación para seguir trabajando con mi colega Ximena Bernal. Quiero imprimir en 3D parches con muchas antenitas y tratar de ver cómo aplicamos lo que aprendimos.

Estamos en una etapa muy temprana, pero estos conocimientos podrían derivar en insonorización para edificios, auriculares con cancelación del ruido más potentes y dispositivos de camuflaje acústico

La madre de las soluciones

Este enfoque es conocido como biomimética y busca inspirarse en las estructuras de la naturaleza para crear tecnologías innovadoras. ¿Cómo lo ve la comunidad científica?

Cada vez hay más laboratorios de bioingenieros. En 2006, cuando estaba trabajando en el centro de investigación de General Motors, en Detroit, escuché hablar de bioinspiración o biomimética. Por entonces, había mucho escepticismo. Se mencionaban como ejemplos de éxito el velcro y el tren bala Shinkansen, inspirado en la manera en que se zambulle el pájaro martín pescador a alta velocidad en el agua. Pero no había mucho más.

Fue alrededor de esa época cuando empezamos a estudiar los abulones u ‘orejas de mar’, una familia de moluscos que tienen conchas exteriores muy resistentes. Su interior está recubierto por nácar, un material iridiscente muy resistente a pesar de su composición de más del 95 % de aragonito, un tipo de carbonato de calcio: está dispuesto en una estructura en miniatura similar a una pared de ladrillos que impide la propagación de grietas y hace que el material sea muy fuerte.

Se tendría que romper y no se rompe: se deforma si uno le pone agua y ayuda a mantener la integridad de la concha bajo cargas externas y así proteger al molusco. Los abulones son interesantes organismos de los que estamos aprendiendo a crear nuevos materiales estructurales, más resistentes, por ejemplo, a la actividad sísmica.

¿Qué otros ejemplos de tecnologías bioinspiradas están en desarrollo?

Existen varios: ahora hay células solares inspiradas en hojas de plantas; fibras de alta resistencia derivadas de la telarañas; radares multifrecuencia inspirados en murciélagos; materiales inteligentes que imitan la pieles de delfín o pepinos de mar; dispositivos voladores de bajo consumo de combustible inspirados en colibríes. En Zimbabue, desarrollan edificios sin aire acondicionado que se mantienen fresco gracias a un sistema de ventilación inspirado en las termitas.

Ya hay células solares inspiradas en hojas de plantas, fibras de alta resistencia derivadas de la telarañas o radares multifrecuencia inspirados en murciélagos

¿Por qué dice que la naturaleza tiene mucho que enseñarnos?

Porque es una fuente infinita de inspiración. Lo que distingue a la naturaleza es su dominio en la utilización de materiales locales que se encuentran en el entorno, combinándolos ingeniosamente para sintetizar una amplia gama de estructuras complejas. En ciencia, básicamente trabajamos con hipótesis. Las probamos, las contrastamos.

Lo que podemos hacer desde el punto de vista ingenieril es tomar prestada una idea de la naturaleza y aplicarla para mejorar un material. No es una copia exacta. Por eso es ‘bioinspiración’. Buscamos desentrañar los secretos del diseño de la naturaleza para crear materiales robustos y ligeros que resistan el estrés sin deformarse. Cada vez que hablo con un biólogo, se me ocurren nuevas ideas. Empiezo a imaginar qué problemas de ingeniería se pueden solucionar. En el proceso, la especulación se convierte en hipótesis, las cuales terminamos testeando con experimentos y modelos.

Abulones

Bioingenieros como Zavattieri se inspiran los abulones -una familia de moluscos que tienen conchas exteriores muy resistentes- para crear nuevos materiales. / Purdue University

¿Fue lo que sucedió con el escarabajo acorazado diabólico (Phloeodes diabolicus)?

Así es. Se trata de un insecto casi indestructible de unos 2 centímetros de largo. Por ejemplo, puede sobrevivir a ser aplastado por el neumático de automóvil. Al carecer de la capacidad de huir de los depredadores, este insecto de los desiertos del suroeste de América del Norte desarrolló a lo largo de 350 millones de años una armadura, un exoesqueleto rico en proteínas extremadamente resistente al impacto y al aplastamiento. Puede soportar fuerzas de hasta 39 000 veces su propio peso corporal.

