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Jonathan Osborne, investigador en educación científica:“La buena ciencia es como el buen arte: impresionante o inquietante”

El investigador emérito de la Universidad de Standford (EE UU) Jonathan Osborne ha visitado Madrid para hablar sobre el informe Educación científica en la era de la desinformación, que ha publicado junto a un equipo internacional. Para este experto, si después de varios años de educación científica obligatoria “no eres capaz de recordar algo significativo, es un problema”.

Jonathan Osborne durante su visita al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología en Alcobendas (Madrid). / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)

Jonathan Osborne trabaja para mejorar la enseñanza en las escuelas de materias como las matemáticas, la química y la física, campo este último en el que está especializado. El científico ha estado estos días en España, ya que fue invitado a participar en el III Congreso Nacional Scientix, que se celebró el pasado fin de semana en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología en Alcobendas (Madrid).

Este evento, organizado por la FECYT y el Ministerio de Educación y Formación Profesional, se dirige al profesorado para compartir metodologías, recursos y ejemplos prácticos sobre ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Es uno de los autores de los Estándares Científicos de Próxima Generación de EE UU, para mejorar el rendimiento en estas materias. ¿Qué es lo que deberíamos haber aprendido de ciencia al acabar la escuela?

Ese es el verdadero desafío. Creo que tiene que definirse mucho más claramente, algo que no han hecho los planes de estudio hasta ahora, incluido el más reciente de Estados Unidos que es muy influyente. ¿Qué queremos que los alumnos sean capaces de hacer si abandonan la ciencia, a la edad que sea? No buscamos que sean capaces de reproducir el ciclo de Krebs, queremos que puedan explicar a sus amigos dos o tres grandes ideas y que eso les parezca realmente emocionante. Una idea que les haya cambiado la forma de ver el mundo. Por ejemplo, la mayor parte del átomo es espacio vacío. Si piensas que en el pequeño núcleo se concentra y que alrededor están los electrones, es algo impresionante.

¿Por qué no se hace así?

Si nos fijamos en los libros de texto, hay un montón de información, pero ningún capítulo comienza por explicar qué pregunta se va a responder. No podemos seguir impartiendo esta forma de enseñar la ciencia, porque la mayoría de los estudiantes llegan al final y dicen: no quiero volver a acercarme a ella.

No podemos seguir impartiendo esta forma de enseñar la ciencia, porque la mayoría de los estudiantes llegan al final y dicen: no quiero volver a acercarme a ella

¿Cuáles son los problemas más comunes que tienen los estudiantes en estas asignaturas?

El problema más común es la dificultad, pero no solo. No logran ver el sentido que tiene y por qué es importante. Eso es una tragedia para esta disciplina y para ellos también, porque la ciencia es un gran logro intelectual. Falla la forma en que se presenta y se comunica en las escuelas.

¿Podría darme un ejemplo?

Siempre recuerdo cuando entrevisté a una mujer que trabajaba en una interfaz entre la ciencia y el arte. Estábamos haciendo una especie de entrevista general sobre preguntas acerca de lo que es hacer buena ciencia desde su punto de vista. Para ella, era como el buen arte: es impresionante o es inquietante y creo que es muy cierto. Si partes, por ejemplo, del telescopio James Webb y las fotografías que ha conseguido son literalmente impresionantes. Pero también puede ser inquietante a un nivel muy básico. Si te paras a pensar, el día y la noche los provoca un sol en movimiento. La ciencia es esa historia diferente que te dice que estás en una Tierra que gira. Y va tan rápido, a más de 1000 millas por hora [1600 km/h] pero tú no sales despedido, ¿cómo es posible? Eso es inquietante.

La astronomía y el universo despiertan mucha curiosidad, pero otras materias pueden parecer más densas, ¿no?

Sí, un ejemplo simple está en la física. En la escuela estudiamos palancas y poleas y este tipo de cosas. Si se hace de forma común es extremadamente aburrido. ¿Por qué estamos estudiando esto y qué es lo interesante? Con este sistema de poleas puedo levantar cuatro veces mi peso, tal vez incluso ocho veces mi peso, ¿cómo es posible? Creo que se trata de un problema de presentación de la ciencia que necesita ser abordado.

¿Quiénes lo hacen mejor?

Los museos hacen un trabajo excelente para que sea impresionante o inquietante.

¿Por qué es importante despertar interés también en aquellas personas que no van a volver a estudiar ciencias?

Dónde veo el problema es cuando hablo con un amigo adulto y le digo que, por favor, me cuente algo que recuerde de la ciencia escolar. Que me diga, por ejemplo, una idea importante que transformara el mundo que ahora comprende y que le pareciera inquietante, y no se acuerdan de nada. Eso es grave.

El problema es cuando hablo con un amigo adulto y le digo que, por favor, me cuente algo que recuerde de la ciencia escolar y no se acuerdan de nada, eso es grave

¿Eso no ocurre con otras materias?

En literatura inglesa, no sé cómo es aquí con el estudio de la española, obviamente leímos a Shakespeare y puedo recordar en detalle gran parte de la historia de Macbeth, porque la estudiamos y tiene importancia para mí en ese sentido. Si después de ocho o nueve años de educación científica obligatoria no eres capaz de contar una historia significativa sobre la ciencia, es un problema.

¿Es un problema de la forma de aprendizaje o porque no reflexionamos sobre su significado más allá de los libros de texto?

Los ingleses tenemos un dicho: los árboles no dejan ver el bosque. Se presenta a los estudiantes pequeños trozos de información, pero nunca el cuadro completo. ¿Por qué la teoría de la evolución de Darwin es tan importante? Dobzhansky dijo la famosa frase: nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la evolución. Si después de cien años la educación no puede explicarme qué es lo que justifica esa declaración, eso me preocupa. Si no puedes exponerme una concepción básica del universo dónde estamos y lo pequeños que somos. Todo eso se pierde porque la gente se centra en el bosque y no en el panorama general. Así está diseñada la ciencia en la escuela.

Jonathan Osborne. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)

Jonathan Osborne. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)

¿Es importante familiarizarse con el lenguaje científico?

La ciencia es un conjunto de ideas complejas. Como cualquier profesión, ha desarrollado un conjunto de palabras y lenguaje y formas de hablar del mundo. Si quieres estudiar esa disciplina, tienes que adquirir el lenguaje de la ciencia. Un idioma solo se adquiere utilizándolo. Cualquiera que aprenda un idioma puede decirte que la gramática y el vocabulario no es lo importante. Se trata de tener oportunidades para practicar. Por esta razón, es fundamental que los estudiantes tengan ocasiones de escribir usando el lenguaje científico, de hablar con este lenguaje y leerlo. Sé que hacer experimentos, por ejemplo, es divertido, pero si eso es todo lo que recuerdan, no se avanza.

Aprender la palabra fotosíntesis en sí misma no tiene valor, a menos que puedas explicar por qué es la reacción más significativa del planeta

¿Cómo podemos introducir ese ‘idioma complejo’ en el día a día de un estudiante?

Necesitas oportunidades para ello, para usar este lenguaje y construir esa capacidad. Hay que aprender a deletrearlo y entender el concepto que lo acompaña. Es decir, aprender la palabra fotosíntesis en sí misma no tiene valor, a menos que puedas explicar por qué es la reacción más significativa del planeta. ¿Qué es lo impresionante de este concepto? Básicamente, es algo que los humanos no pueden hacer o recrear y que las plantas hacen todo el tiempo y gracias a ella se crea toda la comida existente.

¿Me podría dar ejemplos prácticos para ponerlo en marcha?

Tiene que haber actividades en las que se pida a los alumnos que escriban y expliquen cosas. Pueden hacer presentaciones en PowerPoint con actividades en las que se les pida que lean y deduzcan el significado. Por ejemplo, les das seis afirmaciones para que reflexionen si son verdaderas o falsas. Después les puedes leer un texto y preguntarles otra vez, ¿cuál es la evidencia del relato? Se trata de dar a los alumnos la oportunidad de hablar de ciencia, hacer que al menos hablen con la persona que tienen al lado y le expliquen una idea. O presentarla a toda la clase, tiene que ser un proceso mucho más activo. Habrá quién dirá que no se puede hacer porque tiene que dar toda la materia, pero sus alumnos no recordarán nada. Una sola idea bien recordada vale más que 1.000 olvidadas.

También defiende que tiene que existir una argumentación científica, ¿en qué sentido?

Lo principal de la ciencia es la argumentación basada en la evidencia. Es importante que los estudiantes lo tengan presente. Vuelvo al ejemplo del día y la noche. Si me levanté por la mañana y el sol estaba en un lugar y más tarde estaba en otro, cuál es la evidencia de que la Tierra gira si no puedes producir la evidencia para ello. Un colega mío dice: pedir a los estudiantes que crean cosas sin evidencias es tratarlos con falta de respeto, sería básicamente una forma de religión. Por esta razón, de vez en cuando hay que presentar las pruebas de las creencias y hay que darles la oportunidad de considerarlas y debatirlas. Es decir, ¿qué hay de controvertida en la evolución?, ¿cuáles son las pruebas?, ¿por qué Darwin llegó a esta conclusión en particular y el 99,9 % de los científicos la creen?

Hay que presentar las pruebas de las creencias y dar [a los alumnos] la oportunidad de considerarlas y debatirlas. Por ejemplo, ¿qué hay de controvertida en la evolución?, ¿cuáles son las pruebas?, ¿por qué Darwin llegó a esta conclusión y el 99,9 % de los científicos la creen?

Es decir, hay que enseñar las pruebas.

Tienes que dar a los estudiantes la oportunidad de considerarlas.

Jonathan Osborne. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)

Jonathan Osborne. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)

Con la pandemia se ha visto precisamente que las evidencias científicas en tiempo real pueden llegar a ser contradictorias. ¿Cómo se traslada que no es un acto de fe?

El problema de estos días es que la ciencia está en un entorno muy complejo. La mayor parte de la ciencia a la que nos enfrentamos y a la que nos hemos enfrentado en la pandemia va mucho más allá de lo que aprendemos en la escuela. Tienes suerte si has estudiado algo sobre virus. Así que ahí estás tú, como una persona a la que le es ajeno, confrontada con las afirmaciones de los científicos sobre si debes llevar mascarilla o no, ponerte la vacuna o no. La mayoría de nosotros no tenemos los conocimientos científicos necesarios para evaluar las pruebas por nosotros mismos. Tenemos que confiar en algo.

¿Cómo se llega a esa confianza en la ciencia?

Con un abogado, un arquitecto, un fontanero o un mecánico de coches se trata de reputación. Preguntas a tus amigos si conocen a alguno fiable. Hacer eso con un científico no es posible, te imaginas preguntar: ¿conoces a un investigador de confianza? Te ves obligado a tomar decisiones y dar credibilidad de personas que no conoces. Por esta razón tienes que estar entrenado y hacer la primera pregunta correcta: ¿esta persona tiene un conflicto de intereses?

Con un abogado o un mecánico preguntas a amigos por uno fiable. Hacerlo con un científico no es posible, te imaginas preguntar: ¿conoces a un investigador de confianza? La cuestión correcta sería preguntarse si ese investigador tiene conflicto de intereses

No basta con ser científico.