En 2020, publicamos con el equipo del ingeniero David Kisailus de UC Irvine un paper en Nature en el que explicamos su dureza: mediante una combinación de microscopía avanzada, pruebas mecánicas y simulaciones por computadora, descubrimos que su resistencia se debe a las articulaciones en capas del exoesqueleto similares a un rompecabezas. La estructura de la carcasa de este escarabajo sirve de inspiración para la creación de la próxima generación de materiales ligeros resistentes al impacto para su uso en las industrias aeroespacial, automotriz y de defensa.

Lo que distingue a la naturaleza es su dominio en la utilización de materiales que se encuentran en el entorno, combinándolos para sintetizar estructuras complejas

Nuevas enseñanzas

Su equipo también estudió al camarón mantis (Odontodactylus scyllarus). ¿Qué aprendieron de esta criatura marina?

Este crustáceo domina a sus presas, tales como moluscos y otros cangrejos, aplastándolas con una especie de garrote, un apéndice de medio centímetro en forma de maza hecho de carbonato de calcio y fosfato de calcio que se endurece y con el que golpea a gran velocidad, a 80 km/h. Las fibras de quitina de este martillo biológico están dispuestas en un patrón de espiga en la capa exterior, lo que le confiere su dureza y ayuda a que la energía del impacto se disipe. La fuerza creada por el impacto del crustáceo es más de mil veces su propio peso. La naturaleza nos está enseñando cómo producir materiales más livianos, pero más fuertes y resistentes para muchas aplicaciones, como nuevos chalecos antibalas y aeronaves.

¿Cree que para construir estaciones y colonias en la Luna o Marte también se necesitará inspirarse de la naturaleza?

Absolutamente. Nuestro equipo fue uno de los seleccionados por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) para un nuevo programa llamado Trenton, que busca facilitar la impresión tridimensional de hormigón subacuática. Propusimos conceptos de bioinspiración para aumentar la resistencia del material que se imprime abajo del agua. Si en algún momento alguna agencia o empresa decide colonizar Marte o instalar una colonia en la Luna, seguramente los pioneros espaciales construirán estructuras, hábitats y herramientas con impresoras 3D, capa a capa, utilizando minerales del suelo, como el regolito, las partículas finas, polvorientas y arenosas que cubren las superficies lunar y marciana.

En la gravedad reducida de la Luna o Marte, los materiales se comportan de forma diferente a como lo hacen en la Tierra. Podemos aprender de la naturaleza para crear materiales impresos en 3D más robustos para edificios y otras estructuras. La naturaleza tiene mucho para enseñarnos y recién estamos rascando la superficie. Debemos estar siempre atentos a las soluciones que han desarrollado a lo largo de millones de años mosquitos, escarabajos, crustáceos y miles de otros organismos. Nunca se sabe si la respuesta a un problema está justo delante nuestro.

Fuente: SINC
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Alistair McGuire, catedrático de Política Sanitaria en la London School of Economics. “El envejecimiento demográfico no es el gran motor del aumento del gasto en sanidad”

Alistair McGuire, economista del University College London, investiga cómo sociedades cada vez más envejecidas pueden seguir financiando adecuadamente sus sistemas de salud.  

Alistair McGuire

McGuire, durante su reciente visita a Madrid. / Fundación Ramón Areces

Como viene sucediendo año tras año desde 2009, España es el país europeo con mayor esperanza de vida al nacer. Vamos camino de los 84 años de media y, sin embargo, esta estadística tan positiva cada vez tiene más sombras: una larga vida también es sinónimo de un mayor gasto sanitario, ya que a partir de los 65 años comienzan a aparecer comorbilidades, tratamientos crónicos y otros factores que suponen un mayor estrés para los balances de cualquier país desarrollado.

No es un reto únicamente para España, aunque nuestro querido territorio, por su peculiaridad demográfica, está mucho más expuesto.

En los últimos años, McGuire ha asesorado a gobiernos y organizaciones internacionales sobre cómo seguir manteniendo en pie el edificio de la sanidad pública

Alistair McGuire (1956), catedrático en el departamento de Política Sanitaria de la London School of Economics, ha dedicado buena parte de su prolífica carrera académica a investigar precisamente esto: cómo sociedades cada vez más envejecidas pueden financiar sus sistemas de salud, qué implicaciones tiene el envejecimiento poblacional sobre los gastos sanitarios o cómo afectarán a todo esto los nuevos tratamientos que prometen prolongar la vida saludable, pero no son baratos.

En los últimos años, McGuire ha asesorado a gobiernos y organizaciones internacionales sobre cómo seguir manteniendo en pie el edificio de la sanidad pública. Hace unos días pasó por Madrid para hablar de todos estos trascendentales asuntos en la Fundación Ramón Areces.

Por nuestras características demográficas, España va a tener cada vez más difícil seguir permitiéndose una sanidad pública de calidad. Sin embargo, no hay país hoy en día que esté libre de este problema, ¿verdad?

Lo primero que hay que apuntar es que España se basa en 17 regiones autónomas que tienen diferentes tipos de atención médica. Por poner un ejemplo, aunque en el Reino Unido financiamos la sanidad de manera similar a España, a través de los impuestos, solo tenemos cuatro regiones.

El asunto de la demografía es ligeramente diferente en España, pero no tanto. En la mayor parte de Europa la población mayor de 65 años está creciendo en volumen, mientras la de 20 a 64 todavía está aumentando, pero comenzará a disminuir notablemente en unos 10 años.

Esto es bastante importante porque hay un par de cosas que afectan a la atención médica a través del proceso de envejecimiento. Lo primero es, obviamente, que a medida que las personas envejecen, podrías esperar que usen más atención médica. Pero en realidad esto no va a tener una gran influencia desde el punto de vista económico, porque la mayoría de los gastos médicos individuales ocurren en los últimos dos años de vida.

En la mayor parte de Europa la población mayor de 65 años está creciendo en volumen, mientras la de 20 a 64 comenzará a disminuir notablemente en unos 10 años

En ese sentido, desde el punto de vista del gasto, es indiferente que uno viva 83 años o 79.

Así es. Incluso si la esperanza de vida está aumentando, como es el caso, si el mayor gasto aún se limita al último año de vida, entonces no es realmente un gran problema. El envejecimiento demográfico no es el gran motor de ningún aumento en el gasto sanitario. Dicho esto, la mayor parte de este gasto que se produce al final de una vida se realiza en el sector hospitalario. En la atención médica es el sector más grande en la mayoría de los países europeos, incluida España.

Lo que también está sucediendo, por supuesto, es que a medida que las personas envejecen, desarrollan más comorbilidades.

Entonces, un 40 % de las personas mayores de 65 años viven con dos o más enfermedades. A medida que las poblaciones envejecen, las comorbilidades también aumentan. Estas comorbilidades tienden a tratarse en el sector ambulatorio o de atención primaria, por lo tanto, la presión sobre el gasto en atención médica del envejecimiento asociado con las concurrencia de enfermedades no es tan grande como se podría pensar, aunque también es cierto que los individuos están tendiendo a desarrollar estas comorbilidades cada vez más pronto.

Aquí siempre nos felicitamos por ser los más longevos de Europa, ¿pero qué problemas esconde esa cifra afortunada?

Aunque ahora España tiene una esperanza de vida al nacer de alrededor de 83 años, su esperanza de vida saludable es una de las peores de Europa. El promedio de personas con vidas saludables es de menos de 64 años de edad.

Como decía antes, las personas están desarrollando comorbilidades un poco antes a medida que envejecen, pero de nuevo, esto no es realmente un gran punto de presión para el gasto en atención médica, porque se tratan en partes menos costosas del sector, como las consultas de atención primaria.