Además de serlo, la siguiente pregunta que hay que hacerse es: ¿en qué áreas investiga? Aquí es donde todo se vuelve más complejo. Saber si una persona que dice que el cambio climático es un error, trabaja en ese campo o es un físico nuclear que no sabe nada sobre ello. Si pasa esa prueba, entonces hay que saber cuál es el consenso científico, que es lo que aparece en los libros de texto. Es un camino largo para llegar hasta ahí. También están lo que yo llamo los detractores, que dirán cosas como: ¿podemos dar confianza a los científicos para predecir lo que va a pasar en 10 años si ni siquiera pueden predecir el tiempo de la próxima semana? Ahí falla la manera en la que hemos enseñado la ciencia.

¿Por qué falla la enseñanza?

Esta persona está haciendo una afirmación fuera del consenso científico. Pero también lo hizo Galileo en su día y tenía razón. ¿Qué hay de malo en ese argumento? Mi punto de vista al respecto es que hay una plaga de desinformación. Veo una analogía con la antigua enfermedad del escorbuto, que contraían los marineros por falta de vitamina C, una terrible dolencia por la que perdían los dientes. Tenía una simple solución y cuando la supieron tomaron algún tipo de verduras para ponerle fin. Lo mismo pasa con la desinformación, no requiere un gran arreglo, pero sí que eduquemos a las personas para que sean competentes y hagan tres o cuatro preguntas clave.

Todo el mundo presenta la tecnología como una solución maravillosa al problema de la educación. Es útil, pero creo que el exceso de tecnología solo se utiliza para reforzar una mala enseñanza

¿Las llamadas nuevas tecnologías han entorpecido este cometido o ayudan?

Soy un poco escéptico, con los años me he vuelto más. Todo el mundo presenta la tecnología como una solución maravillosa al problema de la educación. Es útil y tiene sus usos, pero creo que el exceso de tecnología solo se utiliza para reforzar una mala enseñanza. Es maravilloso tener demostraciones en PowerPoint, visuales y videos de YouTube. Pero sigue siendo dos cosas: mostrar y contar. Así no es como la gente aprende a involucrarse con las ideas. Hay que pedirles que piensen en ellas, que escriban sobre ellas, que las reflejen.

¿Debería dar un profesor una asignatura en la que no es especialista?

En mi opinión, es difícil enseñar una materia que no entiendes bien. Cuando se trata de educación primaria, es un error pedirles a los profesores que enseñen de todo, porque habrá materias en las que no se sientan seguros.

Jonathan Osborne. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)

Jonathan Osborne. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

“El reto del periodismo científico ahora es saber cómo comunicar la incertidumbre”

Cary Funk, directora de investigación sobre ciencia y sociedad en Pew Research Center: “El reto del periodismo científico ahora es saber cómo comunicar la incertidumbre”

La pandemia ha puesto a la ciencia en el centro de atención como no se había visto antes. La confianza de la ciudadanía en este ámbito ha sufrido altibajos, debido a la confusión generada por los continuos cambios en la información a medida que aprendíamos más sobre el coronavirus. Sin embargo, la credibilidad de la comunidad científica sigue siendo más alta que la de otros grupos e instituciones, comenta esta experta en investigación de la opinión pública.

Cary Funk en su visita a Madrid para participar en una jornada sobre periodismo científico y desinformación, organizada por el Science Media Hub del Parlamento Europeo. / Álvaro MUñoz Guzmán / SINC

Cary Funk es directora de investigación sobre ciencia y sociedad en el estadounidense Pew Research Center. Su trabajo se centra en comprender las implicaciones que tienen la ciencia, la información y las noticias científicas en la sociedad. También investiga sobre la confianza de la ciudadanía en estos temas, que han estado en primera plana durante la pandemia de la covid-19.

En SINC entrevistamos a esta experta durante una visita a Madrid, donde participó en una jornada sobre la necesidad de promover la confianza en la ciencia para contrarrestar la desinformación, organizado por el Science Media Hub del Parlamento Europeo.

La gran pregunta es saber qué pasó con la confianza del público en la ciencia después de que el coronavirus irrumpiera en nuestras vidas

Su centro hace encuestas sobre múltiples temas de interés, entre otros, la confianza del público en la ciencia ¿En qué nivel está ahora esta confianza?

Sí, en el Pew Research Center hacemos encuestas en Estados Unidos y otras partes del mundo sobre temas como la confianza de los ciudadanos en la ciencia y en la información científica. Lo que ocurre con el tema de la confianza en la ciencia es que tiene altibajos. La gran pregunta es saber qué pasó con esta credibilidad después de que el coronavirus irrumpiera en nuestras vidas. En mi país, lo primero que vimos fue que creció un poco al principio [2020], pero desde entonces, hace cosa de un año, empezó a bajar. Esto muestra que la percepción continúa cambiando.

Sin embargo, la credibilidad de la ciencia y de los científicos, aunque haya caído, tiende a ser más alta que la que se tiene con respecto a otros grupos e instituciones, como puede ser los medios de comunicación, los colegios o el ejército.

La valoración de los gobiernos también se resintió en el transcurso de la pandemia, ¿no?

Efectivamente, en nuestra encuesta global a principios de 2020, cuando empezó a expandirse el coronavirus, vimos algo similar respecto a la valoración que la gente daba a sus gobiernos en el manejo de la pandemia. Al comienzo, los encuestados daban puntuaciones altas, es decir, pensaban que sus gobiernos estaban haciendo un buen trabajo. Pero un año más tarde, está valoración empezó a caer. Muy pocos decían que sus gestores lo estaban haciendo bien. Y, en Europa, uno de los países donde esta caída fue especialmente acusada fue en Alemania.

¿Es cansancio o algo más?

La gente se cansa y también influyen los resultados. En este caso, la ciudadanía se fija en cuántas muertes e infectados por covid ha habido en el país. Esto nos da una pista de que los resultados importan y que las políticas impulsadas también se tienen en cuenta a la hora de evaluar a los gobiernos.

En EE UU, un punto de inflexión en la opinión pública se debió al surgimiento de divisiones políticas. Tras seis semanas de acuerdo mayoritario, empezaron a aparecer grandes diferencias entre los dos partidos sobre la gestión de la pandemia

¿Qué papel han tenido las diferencias políticas y los mensajes contradictorios en esta pérdida de confianza?

En Estados Unidos uno de los puntos de inflexión en la opinión pública se debió al surgimiento de las divisiones políticas en torno a la ciencia y la pandemia. Hubo seis semanas de acuerdo mayoritario en cómo el gobierno estaba manejando el tema y, después de eso, empezaron a aparecer grandes diferencias entre los dos partidos en todo lo relacionado con el coronavirus: sobre si suponía o no una amenaza para la salud pública, etc.

Hay algunas similitudes en Europa y en otros lugares, y a través de diferentes ideologías, desde de izquierdas a derechas y populismos. No se observan grandes diferencias, es el mismo patrón. Y creo que es lo mismo en España y en otros sitios, a escala más pequeña, pero es una tendencia.

Lo que los académicos dicen sobre los movimientos antivacunas es que estos grupos utilizan valores importantes para la gente, como la libertad y la individualidad, para crear miedo sobre lo que podrían suponer las restricciones

¿Y este entorno favorece de alguna manera el resurgir de los movimientos antivacunas?

Ha habido en este tiempo en el mundo, y en EE UU también, un crecimiento de gente que duda de las vacunas y desconfía sobre su seguridad. Esta es una de las razones de la reunión que hemos tenido en Madrid: debatir por qué estas personas logran diseminar estas dudas y consiguen el apoyo que tienen.

Lo que los académicos dicen sobre este tema es que estos grupos utilizan valores importantes para la gente, como la libertad y el derecho a la individualidad, para crear miedo sobre lo que podrían suponer las restricciones.

En España este es un movimiento pequeño, pero en Europa hay países donde tienen mucha influencia.

Pudimos comprobar esto que dices en una encuesta que hicimos en 20 países, incluyendo España, justo antes de la pandemia. Se preguntó a los encuestados sobre los beneficios de las vacunas infantiles, como las del sarampión, las paperas y la rubeola. Y, en efecto, en España había un gran apoyo respecto a estas vacunas por sus beneficios sanitarios, preventivos y su bajo riesgo. Esto puede ser un indicativo de cómo la gente ha aceptado aquí las vacunas contra el coronavirus.

¿En qué proyectos está trabajando actualmente?

En muchos. Continuamos investigando sobre la percepción que tiene la gente de la pandemia del coronavirus y en su gestión, porque no ha terminado, aunque nos gustaría que ya no existiera. ¡Es un momento tan importante para la ciencia! No hemos vivido un momento con la ciencia tan en el centro de atención, tan en primera línea, en décadas.

Creo que una de las claves ha sido que los expertos científicos también han formado parte del proceso de elaboración de políticas de una manera muy cercana, y eso ayuda a enlazar la ciencia y la política.

La cuestión para el periodismo científico ahora es cómo mantener al público interesado cuando haya una nueva crisis para que, simplemente, no desconecte

Cary Funk posa para SINC en Madrid. / Álvaro Muñoz Guzmán / SINC

La pandemia acabará un día, eso esperamos. Sin embargo, nos acechan otras enfermedades zoonóticas, como ha sucedido con el monkeypox. ¿Cuál es la forma de comunicar la incertidumbre?

Este es uno de los desafíos actuales del periodismo científico: cómo comunicar la incertidumbre de la manera más honesta posible, y ese ha sido uno de los grandes retos que hemos vivido con el coronavirus, porque no sabíamos demasiado e íbamos cambiando lo que conocíamos día a día. Desde la perspectiva de la gente, al principio podría pensar que estos cambios en la información de salud pública significaban que se estaba aprendiendo más, pero, al mismo tiempo, esas mismas personas decían que resultaba confuso.

Es lógico que la gente sintiera esa confusión, porque continuamos cambiando lo que les decimos, o variamos la que creemos que es la respuesta correcta sobre cómo frenar la propagación de la enfermedad, si la vacuna previene el coronavirus o solo los casos graves de la covid. Todo ha ido cambiando a lo largo del tiempo, así que creo que la cuestión para el periodismo científico es cómo mantener al público interesado cuando haya una nueva crisis para que, simplemente, no desconecte. Así que hay que dirigir la información a la gente de una manera que nos escuche y preste atención cuando realmente lo necesite.

¿Y cómo hacemos esto?

Bueno, este es vuestro trabajo [risas].

Lo sé, pero ¿qué opinas tú?

Creo que si observamos el mundo de las redes sociales y por qué la gente dice que las usa para informarse es porque las noticias vienen a ti, ¿verdad? En los viejos tiempos las personas buscaban la información y la encontraban en los periódicos o en otros medios tradicionales. Pero ahora esperamos que la información venga a nosotros. Por eso, para que el periodismo científico haga una buena cobertura ha de encontrar la manera de llegar a la gente donde esté y hay muchas maneras de hacerlo.

A veces los científicos creen que si comparten información eso ya es suficiente. Y el consejo de los que trabajan en convencer a la gente que duda sobre las vacunas es que hay que escuchar con empatía sus temores o miedos, sin menospreciar a la otra persona ni burlarse de sus creencias

¿Por ejemplo?

Hay ya periodistas que están experimentando con nuevas formas atractivas de dar información científica, por ejemplo, con videos cortos, tipo reels de Instagram o en otras plataformas de redes sociales. También con encuentros en persona, de manera que la gente no espera. La prensa científica del Parlamento Europeo está innovando en este sentido y organizado encuentros en lo que llaman ciencia de guerrilla’, u otras formas en las que acercar la ciencia a la gente sea distinto a ir a una conferencia científica.