Aunque ahora España tiene una esperanza de vida al nacer de alrededor de 83 años, su esperanza de vida saludable es una de las peores de Europa

Entonces, digamos que pese al envejecimiento en España, el gasto en atención médica se está conteniendo, no está correlacionado. Pero esto no va a ser así para siempre, ¿no?

España es algo distinta a otros países en ese sentido. La esperanza de vida saludable y la mortalidad están aumentando a una edad más temprana, pero se están tratando como pacientes ambulatorios, por los médicos de cabecera. Esto significa un menor gasto.

Pero en términos del envejecimiento general de la población, en realidad España en unos diez o veinte años sufrirá más severamente que la mayor parte de Europa. La población de ancianos como proporción de la población crecerá, mientras que la población activa, aquellos entre 20 y 64 años, comenzará a disminuir.

Esto es muy importante porque el país financia dos tercios de su gasto en sanidad a través de impuestos o deuda pública. Y de hecho, España tiene un problema de deuda pública muy grande y creciente, y su recaudación fiscal se ha mantenido justo por debajo del 40 % de la renta nacional durante los últimos 10 años. Entonces, es muy difícil recaudar más impuestos o aumentar dicha deuda.

¿Cuánto podría aumentar el coste de la sanidad como consecuencia de este envejecimiento?

El gasto en atención médica en España está actualmente por debajo del promedio europeo, pero en los próximos años, el envejecimiento real de la población ejercerá mucha presión sobre el gasto.

Crecerá, tal vez, alrededor del 5 % anual durante los próximos 10 a 15 años.

El gasto en atención médica en España está actualmente por debajo del promedio europeo, pero en los próximos años, el envejecimiento real de la población ejercerá mucha presión

Alistair McGuire

Alistair McGuire, durante su ponencia en Madrid. / Fundación Ramón Areces

Actualmente el incremento del gasto sanitario está entre el 4,5 y el 6 %, parece asumible.

El problema que España va a tener es doble. Que la población activa va a disminuir en los próximos 20 años, entonces, la capacidad de la base impositiva para financiar la atención médica del sector público va a estar bajo más presión, y la deuda del sector público es bastante alta. Entonces, a menos que aumenten los impuestos, va a ser muy difícil ver un gran crecimiento en el gasto en atención médica del sector público.

El segundo problema es, por supuesto, que a medida que tu fuerza laboral comience a disminuir —aunque España lo ha hecho hasta ahora muy bien reclutando médicos e incluso enfermeras— tendrá una gran escasez de médicos. Como vuestra tasa de natalidad está disminuyendo y hay cada vez más personas mayores, la población activa se reducirá, lo que hará más difícil encontrar trabajadores de cualquier tipo. Creo que estos problemas serán más graves en España que en el resto de Europa, porque el envejecimiento de la población será algo más severo aquí.

Aunque el papel lo aguante, ningún político quiere decir a los ciudadanos que planea subirles indefinidamente los impuestos para pagar la sanidad.

Creo que el aspecto del envejecimiento tendrá un efecto indirecto más que un efecto directo. Las presiones indirectas radican en que no habrá tanto margen fiscal para aumentar los impuestos a las personas con el fin de mantener el crecimiento del gasto sanitario. Y ya estáis por debajo del promedio europeo en términos de gasto sanitario, lo que claramente no es ideal ni óptimo.

Los gobiernos autonómicos (que son quienes tienen las competencias en sanidad) están recurriendo cada vez más a la privatización de servicios sanitarios. ¿Le parece una solución adecuada, aunque sea a corto plazo?

El problema con esto es que hay que diseñar contratos que proporcionen los incentivos adecuados para garantizar tanto la calidad como la cantidad de la atención que estas empresas privadas deben ofrecer por encargo del Estado, y estos contratos son bastante complejos de elaborar.

Es muy difícil supervisar la calidad dentro de los contratos, por lo que, a menos que se establezcan objetivos de calidad explícitos en ellos, resulta complicado implementarlos. El problema, por supuesto, es que el sector privado, dado que la calidad es difícil de observar y verificar, siempre tiene el incentivo de “hacer trampas” con el contrato y devolver los casos más complejos al sistema público. Así que, como dices, no es una solución ideal.