¿Y aparte de estas innovaciones en la manera de presentar la información, qué puede hacer la prensa científica para llegar a la gente?

Creo que hay varias cosas que podemos considerar. Una de ellas es que la forma de influir en la gente no solo es con la información, sino también a través de su corazón, de sus emociones. Podemos empezar a pensar en qué van a sentir las personas que reciben esa información.

A veces los científicos creen que si comparten información eso ya es suficiente. Y los consejos de aquellos que trabajan para convencer a la gente que duda sobre los beneficios de las vacunas es que hay que escuchar con empatía, conocer cuáles son su temores o miedos y entonces ser capaces de decir: estos son los datos de que dispongo y esto es lo que creo que es apropiado o válido. De esta forma, se puede informar sin menospreciar a la otra persona ni burlarse de sus creencias, sino escuchando y explicando por qué tienes esa información, cuánta certeza tienes y por qué estás seguro de ella, cuántas dudas tienes y por qué la información puede cambiar.

21/7/2022 11:05 CEST

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

“El caso de Henrietta hoy sería impensable, la investigación con muestras humanas está sometida a una estricta regulación”

Ana Cuadrado, investigadora del departamento de Oncología Molecular del CNIO

La bióloga Ana Cuadrado utiliza las células inmortales de Henrietta Lacks para estudiar los mecanismos moleculares relacionados con el control de la división celular, la replicación del ADN y la respuesta de las células cancerosas a fármacos antitumorales. Como ella, miles de científicos en el mundo siguen utilizando las células ‘inmortales’ de esta mujer afroamericana, que murió un 4 de octubre de hace 71 años de cáncer de útero y cuyas muestras fueron extraídas sin su permiso.

La investigadora del CNIO Ana Cuadrado. / A. Tabernero / CNIO

Esta doctora en Biología trabaja en el Departamento de Oncología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Lleva más de 20 años investigando los mecanismos moleculares del cáncer, en distintos modelos y ámbitos, desde la empresa farmacéutica hasta la investigación básica.

Ana Cuadrado (Oviedo, 1972) está centrada ahora en un proyecto que trata de identificar las causas moleculares que están detrás de los casos más agresivos de un tipo de tumor pediátrico: el sarcoma de Ewing. “Nuestra finalidad es identificar marcadores de pronóstico eficaces y desarrollar tratamientos más efectivos para estos pacientes”, explica a SINC en esta entrevista.

Hoy, en el 71 aniversario de la muerte de Henrietta Lacks, Cuadrado cuenta que tanto ella como muchos otros grupos de investigación en el CNIO siguen trabajando con las células HeLa procedentes de esta mujer afroamericana, fallecida por un cáncer de útero el 4 de octubre de 1951. “Estas células son como ‘tubos de ensayo’ para numerosos proyectos de investigación básica y sirven para la identificación de sensibilidades a fármacos antitumorales”, comenta.

Las células HeLa constituyen muchas veces un primer ‘tubo de ensayo’ donde podemos estudiar fácilmente procesos celulares básicos y generales en las células cancerosas que luego pueden aplicarse a modelos más específicos

Las células cancerosas de Henrietta Lacks sirvieron para originar una línea de cultivo celular inmortal: las células HeLa, utilizadas en miles de investigaciones, entre ellas la tuya. ¿Qué uso que les das?

Las células HeLa son una herramienta muy útil cuando necesitamos un sistema celular que crezca con rapidez, en un medio de cultivo básico que me permite obtener grandes cantidades de células de forma relativamente rápida y económica. Son especialmente útiles cuando estudiamos los mecanismos moleculares relacionados con el control de la división celular, la replicación del ADN y la respuesta de las células cancerosas a fármacos antitumorales, en particular, los que provocan daño en el ADN y alteran los procesos responsables de la división celular.

¿Cómo te han ayudado las células HeLa en tu trabajo?

Estas células sirven muchas veces para una primera fase de ensayo donde podemos estudiar fácilmente procesos celulares básicos y generales en las células cancerosas, que luego pueden aplicarse a modelos más específicos. En mi caso concreto, me han ayudado en fases iniciales de cribado de colecciones de compuestos químicos que puedan tener efectos antitumorales. Estos cribados o screenings se realizan con miles de compuestos simultáneamente, en varias réplicas experimentales, por lo que la capacidad de crecimiento de las células HeLa supone una enorme ventaja.

Tras las fases iniciales de cribaje, buscamos mejores modelos, ya sean células cancerosas procedentes de pacientes que puedan cultivarse en el laboratorio, organoides y modelos animales específicos que permitan reproducir a nivel molecular cada tipo concreto de cáncer

Sin embargo, es importante decir que los screenings de compuestos están evolucionando hacia modelos específicos de cada tipo de cáncer que reproducen de la forma más fiel posible el entorno del tumor en el organismo, por lo que, tras las fases iniciales de cribaje, buscamos mejores modelos, ya sean células cancerosas procedentes de pacientes que puedan cultivarse en el laboratorio, organoides —masas tridimensionales de células que recrean órganos o tejidos en cultivo— o modelos animales específicos que permitan reproducir a nivel molecular cada tipo concreto de cáncer.

Investigas en sarcoma de Ewing, un tumor raro en niños y adolescentes ¿Nos puedes explicar en qué consiste tu proyecto?

El sarcoma de Ewing es un tipo de tumor de hueso y tejidos adyacentes considerado una enfermedad rara, debido a su baja incidencia, que, efectivamente, afecta a niños y jóvenes adultos. Pese a esta baja incidencia, es especialmente doloroso por el grupo de población afectado. Se produce en la inmensa mayoría de los casos por una traslocación cromosómica que provoca la aparición de una proteína aberrante que, a su vez, modifica el comportamiento de las células óseas de estos pacientes. Sin embargo, no todos los casos tienen el mismo pronóstico: mientras que un 70 % de los pacientes responden bien a los tratamientos clásicos, un 30 % tienen mal pronóstico y su supervivencia es muy baja.

Nuestro proyecto persigue identificar las causas moleculares responsables de los casos con peor pronóstico, que ya sabemos dependen de la pérdida de función de un gen que codifica una proteína responsable de organizar la ‘arquitectura del genoma’, la proteína Stag2. Queremos comprender por qué estos pacientes con mutaciones en Stag2 tienen una enfermedad más agresiva, ser capaces de identificar estos casos de forma temprana en la clínica y explorar oportunidades terapéuticas específicas para estos pacientes, es decir, identificar tratamientos especialmente efectivos para ellos.

¿En qué fase está la investigación?

Actualmente, en colaboración con el doctor Enrique de Álava, del Hospital Virgen del Rocío, estamos validando la eficacia de STAG2 y de algunas proteínas dependientes de la misma, como marcadores de pronóstico en muestras de pacientes. En paralelo, realizamos screenings de compuestos de uso clínico que puedan ser más efectivos contra células de sarcoma de Ewing mutantes para Stag2. Tenemos resultados preliminares con algunos de estos fármacos que demuestran mayor eficacia en estas células, pero aún debemos validarlos con un número más representativo de células de pacientes para asegurarnos de la relevancia clínica de nuestros hallazgos.

Tenemos dos objetivos claros: detectar de forma más temprana los casos potencialmente más agresivos de sarcoma de Ewing, pero, sobre todo, identificar estrategias terapéuticas más eficaces para estos casos

¿Qué aportación crees que puede tener tu trabajo en futuros tratamientos para este tipo de cáncer?

Como comentaba anteriormente, tenemos dos objetivos claros: detectar de forma más temprana los casos potencialmente más agresivos de sarcoma de Ewing, pero, sobre todo, determinar estrategias terapéuticas más eficaces para estos casos. Se trata de identificar precozmente a estos pacientes con peor pronóstico y poder tratarlos con las combinaciones de fármacos más específicas y adaptadas a su problemática.

¿Hay otros grupos e investigación que trabajen con estas células HeLa en el CNIO?

Muchos de los grupos de investigación del CNIO trabajan o han trabajado con estas células. Son como ‘tubos de ensayo’ para numerosos proyectos de investigación básica y pueden servir para la identificación de sensibilidades a fármacos antitumorales.

Henrietta Lacks, afroamericana y pobre, murió a los 31 años de cáncer de útero sin saber que le habían extraído las células que se han utilizado en más de 70.000 experimentos, patentes, negocios y tratamientos. ¿Cómo valoras su caso?

El caso de Henrietta Lacks ha tenido dos grandes consecuencias en la historia de la investigación biomédica. Por una parte, representa el primer caso de línea celular estable que pudo cultivarse indefinidamente in vitro, lo que ha constituido un hito fundamental con implicaciones médicas importantísimas, tanto en el desarrollo de fármacos y tratamientos, como en la comprensión de multitud de procesos moleculares y celulares.

El caso de Henrietta Lacks ha tenido grandes consecuencias en la investigación biomédica: representa el primer caso de línea celular estable que pudo cultivarse indefinidamente ‘in vitro’ y supuso un punto de inflexión en la apertura de un debate ético esencial

Por otra parte, supuso un punto de inflexión y la apertura de un debate ético esencial, que es el de la protección de los derechos de los pacientes sobre el uso de sus muestras biológicas como materiales de investigación. Ni Henrietta ni su familia supieron nada del destino de estas células hasta muchos años después de su muerte, y nunca tuvieron ningún beneficio ni pudieron ejercer ningún derecho sobre todos los resultados de las múltiples investigaciones realizadas con ellas. No fue hasta el año 2013 cuando el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos acordó ceder la secuencia del genoma de Henrietta solo con el consentimiento de la familia.

¿Podría haber sucedido algo similar en la actualidad?

Un caso como este sería impensable actualmente. La investigación biomédica con muestras humanas está sometida a una estricta regulación ética que garantiza la protección y preservación de los derechos del paciente, la solicitud de su consentimiento informado y la posibilidad de estar informado y decidir sobre el destino de estas muestras en cualquier momento de la investigación.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

“Ángeles Alvariño era valiente y huracanada, pero sobre todo una excelente investigadora”

La científica gallega habría cumplido hoy 106 años

La oceanógrafa Ángeles Alvariño nació un 3 de octubre, en una noche huracanada que ella misma decía que había forjado su carácter, según cuenta el exdirector del Centro Oceanográfico de Vigo, Alberto González-Garcés Santiso. Conoció a la prestigiosa investigadora marina, con 33 años, en el NOAA Southwest Fisheries Science Center (EE UU) donde Alvariño era ya una reconocida investigadora.

Alberto González-Garcés Santiso en el puerto de Vigo. / Foto cedida por el autor

La oceanógrafa gallega Ángeles Alvariño (1916 Serantes, A Coruña – 2005 La Jolla, California) fue una ilustre científica experta en zooplancton, lo que la llevó a descubrir 22 nuevas especies para la ciencia, además de ser la primera mujer en subirse a un buque oceanográfico en Reino Unido.Su vida está marcada por su capacidad investigadora, su carácter y sus grandes logros científicos. No lo tuvo fácil e incluso llegó a denunciar discriminación por ser mujer y ver cómo este hecho le limitaba la promoción.

Hoy, un buque de investigación operado por el Instituto Español de Oceanografía lleva su nombre y es también una de las protagonistas del libro Oceánicas: pioneras de la oceanografía 2editado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

El investigador marino Alberto González-Garcés Santiso, antiguo director del Centro Oceanográfico de Vigo y autor de un libro sobre Alvariño, la conoció bien y nos cuenta su experiencia con ella.

¿Cuándo conoció por primera vez a Ángeles Alvariño?