El sector sanitario privado, dado que la calidad es difícil de observar y verificar, siempre tiene el incentivo de “hacer trampas” y devolver los casos más complejos al sistema público

¿Y cuál sería una buena forma de empezar a resolver todo esto? ¿Quizás invertir en medicina preventiva o geriatría?

Creo que no hay un nivel óptimo de gasto sanitario. En España, como en otros lugares, ha estado creciendo más rápido que los ingresos nacionales, incluso antes y después del covid-19. El crecimiento del sector sanitario suele ser mayor que el de otros sectores de la economía, y eso es difícil de controlar.

Hay un par de puntos críticos. Por un lado, a medida que las personas se vuelven más prósperas, quieren gastar más en atención médica, lo cual es positivo, pero no quieren pagar más impuestos para financiarla. Eso es una decisión política, como mencionaste, y es difícil de manejar.

Por otro lado, el envejecimiento tiene cierto impacto, pero realmente no es un gran factor en la demanda. El principal impulsor del aumento del gasto sanitario es la nueva tecnología. Estas innovaciones casi siempre tienden a aumentar el gasto, incluso si el coste unitario es bajo. Por ejemplo, una angioplastia, que sustituye a la cirugía a corazón abierto, cuesta aproximadamente un tercio de esta última, pero se aplica a una población de pacientes más amplia, lo que significa que el gasto total aumenta a pesar del menor coste unitario.

Además, algunas tecnologías son simplemente más caras sin ofrecer beneficios clínicos significativos. Y también hay medicamentos terapéuticos que solo benefician a una pequeña parte de la población. Por ejemplo, en promedio, solo el 20 % de los pacientes responden a la inmunoterapia, lo que significa que de cada 100 personas que reciben el medicamento, solo 20 ven resultados positivos. La evidencia empírica muestra que las nuevas tecnologías son responsables de entre el 30 y el 75 % del aumento en el gasto sanitario, según varios estudios.

A medida que las personas se vuelven más prósperas, quieren gastar más en atención médica, pero no quieren pagar más impuestos para financiarla. Eso es una decisión política y es difícil de manejar

¿Qué papel tienen en todo esto los médicos? ¿Pueden contribuir a mejorar la financiación de los sistemas públicos de salud?

En el sector privado, los paquetes de beneficios están claramente definidos, pero en un sistema público financiado por seguros sociales e impuestos, no siempre está claro cuáles son los beneficios de salud cubiertos. En general, depende mucho de los médicos decidir qué tratamientos ofrecer, y a medida que surgen nuevos tratamientos, los costes aumentan.

Creo que hay tres cosas que deben hacerse al respecto: primero, fortalecer las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias (HTA) para definir el paquete de beneficios sanitarios, para que no quede a criterio individual de los médicos. Segundo, evaluar rigurosamente las nuevas tecnologías, no solo desde la perspectiva clínica, sino también económica, garantizando una buena relación calidad-precio antes de integrarlas en el sistema. Y por último, regular el sector privado para que complemente adecuadamente al sector público.

¿La inteligencia artificial tiene la capacidad de contribuir a una mejor financiación? Se viene usando en su mayoría para el diagnóstico, para detectar manchas en la piel o analizar grandes bases de datos para identificar grupos de población en riesgo de una enfermedad. Al final, son casos graves que te ahorras.

Incluso cuando las personas reciben información clara sobre sus riesgos de salud, no siempre actúan en consecuencia. Por ejemplo, hay estudios que muestran que las mujeres portadoras del gen BRCA, con alta probabilidad de desarrollar cáncer de mama u ovario, a menudo no optan por cirugías preventivas de inmediato, sino que posponen la decisión, incluso después de recibir información clara sobre los riesgos.

¿Hay algún país que esté gestionando estos problemas de manera ejemplar?