Fue en 1984. En aquel momento ella trabajaba en La Jolla (California), en el NOAA Southwest Fisheries Science Center donde ya era una prestigiosa investigadora marina, en cambio yo estaba casi empezando. Me dieron una beca para una estancia y empecé a trabajar en seguimiento de pesquerías de atunes. Como sabía que Alvariño estaba en la misma institución pregunté por ella, quería conocerla.

¿Cómo fue este primer encuentro?

Era una mujer de un carácter fuertísimo. La podría describir como fuerte, arrogante y luchadora. Me llamó mucho la atención, porque cuando la fui a saludar por primera vez me recibió con cierta distancia, escaneándome. Pero una vez charlamos un rato y llegó a la conclusión de que merecía la pena tratar conmigo, fue cercana y maravillosa. A partir de entonces, se dirigía a mí para argumentar y discutir como si fuera del mismo nivel, que evidentemente no lo era.

Además, ella ya era toda una institución y usted sería muy joven.

Sí, yo tenía 33 años. Me invitaba a su casa, discutíamos de lo humano y lo divino, me invitaba a comer. Mientras estuve en EE UU me abrió las puertas de sí misma y de su casa, con un trato excelente. Me acogió y eso define bastante su carácter. A pesar de ser fuerte y crítica, al mismo tiempo era cercana. Un carácter un poco contradictorio, se podría decir. Nació un tres de octubre y decía que fue en una noche de fuertes vientos huracanados que le habían forjado el carácter. Era brava, arrogante y huracanada, pero al mismo tiempo muy agradable. Pero, sobre todo, una excelentísima investigadora.

Mientras estuve en EE UU me abrió las puertas de sí misma y de su casa, con un trato excelente. Me acogió y eso define bastante su carácter. A pesar de ser fuerte y crítica, al mismo tiempo era cercana

¿En qué trabajaba Alvariño por aquel entonces?

En plancton marino. También había trabajado en una pequeña época de su vida en lo mismo que estaba investigando yo, evaluación de pesquería de atún blanco. Pero eso a ella no le interesaba demasiado.

¿Qué logros de investigación definen su importancia como científica?

Hay varios aspectos. Por un lado, era capaz de identificar las especies y saber si eran ya existentes o, por el contrario, eran nuevas. Describió un total de 22 nuevas especies de zooplancton, una gran aportación a la ciencia. Además, tenía la destreza de visualizar que muchas especies eran indicadoras biológicas de circunstancias físicas —desde el punto de vista dinámico de la física—, de corrientes marinas y ecosistemas marinos. Fue capaz de demostrar que la presencia de ciertas especies, sobre todo de quetognatos (Chaetognatha), que son unos depredadores marinos que forman parte del plancton, definían que allí había unas corrientes y ambientes marinos concretos.

¿Cómo influye esta aportación?

Hoy las corrientes marinas cuando evolucionan se identifican por satélite, nos es mucho más fácil. En aquel momento no existía esta tecnología y había que buscar un indicador. Gracias a ciertas especies se sabía que la corriente había llegado más al norte o más al sur, porque su presencia o no estaba asociada con la mayor abundancia de especies de interés pesquero, como sardinas o anchoas. Con estos quetognatos predecía con un alto grado de fiabilidad si iba a haber más abundancia de una especie u otra. Por último, también hizo grandes compendios y descripciones de zooplancton, especialmente de quetognatos, sifonóforos y medusas de todo el mundo. Su publicación sobre los quetognatos de los años 50 sigue siendo un referente para los investigadores de este tipo de especies.

Su publicación sobre los quetognatos de los años 50 sigue siendo un referente para los investigadores de este tipo de especies

¿Qué tienen de peculiar estos depredadores para que les dedicara toda una vida de investigación?

Son plancton que viven libremente en el mar y se desplazan más por el movimiento de las corrientes marinas que por su propia capacidad. Los quetognatos son depredadores con la forma de un bisturí, pero microscópico. Las medusas con las que ella trabajaba eran microscópicas, no las que todos conocemos; y los sifonóforos son muy parecidos a las medusas, pero no son especies individuales, si no que son comunidades que viven conjuntamente asociadas. Todos son predadores que se alimentan de huevos y larvas de otras especies. Entre ellas, especies de posible interés pesquero. Por eso ella estudiaba como influía la mayor o menor abundancia de estas especies sobre la presencia de larvas de especies que se convertirían en peces pescables.

Realizó la mayoría de su carrera en el extranjero, ¿cómo era su relación con la ciencia y los científicos españoles?

Era de Serantes, de Ferrol, estudió la carrera de Ciencias Naturales en Madrid y volvió como profesora a Galicia. En los últimos años 40, al marido, que era oficial de la Armada, lo destinaron a Madrid y ella se fue con él. Ahí lo que hizo fue hablar con el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y consiguió una beca para trabajar. Comenzó su carrera investigadora.

Estuvo con idas y venidas a España desde entonces.

A partir de ahí, hizo unos cursos que le dieron la posibilidad de presentarse a una oposición para ser oceanógrafa. Se ganó la plaza y la destinaron a Vigo. Pero la pusieron a trabajar en seguimiento de bancos de cultivo de moluscos y no le gustaba. Pidió entonces una beca para ir a trabajar a Reino Unido y se la dieron en el Laboratorio de Plymouth donde estuvo casi un año. En ese momento es cuando se dio cuenta de que lo que le gustaba era el estudio del zooplancton. En Reino Unido les resultó muy curioso, porque fue la primera mujer oceanógrafa que embarco en un buque de investigación marina de Reino Unido.

Mantuvo siempre relación con la investigación española, de tal manera que en los años 60, cuando hace su tesis doctoral, la presenta en Madrid

¿En España era habitual?

Aquí en España ya habían embarcado mujeres en buques de investigación, hasta el año 39. Posteriormente, Ángeles volvió a Vigo, pero no estaba contenta. Pidió una beca Fullbright para ir a EE UU y allí trabajó con especies parecidas a las de Reino Unido. La valoraron muy bien, tanto que le ofrecieron un contrato para ir a California, pero al terminar la beca tenía que volver a España. Aquí siguió trabajando para irse, y cuando arreglaron todos los papeles se fue al Scripps Institution of Oceanography (EE UU) a mediados de los 50 y ya se quedó. Años más tarde consiguió la nacionalidad, y para irse renunció a su plaza de funcionaria, pero mantuvo siempre relación con el Oceanográfico y con la investigación española, de tal manera que en los años 60 cuando hace su tesis doctoral la presenta en Madrid.

¿Fue en el Scripps o en el NOAA Southwest Fisheries Science Center de California dónde denunció discriminación de género?

Era muy luchadora y consideraba que en el Scripps y también en el Southwet no la ascendían por ser mujer, pero sobre todo en el primero. Escribió a la ministra de comercio que llevaba estos centros de investigación, ella le contestó e hizo analizar todo el proceso. No quedó totalmente satisfecha con el resultado, pero lo luchó.

¿Estas situaciones son algo del pasado o según su experiencia siguen ocurriendo?

En el Oceanográfico, a partir de los años 70 empieza a haber una integración de las mujeres, entre el 84 y 85 la integración fue al 50 %, y posteriormente fue paritaria. Habría que preguntárselo a las mujeres, porque yo puedo tener una idea de que sí hay paridad, pero directora en Vigo solo ha habido una. Si la integración como investigadoras es total, en el momento que se habla de puestos de mayor responsabilidad la cosa cambia. Hoy la subdirectora es una mujer y el director un hombre.

Durante la beca Fullbright en el Woods Hole de Massachusetts (WHOI), Alvariño trabajó bajo la tutela de Mary Sears, ¿cómo cree que fue esto de relevante para ella los apoyos que recibió?

Son importantes, pero en mi opinión, lo fundamental fue su iniciativa propia. Por mucho que te tutelen si no tienes capacidad y eres bueno o buena, no vas a destacar. Alvariño cuando empezó no tuvo grandes tutelas, después sí, pero destacó por su valía. Eso se puede generalizar, porque la investigación es algo muy objetivo, hay evaluadores y analistas.

Por mucho que te tutelen si no tienes capacidad y eres bueno o buena, no vas a destacar. Alvariño cuando empezó no tuvo grandes tutelas, después sí, pero destacó por su valía

Teniendo en cuenta esta objetividad en la carrera científica, ¿en qué posición está la oceanografía española?

Bastante por encima de la media europea. Por su puesto, los grandes países que invierten muchísimo más que España en investigación nos sobrepasan, como EEUU, Japón o Reino Unido. En investigación marina estamos muy cerca de Francia y Alemania y superior al resto, con lo cual creo que estamos en buen nivel, pero no nos debemos conformar. Siempre hay que pelear por más recursos y que se puedan emplear de manera efectiva los que tengas, que es uno de los grandes problemas de la investigación en general, las trabas administrativas. La gestión tiene que estar controlada, pero hay que buscar unos métodos de seguimiento que se adapten a la investigación.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Entrevista a la docente Kelly Vera: Una mirada sobre el prestigio social del docente ecuatoriano

Kelly Vera y Jean Fernando Criollo Balladares.

Entrevista a Kelly Vera, docente y directora de la Unidad Educativa Ati II Pillahuaso

Por: Jean Fernando Criollo Balladares
Estudiante universitario y miembro de CES-AL

Kelly Vera, Licenciada en Ciencias Sociales y Magister en gerencia educativa, es docente y directora de la Unidad Educativa particular “Ati II Pillahuaso”, ubicada en el cantón El Guabo, provincia de El Oro (Ecuador).

Su inicio en el mundo del magisterio fue en una institución rural, durante seis años, y, posteriormente, se incorporaba al centro educativo actual, donde ha desempeñado, a lo largo de veinticuatro años, su labor profesional, en los subniveles de Básica Media y Superior, y ha ocupado el cargo de directora durante doce períodos académicos.

Nuestra entrevistada califica su etapa estudiantil de “agradable”, a pesar de que sus docentes eran bastantes estrictos pero contaban con gran prestigio social, todo lo contrario a la actualidad. Se considera partidaria de una “enseñanza moderna”, aunque intenta reflejar la imagen y objetivo de los docentes de su época, además, de establecer un vínculo con sus alumnos, con la finalidad de potenciar sus cualidades, de la misma manera que sus docentes lo realizaron con ella, para formar estudiantes excelentes y grandes profesionales.

En cualquier caso, reconoce que la educación en la actualidad ha cambiado sustancialmente y que necesita de “docentes innovadores, docentes mejores a los del pasado”, con una mejor preparación y una mayor apropiación de los nuevos recursos. Sin embargo, está plenamente convencida que los actuales docentes se enfocan exclusivamente en impartir lo enseñado y “no son mejores que los docentes del pasado”, que a pesar de sus limitaciones ofrecían lo mejor de ellos, “ahora no se ve eso, de cada 100 estudiantes 25 logra crecer y formarse profesionalmente”.

Nuestra entrevistada valora negativamente el sistema educativo actual, debido a la existencia de varias falencias: “muchos cambios tanto de administración como en temas educativos, que no llevan a ningún lado y no aportan un beneficio a la sociedad”. A pesar de esos problemas, nos comenta, que los docentes se preocupan en construir buenos ciudadanos. En ese sentido, cree que el docente de Educación Básica debería ofrecer bases y fundamentos para que los estudiantes se den cuenta de los grandes problemas existentes en la sociedad, donde “el sistema educativo es manejado por un monstruo llamado corrupción, dicen introducir cambios, pero es una farsa ya que todo está cubierto con un manto de mentiras”.