La respuesta corta es no. El país que quizás lo hace mejor en algunos aspectos, aunque no en inmigración, es Suiza. Suiza combina altos niveles de impuestos con un seguro privado complementario, fuertemente regulado para reforzar el sector público. Aun así, también se enfrenta a la escasez de personal sanitario.

La evidencia empírica muestra que las nuevas tecnologías son responsables de entre el 30 y el 75 % del aumento en el gasto sanitario

Pero casi ningún país puede replicar el modelo suizo.

La mayoría de los países europeos están luchando contra estos mismos problemas. En esencia, España no es muy diferente, pero se enfrenta el reto desde una base de gasto sanitario más baja y con un problema demográfico más grave.

Fuente: SINC
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Dafna Feinholz, jefa de Bioética y Ética de Ciencia y Tecnología de la UNESCO: “Los estados deben invertir para incluir a la mujer en la ciencia en todas sus etapas”

Al cumplirse 100 años del nacimiento de la disciplina que estudia la materia a escala nanométrica, las tecnologías cuánticas prometen avances disruptivos. Pero, ¿quién se beneficiará de ellos?, ¿serán equitativos y justos? La psicóloga mexicana Dafna Feinholz impulsa un debate social para abordar estas cuestiones

Dafna Feinholz

Dafna Feinholz participó en Barcelona en una jornada dedicada a la ciencia cuántica, enmarcada en la celebración del año dedicado a esta materia. / Andreu Puig

A pesar de que la UNESCO, fundada en 1946, es sobre todo conocida por su labor de conservación del patrimonio cultural mundial, desde hace más de 30 años cuenta con un programa de bioética y ética de la ciencia y la tecnología desde el que intenta generar debate social, reflexión y concienciación sobre temas relacionados con el progreso científico; también, influir sobre el diseño de políticas que permitan construir sociedades más inclusivas, con mayor equidad de género y menor brecha social.

En ese sentido, la psicóloga mexicana Dafna Feinholz, al frente de la sección de Bioética y Ética de la Ciencia y la Tecnología de esta organización, es una firme defensora de la aplicación de la ética en todas las fases de la investigación, así como de la inclusión de la diversidad, la igualdad de género y también la pobreza.

Dafna Feinholz es una firme defensora de la aplicación de la ética en todas las fases de la investigación, así como de la inclusión de la diversidad y la igualdad de género

Hace unos días, Feinholz participó en Barcelona en una jornada dedicada a la ciencia cuántica, enmarcada en la celebración del año dedicado a esta materia y organizada por la Consejería de Universidades e Investigación.

Ante un auditorio lleno de investigadores de instituciones públicas y privadas, muchos de los cuales lideran en España la llamada segunda revolución cuántica, Feinholz reclamó no dejarse arrastrar por lo acelerado que es el progreso científico y tomar en cuenta las implicaciones éticas y sociales de los avances científicos y tecnológicos.

Ha anunciado que la UNESCO trabaja para publicar una recomendación sobre ética en inteligencia artificial.

Así es y también un informe sobre la ética de la computación cuántica. Ambos se adoptarán este año.

¿Por qué es importante establecer un marco de regulación ético de la tecnología?

Porque no es independiente de los poderes. No es buena ni mala, es un reflejo del entorno social y político en el que se desenvuelve y, por tanto, siempre hay unos valores que están detrás. La tecnología conforma nuestro mundo y nosotros conformamos el mundo. Sabemos que, por ejemplo, la tecnología cuántica tiene el potencial de transformar la educación, la sanidad, la seguridad alimentaria, la tecnologías verdes, pero también comportará muchas otras repercusiones que aún se desconocen para la gente.

La tecnología cuántica tiene el potencial de transformar la educación, la sanidad, la seguridad alimentaria, la tecnologías verdes, pero también comportará repercusiones para la gente que aún se desconocen

¿Negativas?

La tecnología está muy concentrada en unos pocos estados y empresas tecnológicas, y, por tanto, el desarrollo de nuevas tecnologías cuánticas podría seguir aumentando la brecha digital entre aquellos países que usan la tecnología y los que no. E incluso también dentro de los propios países, porque no todos los grupos de la sociedad tienen acceso a la energía y la tecnología. Para que la tecnología nos beneficie a todos no debe estar condicionada únicamente por la competencia del mercado, sino que debe tener como objeto la visión más amplia del bienestar humano.