Desde otra perspectiva, afirma que los docentes no se sienten protegidos, ni respaldados por la sociedad. Ese problema -a su criterio- se da por el Ministerio de Educación, ya que los docentes se rigen a una estructura, y los padres de familia son conscientes de la pésima calidad educativa. Considera, por tanto, que esa mala valoración de la sociedad al docente se debe a que imparten métodos y temas de estudio que no ofrecen mejoría a los estudiantes, pero apunta que el problema viene desde un mando de control, llamado Ministerio de Educación, donde solo se dedican a realizar “reformas, que no dan beneficio y ningún cambio a este sistema que va en decadencia”. De modo que, los docentes no se sienten respaldados, temen a equivocarse y, de ahí, el desprestigio y el rechazo social.

A pesar de la modernidad y la variedad de recursos, considera que los docentes tienen limitaciones a la hora de ejercer su profesión: no cuentan con una preparación pedagógica adecuada, la situación en las zonas rurales es muy precaria y el gobierno aporta escasos recursos económicos. Esa realidad, nos apunta, se pudo observar durante la pandemia, donde el sistema educativo y los docentes no contaron con los recursos necesarios para un buen funcionamiento. Por un lado, los estudiantes tenían muchas dificultades para acceder a la educación y, por otro, los maestros sufrieron la falta de recursos tecnológico. Todo ello favoreció graves carencias educativas, vacíos y lagunas de conocimiento. Además se lamenta que la sociedad actual no valore, ni aprecie el esfuerzo de nuestros docentes, ya que no son responsables de estos inconvenientes y realizan todo lo humanamente posible para que sus estudiantes puedan lograr aprender y adquirir conocimiento, al tiempo, que los padres de familia tampoco aprecian los sacrificios que realizan los docentes.

Jean Fernando Criollo Balladares, Kelly Vera y Roberto Caña.

Hoy en día, nos comenta, el magisterio está en un desprestigio social, a causa de los enfrentamientos con los padres de familia por inconvenientes académicos, que ha llevado a que la educación se fragmente más, y al cansancio de los docentes, que luchan cada día para encajar en una sociedad donde solo reciben insultos y rechazo. Otras razones que nos apunta sobre ese desprestigio social son los métodos y reformas implantadas en esta nueva sociedad, como el Código de la Niñez y Adolescencia, que ha traído una serie de derechos que respaldan a los jóvenes de una manera inadecuada. Hasta el punto que reprender o alzar la voz a un estudiante puede conllevar a recibir una denuncia. Los niños y jóvenes son conocedores de esa protección y abusan de ese derecho, algunas veces con mentiras y dramas. Los docentes en esos casos no tienen protección de nadie, por eso han perdido su autoridad y rol protagónico, “lástima que nadie vea lo esencial y principal del papel de un docente en la actualidad, pues, ellos forman a ciudadanos que puedan cambiar el futuro, pero nadie lo ve de esa manera”.

Asimismo recalca que la sociedad ha generalizado la idea del desprestigio y el docente ha dejado de estar motivado, además, otro de los factores es su remuneración. La carrera de docente, nos dice, está entre las diez profesiones peor remuneradas y esto implica una desvaloración, porque su sueldo no alcanza para mucho. Se apena que el gobierno ecuatoriano no valore el desempeño docente, que sufre denigración y humillación a diario y el mayor descontento es su sueldo, que es mínimo y para colmo los pagos no son puntuales.

Desde otro ángulo, las reformas no apoyan al docente y el Ministerio de Educación no cuenta con proyectos claves, sus proyectos son fugases, son como la sociedad que va en constante cambio pero sin un rumbo específico, no se dan cuenta de lo pésima que está la educación; los docentes callan sus voces, porque al levantarlas son sancionados o no son escuchados; se destina escasos ingresos al sector educativo; políticos corruptos que no dan solución a los problemas que enfrenta el sistema educativo; cupos vendidos en instituciones superiores; mal manejo por la Secretaría de Educación en la implementación de temas educativos, etc.

De todos modos, Kelly Vera cree que no todo es negativo. El Ministerio de Educación brinda espacios de retroalimentación para que el docente se capacite y no caiga en decadencia. Asimismo, hay docentes que a pesar de los prejuicios y falencias que enfrentan a diario no cambiarían su profesión, son profesionales con vocación, dispuesto a soportar cualquier adversidad, siguen en la batalla y en la lucha por erradicar el pensamiento y modelo arcaico que ha existido en la educación durante varios años a causa de la corrupción.

“El estudio del microbioma ayudará a diseñar terapias para las enfermedades neurodegenerativas”

Natalia Sánchez de Groot, investigadora Ramón y Cajal en la Universidad Autónoma de Barcelona

¿Existe el llamado eje intestino-cerebro?. Esta doctora en Biotecnología indaga sobre esta relación y sus posibles efectos en el desarrollo de dolencias neurodegenerativas. Su proyecto ha sido premiado en la última edición del programa de Mujer y Ciencia de L’Oréal-Unesco.

Natalia Sánchez de Groot en la entrega de premios del programa For Women in Science L´Oréal-Unesco. / Paco Nuevo / Grupo L’Oreal España y Portugal

Doctora en Biotecnología por la Universidad Autónoma de Barcelona, donde ejerce como investigadora Ramón y Cajal, Natalia Sánchez de Groot (Barcelona, 1981) estudia la relación que existe entre la microbiota intestinal y las enfermedades neurodegenerativas. Su proyecto resultó premiado en la última edición del programa For Women in Science L’Oréal-Unesco.

Sánchez de Groot y su grupo enfocan su investigación en las moléculas que producen los millones de microorganismos que viven en nuestro sistema digestivo, en su capacidad de interferir con nuestras proteínas y de influir en el desarrollo de enfermedades.

¿Por qué te decidiste a investigar la relación entre el microbiota intestinal y las enfermedades neurodegenerativas? En su discurso de los premios la directora general del CNIO, María Blasco, dijo que “estaba de moda” …

Tanto en el mundo científico como fuera de él, el microbioma es un tema que esta en alza. Hoy más que nunca la ciencia esta comprobando que es cierto que “de lo que se come se cría”. La microbiota intestinal tiene grandes implicaciones en muchos aspectos de nuestro cuerpo y ahora se esta encontrando que también es el origen de muchas enfermedades.

Durante la mayor parte de mi carrera, mis estudios se han centrado en entender las enfermedades neurodegenerativas desde un punto de vista molecular. Pero cuando formé mi grupo de investigación quise estudiar el origen de estas enfermedades de una forma más directa, por eso me centré en el microbioma y en las moléculas que este produce.

Este es un campo prometedor para el diseño de nuevas terapias, ya que existen muchas maneras de manipular nuestra flora microbiana, como por ejemplo el uso de probióticos o antibióticos.

Este es un campo prometedor para buscar nuevos tratamientos, ya que existen muchas maneras de manipular nuestra flora microbiana, como por ejemplo el uso de probióticos o antibióticos

¿Qué estudios científicos en este ámbito te han inspirado?

Por un lado, me he basado en mis estudios previos sobre las moléculas que producen los microorganismos. En ellos, encontré proteínas con potencial para comportarse de una forma parecida a como lo hacen los priones de la enfermedad de Creutzfeldt‑Jakob o la de las vacas locas. Por otro lado, vi que había números estudios que observaban que cambios en la microbiota del intestino estaban relacionados con el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

En el mundo científico ya no hay ninguna duda sobre la conexión entre el intestino y el cerebro, ya que nuestro intestino contiene más de 100 millones de neuronas, más neuronas que la médula espinal. Además, se sabe que el intestino y el cerebro se comunican y forman lo que se llama ‘eje intestino-cerebro’, que influye en muchos aspectos de nuestras neuronas.

Por otro lado, también se descubrió que el intestino era la principal entrada de priones hacia el sistema nervioso en la encefalopatía espongiforme bovina, la enfermedad de las vacas locas.

Así pues, mi objetivo es encontrar algo similar, pero con las moléculas producidas por la microbiota intestinal.

Estudio si los microorganismos del sistema digestivo producen moléculas capaces de comportarse como priones, si estas moléculas pueden interactuar con las nuestras y si, de esta manera, pueden ser una de las causas de las enfermedades neurodegenerativas

¿En qué consiste exactamente tu proyecto?

Quiero estudiar tres cosas: si los microorganismos que viven en nuestro sistema digestivo producen moléculas capaces de comportarse como los priones, si estas moléculas pueden interactuar con las nuestras y si, de esta manera, pueden ser una de las causas de las enfermedades neurodegenerativas.

¿Cuál será el proceso del trabajo?

Por ordenador buscamos posibles priones entre las proteínas codificadas en el microbioma del sistema digestivo. Después, en un tubo de ensayo, comprobamos que los candidatos seleccionados son capaces de agregar y que pueden transmitir esta agregación a proteínas humanas. Finalmente, analizaremos en células neuronales y modelos vivos si estos priones de la microbiota pueden generar signos de enfermedad neurodegenerativa.

¿Cómo te va a ayudar la beca L’Oreal Unesco en este proyecto? Supongo que 15.000 euros en el ámbito de la investigación no dan para mucho.

Este premio me ayuda de diferentes maneras. Por un lado, estos 15.000 euros los puedo emplear en hacer mejoras en mi laboratorio que otras becas no me permiten. Por otro, mi grupo es joven y esta cantidad de dinero no es despreciable. Además, es un reconocimiento que refuerza la confianza en mi investigación, me da visibilidad y me permite hacer contactos para futuras colaboraciones.

Investigar es un trabajo que nunca acaba, siempre hay algo más que estudiar y descubrimientos que hay que seguir para estar al día. Tienes que poner límite a las horas que dedicas a investigar para poder disfrutar de la vida familiar y los amigos

Esta pregunta no se le suele hacer a los hombres investigadores, pero ¿te has sentido discriminada en tu trabajo por ser mujer?

Durante mis 18 años de carrera científica nunca me he sentido discriminada. Es cierto que hay menos mujeres en altos cargos, pero en el día a día hombres y mujeres desempeñan trabajos similares de manera cordial. Además, los sueldos en academia son muy rígidos y básicamente dependen de la categoría laboral.

Pero no es fácil. Tengo una hija de cinco años y no es sencillo compaginar la vida como científica con la familiar. Investigar es un trabajo que nunca se acaba, siempre hay algo más que estudiar y descubrimientos nuevos que hay que seguir para estar al día. Tienes que poner límite a las horas que dedicas a investigar para poder disfrutar de la vida familiar y los amigos.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Sara Muñoz Vallés, ecóloga e investigadora de la Universidad de Sevilla: “En Europa solo sobrevive en buen estado el 15 % de las dunas costeras”

Los playas y dunas de nuestras costas son un atractivo turístico incuestionable. Además, son ecosistemas con potencial para la industria  farmacéutica y otros sectores productivos, e incluso en el ámbito culinario. La ecóloga Sara M. Vallés lleva años estudiando estos entornos degradados y da las claves para mejorar su situación. La acción individual también cuenta.

Sara Muñoz Vallés. / Foto cedida por la entrevistada.

Ahora que acaba el verano es tiempo de reflexionar sobre nuestra relación y cuidado de los lugares dónde pasamos las vacaciones. Si hace unos días sabíamos que la última laguna permanente de Doñana se había secado por su sobreexplotación, en SINC nos preguntamos por la situación de otros ecosistemas costeros deteriorados: las dunas.

Estos montículos de arena son esenciales para la subsistencia de los arenales y frenan las embestidas del mar, que tantos problemas provocan en invierno en las infraestructuras costeras y en las propias viviendas. Sara M. Vallés, investigadora de la Universidad de Sevilla, nos da las claves de su paulatina desaparición y cómo podemos hacer para recuperarlas.

¿En qué estado están las dunas de las playas en España?

La situación actual de estos ecosistemas es muy precaria, no solo en nuestro país, también a escala mundial, ya que se encuentran amenazados de desaparición. Las dunas costeras se desarrollan solamente en zonas no erosivas de las costas, ocupando superficies muy limitadas. Son ambientes muy estresantes para el establecimiento de las especies vegetales y animales; en ellos de desarrolla una vegetación muy específica, particularmente adaptada a condiciones de sequedad, escasez de nutrientes, insolación y salinidad, que no existen en otras zonas.

¿Cuánto se calcula que se han reducido?

En Europa se estima una pérdida neta de superficie de dunas costeras es del 25 % en las últimas décadas, y alrededor del 60 % restante se encuentran degradadas, habiendo perdido su carácter natural. En resumen, en Europa solo sobrevive en buen estado de conservación apenas el 15 % de la superficie de dunas costeras que teníamos a principios del siglo pasado.

Estas dunas protegen los arenales y la vida a lo largo del a costa. ¿Qué hemos hecho para degradarlas?

Cumplen, entre otras, una importante función de barrera frente a los embates del mar y la salinización del agua freática y los acuíferos. En nuestro caso, al ser un destino turístico tradicional de sol y playa, se ha promovido un desarrollo desorbitado de la franja costera, con la consecuente desaparición directa de muchos de estos ecosistemas y su alteración irreversible en muchos otros casos. Esto ha hecho que desaparezcan muchas de estas especies particulares en determinados puntos de nuestra geografía.

La situación actual de los ecosistemas dunares costeros es muy precaria, no solo en nuestro país, también a escala mundial, ya que se encuentran amenazados de desaparición

¿Por qué es necesario que se regeneren?

Los ecosistemas dunares costeros que no gozan de un buen estado de conservación y funcionamiento —como ocurre en la mayoría de casos en nuestras costas— pierden resiliencia, es decir, capacidad de respuesta y recuperación ante cualquier otra perturbación, como por ejemplo eventos erosivos marinos. Esto nos deja en una situación vulnerable en el caso de tormentas extremas y episodios erosivos, que cada vez serán más frecuentes y extremos en el presente contexto de cambio climático. Así que las pocas dunas costeras que nos quedan necesitan urgentemente de acciones de conservación y restauración.

¿Qué otros beneficios se obtienen de estas dunas costeras?

Las especies vegetales que se desarrollan en dunas y marismas son organismos que presentan mecanismos de adaptación al estrés ambiental, incluyendo rutas metabólicas que derivan en la producción de una serie de sustancias, conocidas como ‘metabolitos secundarios’, muchas de las cuales se utilizan en la actualidad por el sector farmacéutico y otras industrias, e incluso en el ámbito culinario. El estudio de estas sustancias y sus aplicaciones, así como el potencial de estas especies como fuente es un campo que aún tiene mucho que explorar y aportar.

¿Cuáles son los principales problemas que les causamos?

Estas amenazas provienen, de forma directa o indirecta, del impacto humano. En particular, el desarrollo urbanístico y el uso turístico de la costa, junto con la expansión de especies exóticas, la estabilización de las arenas y problemas asociados de erosión.

Por un lado, el establecimiento de edificaciones e infraestructuras turísticas e industriales en la costa —incluyendo hoteles y campos de golf— se ha hecho y se hace directamente sobre estos ecosistemas, haciéndolos desaparecer. Por otro lado, el uso que se hace de las playas y la carga de visitantes, su pisoteo y el tránsito de vehículos son causa directa de daños a la cubierta vegetal, provocan problemas de compactación de las arenas, eutrofización, erosión y acaban con la fragmentación del primer cordón dunar. Esta es la barrera natural principal frente a los embates del mar y uno de los elementos principales que regula la dinámica sedimentaria de todo el resto de dunas interiores.

¿Qué otros efectos son visibles por la crisis climática?

Se suman a los anteriores porque tienen origen probadamente humano. Van desde la subida del nivel del mar, los cambios en el patrón de las precipitaciones o el aumento de las temperaturas, hasta la salinización del agua freática, los eventos erosivos y climáticos extremos y lo que se conoce como coastal squeeze o ‘estrujamiento costero’. Consiste en un estrechamiento de las bandas de dunas debido a su imposibilidad de migrar al interior al compás de la subida del nivel del mar, por la presencia de infraestructuras humanas.

El impacto humano directo e indirecto es la causa de la degradación y desaparición de las dunas costeras en la práctica totalidad de los casos

¿La tendencia de conservación ha cambiado en los últimos años?

Hace poco llevamos a cabo un análisis sobre la evolución de las amenazas sobre las dunas costeras que ocurren a escala global. Este desveló que la situación no ha cambiado de forma sustancial en los últimos 50 años. El impacto humano directo e indirecto es la causa de la degradación y desaparición de las dunas costeras en la práctica totalidad de los casos, en todo el planeta. El margen de afección natural es mínimo.

¿Cuáles son las soluciones que proponen?

En el caso de nuestras costas, la asociación del recurso playa con la rentabilidad económica no ayuda a la conservación de sus elementos y funciones. Es necesario que se haga un esfuerzo real en el diseño y regulación de infraestructuras y en el uso respetuoso con el medio natural y sus componentes que, al fin y al cabo, nos benefician a todos.

¿Qué futuro les augura entonces?

Es verdaderamente incierto. Si bien es verdad que a estas alturas tenemos poco margen de maniobra, yo espero sinceramente que todo este interés se materialice en acciones concretas, efectivas y duraderas, o perderemos una parte irrecuperable de nuestro patrimonio natural.

 

¿Qué podemos hacer nosotros para no fomentar esa degradación?

Te diría que comprar móviles y textil menos a menudo, o elegir comprar productos locales o no envasados. No estoy hablando de economía, simplemente de ecología. En el ámbito de la conservación, en general, la concienciación debe hacer ver que el medio natural y los recursos que nos regala son un patrimonio del que poder disfrutar, pero al que a la vez que hay que cuidar. Igual que nuestra propia casa (que lo es).

Quizá sí les importe que su pozo se salinice, o que un episodio erosivo desmonte edificaciones o el mismo paseo marítimo de su ciudad, con los consiguientes gastos no planificados, y más en el actual contexto de encarecimiento de la vida

En la práctica, ¿en qué se traduce?

Desde respetar la flora y la fauna, a no recolectar ni salir de los caminos, no arrojar basura ni desperdicios. En el caso de las dunas costeras, el no transitar por las arenas es una de las formas que mejor evita su degradación. Sin embargo, aprender y hacer ver a las generaciones que nos siguen la importancia de la responsabilidad para con nuestro medio natural quizá sea de lo más relevante para su persistencia.

Además de no dañar directamente el patrimonio, es posible tomar decisiones particulares de uso, consumo, compra y adquisición de productos que minimicen la contribución a macroproblemas como el cambio climático o el desarrollo turístico desacerbado. Simplemente se trata que de saber elegir.

¿Qué les diría a las personas que están desconectadas del medio natural o que no les importa en absoluto estos problemas?

Es posible que a diferentes sectores de la población no les importe mucho que desaparezcan de la faz de la Tierra seres que han evolucionado y se han adaptado al medio y al resto de especies a lo largo de miles de años. Puede que, principalmente, porque ni siquiera se las hemos presentado, y desconocen su potencialidad de muchas de estas ellas, por ejemplo, para generar nuevos fármacos en la lucha contra enfermedades como el cáncer. Sin embargo, quizá sí les importe que su pozo se salinice, o que un episodio erosivo desmonte edificaciones o el mismo paseo marítimo de su ciudad, con los consiguientes gastos no planificados, y más en el actual contexto de encarecimiento de la vida.

A todos nos afecta en mayor o menor medida

Si somos conscientes del precio individual que pagaremos por el modelo actual de usos y consumo, quizá aceptemos con más facilidad ciertas decisiones. Sabemos que afectarán directamente a algunas de las numerosas comodidades no vitales, pero indirectamente son altamente dañinas para la humanidad a corto, medio y largo plazo. La población general necesita un mejor acercamiento al trabajo que se hace desde el ámbito científico, así como un mayor compromiso por parte de la esfera política.

Si somos conscientes del precio individual que pagaremos por el modelo actual de usos y consumo, quizá aceptemos con más facilidad ciertas decisiones

Ha participado en el seguimiento de nueve años de una planta costera en peligro de extinción parecida a una amapola. ¿Cómo les afecta a estas especies la urbanización?

La adormidera marítima (Glaucium flavum) es un tipo de amapola con grandes flores amarillas que vive en ecosistemas costeros, desde playas arenosas hasta acantilados, muy llamativa de ver en su entorno cuando florece.

Estudiamos las poblaciones andaluzas desde 2007 y hemos podido comprobar cómo muchas de estas poblaciones han decrecido en apenas una década, partiendo de una situación que ya resultaba preocupante. Estos efectos se han relacionado con la afluencia y tránsito de bañistas, así como a los cambios en las propiedades físico-químicas del suelo por la invasión de la uña de gato (Carpobrotus edulis). De las analizadas, la única población que ha mantenido su estado de conservación ha resultado aquella localizada sobre un estrato rocoso, en un pequeño acantilado, poco accesible para el paso de los bañistas.

¿Por qué escogieron esta planta con flor para el seguimiento?

Realmente Glacium flavum es solo un ejemplo de la situación de muchas especies propias de los ecosistemas costeros, y, en particular, del sistema playa-duna, que están corriendo la misma suerte debido al impacto humano sobre sus hábitats, principalmente el asociado al uso turístico poco ordenado —desde el punto de vista de la conservación— que se hace en la costa.

Estos efectos se han relacionado con la afluencia y tránsito de bañistas, así como a los cambios en las propiedades físico-químicas del suelo por la invasión de la uña de gato

¿Cuál es su estado de conservación actual?

La adormidera marítima sufre un proceso de declive que se ha acelerado en los últimos años. Presente en varios catálogos regionales de especies amenazadas, G. flavum ya se ha declarado extinta en algunas de estas localizaciones, y el número de individuos reproductores está disminuyendo a globalmente.

Si bien hemos recibido material de otras localizaciones en el mundo —Grecia, Suecia y Reino Unido— para continuar con los estudios acerca de su plasticidad y resiliencia, la progresiva desaparición de la especie en las costas españolas resulta una llamativa pérdida de su acervo genético.

¿Se está haciendo algo?

En la actualidad, muchas de las políticas de conservación que se aplican a escala territorial se apoyan en la información ya existente. Debemos tener en cuenta que, según el caso, los datos que se manejan pueden ser incompletos o poco actualizados. Esto resulta común cuando las especies son difíciles de monitorizar o poco conocidas, como ocurre con los invertebrados, por lo que los estudios específicos e in situ siguen siendo primordiales.

¿Qué plantas invasoras son las más dañinas para las costas?

Cualquier especie vegetal que se expanda con relativa rapidez y compita bien con las autóctonas resulta una amenaza. Las especies vegetales propias de las dunas presentan múltiples mecanismos que les permiten sobrevivir, pero son en general malas competidoras.