Estas tecnologías ya han propiciado enormes avances, como por ejemplo toda la electrónica, desde los dispositivos móviles a las placas solares.

Precisamente porque son tecnologías disruptivas debemos preguntarnos quién está detrás de ellas, si realmente las necesitamos y cuál va a ser su impacto. Y son preguntas cuya respuesta cambian en función de quién las plantee. No es igual un científico, un filósofo o un agricultor, porque a cada uno le impactará de una manera diferente o ni siquiera le va a importar porque no va a entender cómo le impacta. Por eso defiendo que hace falta un diálogo social, que requiere un trabajo muy importante de comunicación y de explicación y de reflexión. Ninguna tecnología es neutral. Por algo decidimos invertir en ellas, desarrollarlas, y no apostar por otras. Ahí hay valores, intereses detrás. Por ejemplo, deberíamos cuestionarnos el principio de proporcionalidad.

Es necesario hablar de la democratización de la ciencia, de las decisiones que se toman en lo que tiene que ver con lo que nos va a permitir tener una vida de valor, que valga la pena vivir

¿En qué consiste?

Una tecnología puede que sea útil, pero no la vamos a usar para todo, sino solo cuando sea necesario. Pero, de nuevo, ¿quién toma esa decisión? Porque cuando decides invertir para desarrollar la cuántica, seguramente estás quitando recursos para desarrollar alguna otra cosa. Por ello, es necesario hablar de la democratización de la ciencia, de las decisiones que se toman en todo lo que tiene que ver con lo que nos va a permitir tener una vida de valor, que valga la pena vivir. No podemos solo centrarnos en que tal tecnología nos aportará mucha riqueza o en que habrá un desarrollo tecnológico espectacular.

Algunos de los avances que prometen las tecnologías cuánticas van en la línea de permitirnos una vida de valor, como en el caso de las energías verdes y la biomedicina.

Desde luego que sí, y es muy importante que demos solución a estos problemas que son fundamentales. Pero existe una tendencia a pensar que la tecnología nos va a sacar de todos los problemas, como ahora, que parece que la inteligencia artificial lo va a resolver todo. Pero no es así, somos nosotros quienes tenemos que decidir. La tecnología nos define, pero nosotros la definimos a ella. Y por eso es por lo que este diálogo inclusivo, multidisciplinario, multicultural, es fundamental, porque, además, la forma como las diferentes culturas entienden la tecnología no tiene nada que ver. En Japón gustan mucho los robots, pero en Latinoamérica no sería aceptable que un robot cuidara a la gente mayor.

En Japón gustan mucho los robots, pero en Latinoamérica no sería aceptable que un robot cuidara a la gente mayor

Tampoco, de momento, en España.

No estoy diciendo que sea malo, sino que hay muchas verdades y contextos, y lo que necesitamos es un diálogo que permita que nos pongamos de acuerdo como sociedad en qué es lo que queremos y hasta dónde queremos.

En el caso de las tecnologías cuánticas, ¿cómo vamos a participar en un debate del que no entendemos ni tan siquiera de qué va?

Por ello educación e inclusión son cruciales. También cómo enseñamos ciencia: habría que incluir reflexión ética. La gente siempre reflexiona sobre lo que le conviene, sobre lo que le da miedo, sobre lo que le interesa. Debemos apostar por la educación y la formación de la sociedad en general y de los alumnos, en particular, en las diferentes carreras, para que vayan entendiendo la complejidad, lo que es la ciencia, para empezar.

¿Deberíamos exigir a los científicos que incluyan la dimensión ética desde el planteamiento del tema de investigación?