La uña de gato en España ha sido y sigue siendo un importante problema, pero hay una larga lista de especies exóticas que afectan a las dunas en nuestras costas. También la tendencia actual de introducir césped

Durante mucho tiempo en España la uña de gato (Carpobrotus edulis) ha sido y sigue siendo un importante problema, pero hay una larga lista de especies exóticas que afectan a las dunas en nuestras costas. También el caso de la tendencia actual a introducir césped en algunas zonas de playa.

Hace poco supimos de la preocupante situación de Doñana. ¿Ocurre lo mismo con los ecosistemas de las marismas?

En el caso de especies invasoras por ejemplo, la Spartina densiflora —originaria del sur del continente americano— forma praderas monoespecíficas en las marismas de Odiel [Huelva], donde ocupa áreas de marisma media y alta que la especie nativa, Spartina maritima, es incapaz de colonizar. Además, las plantas hibridan con cierta facilidad, y aquí ya hemos encontrado hace unos años un nuevo híbrido de S. maritima y S. densiflora, que podrá tener facilidad para ocupar el espacio, entrar en zonas de nicho de S. maritima y acabar por desplazarla.

¿Qué contaminantes están más presentes en estos ecosistemas?

Las marismas se desarrollan en la confluencia de los ríos con el mar y recogen todo el material de sedimento fino resultante del transporte fluvial, son las receptoras de toda la contaminación que transportan los ríos. Están los vertidos directos por accidentes como toda la contaminación difusa de la actividad humana, agrícola y ganadera; y los agroquímicos. También existen metales pesados, en particular en zonas donde hay o hubo minería aguas arriba, e hidrocarburos procedentes del tráfico marítimo. Todo ello afecta no solo a la macrobiota —los seres vivos que percibimos a simple vista—, sino también de forma notable a la microfauna y, por tanto, a la funcionalidad en red de estos ecosistemas.

¿Cuáles son los problemas que pueden causarnos?

El sustrato fino que presentan las marismas hace que todos estos contaminantes queden atrapados en el suelo. Se liberarán y se extenderán a otros ecosistemas, —incluidos los humanos—, si tenemos problemas de erosión, por ejemplo, por subida del nivel del mar u otros factores antrópicos.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Conversatorio con un docente ecuatoriano sobre su ejercicio profesional

Dayana Valeria Pérez Molina y Jaime Zhingre.

Por: Dayana Valeria Pérez Molina
Estudiante universitaria

Esta entrevista es un adelanto de un proyecto de aula, todavía en fase de ejecución, correspondiente a la materia “Sociedad Contemporánea y Políticas Educativas”, dirigida por el Dr. José Manuel Castellano y con la participación de más de 150 alumnos que cursan el primer ciclo de Educación Básica. Este proyecto tiene como finalidad principal un acercamiento a las miradas de los docentes ecuatorianos de Educación Básica sobre su percepción profesional, a través de cuatro aspectos: caracterización del docente; etapa previa como estudiante de Educación Básica; etapa formativa del docente; y visión actual sobre el ejercicio profesional.

Caracterización

Nuestro entrevistado, Jaime Zhingre, cuenta con 52 años de edad y ejerce su actividad docente en la Unidad Educativa de Sígsig (provincia del Azuay), ubicada en la zona urbana de la ciudad. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social, en 2000, por la Universidad Estatal de Cuenca y se ha desempeñado como locutor de radio hasta que ingresaba, en 2013, en el mundo del magisterio en distintas unidades educativas. Durante esa nueva etapa realizó diversos cursos de formación y capacitación, con el propósito de ampliar su conocimiento profesional, además, de concursar, en las mejores condiciones posibles, a la convocatoria de oferta pública. Fue así como obtenía una plaza en propiedad en la Unidad Educativa de Sígsig, que compaginó con el cargo de inspector.

Jaime Zhingre.

Etapa formativa como estudiante de Educación Básica

Durante esta etapa, nuestro docente comenta que la formación se centraba en el dictado, la memorización y la lectura, vista como una competencia de quien leía más palabras en menos tiempo. Otro rasgo que definía la educación en esos momentos, según nos señala, era las frecuentes escenas de maltrato: “si un estudiante no cumplía con lo que se le ordenaba, se le golpeaba” y los que no recibían ese tipo de castigo “eran aquellos quienes se les conocía como los mejores del curso o mentes brillantes, en otras palabras, se hacía presente la jerarquización de inteligencias”.

Por otro lado, nuestro entrevistado apunta que en aquella época existía demasiada pobreza y poca comodidad dentro del aula, por el mal estado de las infraestructuras (sillas, mesas, pizarras maltrechas, etc.) que hacía que los estudiantes no se sintieran muy a gusto. Asimismo, resalta que los escolares buscaban alternativas de ingresos para solventar sus necesidades económicas y que esa situación los convertía en personas responsables y que los docentes, en ese tiempo, eran valorados y considerados de forma positiva por la sociedad como líderes de las comunidades, de las escuelas y, frecuentemente, eran propuestos como candidatos políticos, debido al rol que ejercían.

No obstante, resalta que la educación de hoy está más avanzada. Se han introducido cambios de mejora en muchos aspectos, por ejemplo, ya no se aplica esa vieja metodología basada en que “la letra con sangre entra”. Ahora, según nos comenta, los estudiantes están respaldados y protegido por el gobierno y que los docentes actuales tienen las mismas costumbres de los docentes antiguos, exigen aún a los estudiantes llevar su cuaderno al día, hacer una carátula para obtener nota y si incumplen con lo establecido se les sanciona con la pérdida de año o expulsión.

Formación docente

Nos manifiesta que ejerció la profesión docente por necesidad, debido a que había perdido su trabajo como comunicador social, y un centro universitario le brindó la oportunidad de ser ayudante de cátedra, lo que le permitió adentrarse en el mundo pedagógico. Por esa razón, en el transcurso de su orientación académica como comunicador social fue formándose como pedagogo en la comunicación y, como consecuencia de ello, cree que la vocación en ciertos casos es una farsa, porque lo hacen más por necesidad económica. Por otro lado, no nos señala su valoración en cuanto a su formación. Sin embargo, lo que si nos apunta es que aprovecha lo máximo cada oportunidad que se presenta para ser un mejor ser humano, porque para estar en la educación se necesita de mucha humanidad, es decir, sentir afecto y comprender a sus estudiantes; más aún aprovechar todas sus potencialidades. De esta manera, se van a sentir cómodos y capaces de hacer todo lo que se pretenda. Por otra parte, resalta que los cambios entre la formación de docentes antiguos y actuales siempre van a existir, porque cada día es un proceso que se sigue y una nueva experiencia. En realidad, siempre hay posibilidades para cambiar, lo que pasa es que a veces los seres humanos son los que se resisten al cambio, y quieren cambios, exigen cambios, pero cuando llega la oportunidad deseada no hacen las respectivas acciones para introducirlos. Por tal motivo, se mantienen las mismas planificaciones o las mismas metodologías. Sin embargo, de una u otra manera cree que debe haber una transición, si no, no existiera una evolución latente en la educación.

De igual modo, considera que los docentes actuales están mejor formados, el enigma es que no lo aplican, quizás muchos lo hagan para obtener una mejor categoría o tal solo ser reconocidos como los mejores. Asimismo, resalta que el docente no ha perdido autoridad, aunque no tiene muy claro el concepto de autoridad. Tal vez llamen “autoridad” al decir: “te sientas o si no te doy con el palo”, el docente desconoce si a eso lo denominan como pérdida de autoridad. En contraste, nos manifiesta que en sus clases constantemente ha tratado de mantener la disciplina de trabajar con los estudiantes. De hecho, señala que algunas veces ha tenido que levantar la voz, pero eso no implica agresión. Entonces, en determinados casos posiblemente el miedo impulsaba obedecer las órdenes del profesor, pero solamente para evitar maltratos. El docente entrevistado indica que lo que siempre debe existir dentro del aula es autoridad, debe haber esa relación. No obstante, probablemente el docente pueda irse a extremos al decir que tiene demasiado poder sobre el estudiante; esto es muy diferente. En la actualidad, el Código de la Niñez y Adolescencia protege bastante a los estudiantes, así que lo que nuestro docente critica es que se ha promocionado solamente los derechos, pero no las obligaciones de los jóvenes o de los adultos adolescentes. En el mismo Código mencionado constan los derechos y, por lo tanto, también las obligaciones, así debe ser la escuela o el colegio, con derechos y obligaciones.

Visión actual sobre el ejercicio profesional docente

Su valoración sobre la actual política educativa ecuatoriana es positiva en comparación a las etapas anteriores, aunque recalca que hay cosas buenas y otras no tan buenas. Esa valoración positiva, aclara, no se refiere a que los docentes sean una maravilla, más bien, al rol del docente como mediador y guía. Todavía la educación en Latinoamérica necesita dar pasos agigantados para romper el tema del cuaderno y del libro para construir y aprender cada día. Por otro lado, según su criterio, los docentes no se encuentran respaldados por el Ministerio de Educación, ni por las autoridades de los centros educativos. En cambio, en el caso de los padres de familia parece existir cierto apoyo. Por último, plantea la necesidad de deshacerse definitivamente del tema de las evaluaciones, porque las evaluaciones se hacen todos los días e imagina una educación del futuro sin muros, sin paredes, donde el estudiante asista al centro por la necesidad de aprender.

“Los saberes milenarios desaparecen cuando los agricultores dejan de sembrar algunas especies”

La larga historia humana está marcada irremediablemente por el momento en el que comenzamos a cultivar productos agrícolas y su difusión se generalizó. Conocer cómo lo logramos a través de los siglos y qué comíamos y cultivábamos nos acerca a los antepasados y sus vidas. Leonor P. Chocarro, científica del CSIC, cuenta a SINC parte de sus hallazgos a través de la arqueobotánica.

Leonor Peña Chocarro. / Foto cedida por la autora

Leonor Peña Chocarro, investigadora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, acaba de recibir una financiación Advanced Grant del Consejo Europeo de Investigación (ERC), que alcanza los 2,5 millones de euros durante cinco años, para un nuevo proyecto sobre la multiculturalidad en la región ibérica. Este y otros trabajos que ha liderado ayudan a reconstruir los modos de vida de las sociedades del pasado.

Ha estudiado la agricultura prehistórica y también la medieval y romana ¿Qué es lo que aporta cada una de estas etapas?

Trabajo de forma activa sobre la agricultura prehistórica, en particular sobre los inicios de la agricultura. Con el nuevo proyecto me centraré en momentos mucho más recientes como es la época medieval. Ambos periodos ofrecen datos muy valiosos para entender cómo las prácticas agrícolas han ido evolucionando a lo largo del tiempo, cómo las especies que se han incorporado a nuestra agricultura han  modificado la dieta vegetal, y, en definitiva, las prácticas culinarias.

¿Y al conocimiento de nuestras sociedades?

Estos estudios nos informan de las relaciones tan estrechas y variables que han existido entre las comunidades humanas y el medio ambiente, de la gestión de los recursos vegetales y de las técnicas y prácticas desarrolladas por los grupos humanos para superar periodos de crisis y escasez. Las agriculturas del pasado nos hablan de la capacidad de resiliencia y adaptación a circunstancias cambiantes de las sociedades humanas, también de sostenibilidad y, por supuesto, de innovación.

El estudio de la agricultura prehistórica y la medieval ayuda a entender cómo estas prácticas han ido evolucionando, cómo las especies que se han ido incorporando a nuestra agricultura han modificado la dieta vegetal, y, en definitiva, las prácticas culinarias

¿Por qué escoge principalmente las semillas de estas plantas?

El estudio de semillas y frutos arqueológicos nos proporciona información sobre el uso de los recursos vegetales por parte de las comunidades medievales, y, claramente, la alimentación es quizá el uso más importante. Los llamados macrorrestos vegetales —semillas, frutos o tubérculos— son una evidencia de la utilización de las plantas, no solo para comer alimentos como cereales, leguminosas, especias, oleaginosas o las numerosísimas plantas silvestres que se han utilizado de forma sistemática hasta nuestros días; sino también para actividades rituales o artesanales: fibras textiles, plantas tintóreas, medicinales o venenos.

¿Cómo sabemos lo que comíamos a través de los fósiles?

Podemos abordar el estudio de la alimentación a partir de análisis como los estudios isotópicos, pero la arqueobotánica ofrece la evidencia más directa de estos usos, y la más detallada ya que de las semillas, si la conservación es buena, podemos identificar hasta la especie concreta, lo que permite interpretaciones muy detalladas sobre la dieta vegetal del pasado.

Este trabajo que inicia con la ayuda ERC Advanced Grant habla sobre la multiculturalidad en la región ibérica y el consumo agrícola. ¿Qué es lo nuevo que van a estudiar?

Pretendemos investigar qué papel tuvieron las plantas en el mundo medieval, con especial énfasis en la alimentación, pero no solo. Estudiaremos los restos vegetales que han quedado en los yacimientos arqueológicos, en contextos tan diversos como espacios domésticos, zonas de almacenamiento, letrinas, etc. La posibilidad que ofrece la península ibérica de abordar un estudio de las diferentes comunidades que convivieron en los mismos espacios —cristianos, árabes y judíos— es magnífica para indagar sobre las diferencias entre ellas.

Estudiaremos los restos vegetales que han quedado en los yacimientos arqueológicos [del Medievo], en contextos tan diversos como espacios domésticos, zonas de almacenamiento, letrinas, etc

¿Qué diferencias serían la más significativas entre estas sociedades?

No solo se refieren al uso de determinadas especies o a combinaciones concretas de cultivos en cada cultura, sino también a la forma de preparar los alimentos o al uso de tecnologías específicas como, por ejemplo, la irrigación para cultivar nuevas especies vegetales.

¿En qué lugares de la península ibérica harán estas indagaciones?

Llevaremos a cabo un estudio de semillas, frutos y posibles restos de comida en al menos 60 yacimientos medievales peninsulares, con una cronología entre el s. VI y el s. XI d.C que nos permita ver las especies vegetales que se están cultivando, o recolectando, y las nuevas incorporaciones a lo largo del periodo islámico. Esto, a su vez, nos dará información sobre la gestión de los diferentes espacios de producción: campos de cultivo, huertos, bosques, espacios sin cultivar, etc. Un aspecto significativo está representado por el estudio de formas de almacenamiento durante el periodo —silos, graneros, etc.— y, en especial, de las llamadas cuevas-granero vinculadas al mundo islámico en las que la conservación de los restos vegetales es excelente.

¿Qué tecnología utilizan para desgranar estos restos antiguos?

Además de la arqueobotánica, utilizaremos técnicas moleculares —análisis de isótopos o de DNA antiguo— para investigar cuestiones relacionadas con la irrigación de los cultivos o la práctica del abonado (isótopos) y los textos escritos. El equipo es multidisciplinar, participan investigadores del CSIC, y de varias universidades del País Vasco, Lleida, Valencia, Oviedo y Algarve.

Ya tiene experiencia en proyectos ERC, porque otro estudio anterior que contó con su financiación se centró en los orígenes de la agricultura en el Mediterráneo. ¿Qué frutos dio este viaje al pasado entre el sur de España y África?  

De este trabajo, fui la investigadora principal y estudiamos un tema fascinante como es el origen de la agricultura en la península ibérica y el norte de África. Fue un proyecto que incluyó diferentes instituciones europeas y españolas y abordamos el tema desde diferentes perspectivas. Conseguimos avanzar considerablemente en el conocimiento sobre los inicios de las prácticas agrarias. Identificamos las especies involucradas, la tecnología agrícola utilizada, y situamos a la península y al norte de África en el mapa de países en los que es posible debatir sobre este tema.

En un proyecto previo identificamos las especies involucradas, la tecnología agrícola utilizada, y situamos a la península ibérica y al norte de África en el mapa de países en los que es posible debatir sobre este tema

También colideró en un macroproyecto de agricultura e innovación. ¿Cómo fue participar en este trabajo?  

Fue un proyecto muy interesante, en el que fui codirectora junto a una investigadora del CNRS francés. Aquí reunimos a un grupo muy numerosos de investigadores europeos y abordamos el estudio de la agricultura pre-industrial a partir de tres ejes: los cultivos, las técnicas y los paisajes agrarios desde la prehistoria hasta nuestros días, a partir de estudios de caso. Fue interesantísimo porque nos consintió explorar muy de cerca la permanencia de sistemas agrícolas, técnicas y prácticas agrarias muy arcaicos hasta el s. XX, tanto en Europa como en otros continentes

Volviendo al presente, ¿qué importancia tiene recuperar especies agrícolas que están a punto de extinguirse?

He trabajado mucho en la documentación de especies agrícolas muy antiguas que aún se cultivan de forma muy minoritaria en nuestros campos. Conocer de primera mano, de los propios agricultores que las han mantenido, su historias, formas de manejo, utilización así como todo el saber asociado a ellas ha sido un verdadero privilegio. Estos saberes milenarios, que inevitablemente desaparecen cuando los agricultores dejan de sembrar algunas especies, porque su utilización ya no tiene sentido en sus economías, constituyen una fuente inconmensurable de conocimiento sobre las propias especies, sobre su adaptación a determinados terrenos o ecosistemas, o su resistencia a plagas entre otras. Son, además, un recurso genético de interés para una agricultura más sostenible.

Conocer de primera mano, de los propios agricultores que han mantenido estas especies agrícolas antiguas, su historias, formas de manejo y utilización, así como todo el saber asociado a ellas ha sido un verdadero privilegio

¿Y las que ya se han extinguido?

En muchos casos, estas especies están conservadas en bancos de germoplasma, pero los saberes milenarios están menos protegidos.

¿Cómo valora que en los ERC españoles la mayoría de las personas que lideran dichos proyectos sean mujeres?

Me parece un resultado excelente. En el caso del CSIC, las cuatro investigadoras que lo hemos conseguido somos mujeres. Creo que es una buena noticia ver como paulatinamente nuestra participación ha ido aumentando, así como la tasa de éxito de proyectos liderados por científicas. ¡Un logro digno de celebración!

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Gustavo Vega: ‘Bachilleres no necesitan un examen, sino un sistema de evaluación’

Gustavo Vega Delgado, rector de la Universidad Internacional del Ecuador. Foto: Cortesía UIDE

Con este segundo semestre se acaba el examen de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) para los bachilleres. La reforma de la Ley Orgánica de Educación Superior dispone que las universidades públicas y cofinanciadas deberán establecer sus propios procesos de admisión.

La ‘papa caliente’ está en manos de las Instituciones de Educación Superior (IES) ¿Qué significa esto?
Lo positivo es que se está devolviendo rigores de autonomía que hemos reclamado. Pero en un país en crisis, si las IES públicas y cofinanciadas no tienen recursos para sortear los sistemas de admisión, puede fracasar el nuevo intento por filtrar a los bachilleres.

¿Es necesario el examen de admisión?

No un examen, sino un sistema de evaluación. En la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE) los estudiantes rinden pruebas de conocimiento, aptitudes, dominio de idiomas y la entrevista. En Latinoamérica, los únicos países que no aplican prueba son Uruguay, con resultados positivos porque el bachillerato es fuerte; y Argentina con cierta visión demagógica.

¿Cuáles son los resultados obtenidos en la UIDE?

Baja deserción estudiantil y que los docentes mantengan el seguimiento de sus alumnos a lo largo de la carrera.

¿Qué recomienda?

Un sistema moderno, científico, equitativo y humano. No se trata de hacer un barrido con maldad, los propedéuticos o preuniversitarios son útiles para acortar esa inequidad de bachilleres, entre el urbano y rural. También hace falta una reforma radical en la educación media.

¿Qué criterios deben primar en un sistema de admisión?

La evaluación no debe medir solo el dominio cognitivo. Hay que buscar mecanismos para evaluar lo emocional, volitivo, aptitudes y destrezas. La universidad es sentipensante por lo que el estudiante debe conocer, sentir, aprender y saber hacer.

¿Tienen menos de un año para implementar nuevos modelos?

Para la Costa los tiempos son exiguos, pero las IES deben revisar modelos exitosos y seguros para evitar el fraude académico que se ha visto en colegios y universidades. Las preguntas de conocimiento deben variar cada año para evitar plagio.

¿Qué opciones tienen los que no pasan los filtros?

Es mucho más responsable aplicar una política de Estado para trabajar con los excluidos. Por ejemplo, a quienes no alcanzaron la nota hay que animarlos a cursar una actividad propedéutica para que tengan acceso en la siguiente oportunidad.

¿Por qué hay desencanto por los institutos?

El error histórico del Ecuador es haber anulado el bachillerato técnico e imponer el unificado, desde hace 15 años. Eso está mal porque plomeros, electricistas y demás líneas de la tecnología hacen la media cancha y son necesarios en el mercado laboral.

¿Qué problemas tiene el bachillerato unificado?

No orienta en una vocación. Cada año 90 000 bachilleres se quedan sin cupo y si lo multiplicamos por los 15 años que rige este sistema son más de 1,3 millones de jóvenes que el Estado ha lanzado a la desocupación.

¿Qué se debe hacer?

Una reforma radical al sistema educativo. Estados Unidos tiene unas 5 000 universidades, pero menos de 400 de alto nivel. La mayor parte es Community Colleges, institutos públicos con bajos niveles de rigurosidad académica, pero salvan el espectro de la ciencia y la tecnología al primer país del mundo con fuerza laboral y económica.

¿La gratuidad educativa es un error?

Cuando estuve como rector de la Universidad de Cuenca (1995 y 2000) tuvimos matrícula diferenciada, para los más pobres era gratuita. Ahora la Constitución prohíbe los cobros. Lo igualitario es peligroso, inequitativo y anticientífico. La gratuidad está bien, por ejemplo, en Europa porque se financia con los impuestos de los ciudadanos.

Al quitarle el examen de admisión, ¿qué le queda a la Senescyt?

El presidente Guillermo Lasso, nos debe la extinción de este organismo, porque no está en la Constitución. Tiene su énfasis en la ciencia y tecnología y no está desarrollando esa función. Además, se creó para mantener el control, vigilar y castigar.

¿Cuál es el siguiente paso en la autonomía universitaria?

Hay que oxigenar la Ley Orgánica de Educación Superio (LOES) y hacer cambios radicales. Por ejemplo, un reglamento de doctorado más flexible que devuelva a las universidades la capacidad de manejar sus programas manteniendo los cánones de vigilancia.

Gustavo Vega

PhD en Medicina, tiene una Licenciatura en Filosofía y maestrías en Historia, Psiquiatría, Música y Antropología. Ha publicado 27 libros. Fue rector de la U. de Cuenca, presidente del Consejo de Educación Superior, legislador, embajador, presidente del CNE transitorio y es rector de la UIDE.

Julio 30 de 2022