Se tiene que exigir. Es cierto que puede haber un mal uso de una tecnología que ha sido diseñada para reportar beneficios. Por eso tiene que haber regulaciones y también es verdad que no vamos a parar el desarrollo científico por un mal uso que hagan algunos. Pero sí es importante que los científicos tomen en cuenta la ética, porque tomada en consideración de manera correcta, ayuda y favorece el desarrollo científico, lo acompaña para que esté acorde a valores generales. Porque nadie quiere que haya más inequidad, ni gente rezagada. No queremos estas concentraciones de poder y de dinero, ni más pobreza, ni más brecha entre la gente que tiene acceso a la tecnología. Y los investigadores tienen que tomar consciencia de su función social. Un reto clave es que la ética forme parte del debate desde el desarrollo de la tecnología hasta sus aplicaciones.

Las tecnologías cuánticas necesitan de minerales escasos muchos de los cuales se hallan en países en vías de desarrollo, como el Congo, o en guerra, como Ucrania y sus tierras raras. Pero necesitamos esos minerales para desarrollar sensores ultraprecisos para, por ejemplo, detectar el cáncer.

Ese es exactamente el ejemplo del planteamiento ético. En la recomendación que hicimos sobre inteligencia artificial y ahora en la que estamos haciendo en neurotecnología, reconocemos que la IA puede ser muy buena para predecir una inundación, por ejemplo. Pero es que para construir todos estos ordenadores y para mantener la nube y toda la información que nos permita predecir fenómenos meteorológicos extremos estamos gastando agua, electricidad, recursos no renovables que estamos consumiendo y agotando. Al final todo eso acaba siendo una repercusión para el planeta, porque el cambio climático nos afecta a todos.

Para mantener la nube y toda la información que permita predecir fenómenos meteorológicos extremos estamos gastando agua, electricidad, recursos no renovables que se consumen y agotan

¿Considera que hace falta conciencia social sobre las implicaciones de las tecnologías? Por ejemplo, cada vez usamos IA para hacer vídeos que subir a redes sociales, con el consumo elevado de recursos que supone.

Hace poco leí que en un país querían desarrollar un nuevo barrio, pero no podían hacer porque necesitaban usar toda la electricidad para enfriar las máquinas para los servidores de un edificio que tenían del cloud y entonces no podían construir casas. Realmente, hace falta un trabajo de concienciación. Es un momento de democratizar más el conocimiento y la reflexión, tanto de la ciencia, como de las consecuencias. Las personas nos estamos dejando llevar por la inmediatez. Todo el mundo habla de capacidades digitales, de la importancia de formar a los chicos, pero para mí esta es la época de la ciencias sociales y las humanas, porque eso es lo que estamos perdiendo. Nos da miedo que la inteligencia artificial nos quite los trabajos. Claro que sí, pero solo si dejas de pensar, si dejas de razonar, si dejas de tener en cuenta a los demás.

La IA nos ha de dar miedo, pero solo si dejamos de pensar, de razonar, si dejamos de tener en cuenta a los demás

Mañana es el 8 de marzo, el día internacional de la mujer. En el ámbito tecnológico, las mujeres continúan bastante en la sombra.

Desde el principio han estado detrás de muchísimos de los grandes avances, aunque fueron reconocidas muy tarde. Y hoy en día, en cuántica hay muchas, pero no se habla de ellas. Este es otro tema estructural, la falta de acceso de las mujeres a los ámbitos STEAM. Los estados deben invertir para favorecer políticas de inclusión de la mujer en la ciencia en todas sus etapas, y que puedan tener también acceso a puestos de decisión y de mando. Cada vez más mujeres que cursan carreras científicas, esto por suerte ya ha cambiado, pero ¿directoras, jefas de algo? No. Para que eso pase tiene que estar apoyado por políticas, por cambios estructurales de la sociedad y por financiamiento que lo haga sostenible.

Las mujeres hemos estado desde el principio detrás de muchísimos de los grandes avances, aunque fuimos  reconocidas muy tarde

¿Es optimista?

Tengo que serlo porque me estoy dedicando a eso y porque si perdemos la ilusión… Aunque confieso que hay momentos en que me desanimo. Pero luego que tenemos que continuar en la lucha porque el péndulo se tiene que volver a mover.

Fuente: SINC
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