A nivel mundial hay consenso que un país podrá garantizar un auténtico desarrollo endógeno sostenible, si posee instituciones de educación superior e investigación adecuadas que fomenten a una masa crítica de personas calificadas en diversos géneros. El reto importante, es lograr que la investigación  eleve su capacidad para contribuir en el desarrollo y avance del conocimiento que en cada disciplina se genera y para ofrecer renovadas soluciones a los problemas del país.

Si somos objetivos, debemos reconocer que en el Ecuador nuestras Universidades y Escuelas Politécnicas siguen siendo instituciones de docencia, con énfasis en el tercer nivel; en consecuencia solo de manera excepcional formamos e incorporamos el talento humano avanzado, esto es, los doctores de cuarto nivel, indispensables para hacer investigación creadora de conocimientos y piedra angular para formar Magísters de Ciencias e Ingenierías.

Estamos convencidos que solo con talento humano avanzado ecuatoriano, con investigaciones científico-tecnológicas, centradas en los problemas del Ecuador, y con políticas educativas que estimulen la calidad, la excelencia académica, nuestro país podrá transitar hacia el desarrollo endógeno sostenible. El contexto político de los años venideros será más complejo y cambiante en respuesta a las demandas de una sociedad más moderna, donde  convivirán diversas formas de participación y de representación política, lo que implicará otros interlocutores.

Es necesario mantener una actitud «alerta», pero sobre todo seguir colaborando  con la sociedad, desde la preservación  y mantenimiento de la autonomía, que garantiza la libertad de las actividades acaddémicas.

En lo conceptual  se debería crear las condiciones para que las universidades y escuelas politécnicas, pasen de ser instituciones de docencia a universidades de investigación. Ello implica, pasar de tener docentes a profesores investigadores, de estudiantes receptores a estudiantes con autonomía en el aprendizaje, de la casi exclusividad en el tercer nivel, a ofertar con estándares internacionales maestrías y doctorados, de ejercicios prácticos de investigación, a verdaderos proyectos creadores de conocimientos significativos para el desarrollo de nuestra nación, de relaciones efímeras y episódicas con el sector privado y el sector público, a robustas alianzas estratégicas entre la Academia, la Empresa y el Estado. De reducidos presupuestos que se agotan en gastos corrientes, a ingresos suficientes, de fuentes diversas, para mantener e incorporar doctores, adquirir laboratorios, investigar, trabajar en los temas fundamentales de la sociedad del conocimiento y del desarrollo integral del Ecuador que son complementarios. Y del enclaustramiento a lograr ser parte de los proyectos educativos internacionales que nos ubican en aldea planetaria y en la frontera global del conocimiento.

La sociedad debe transitar hacia teimpos mejores  y la Universidad Pública debe ser catalizadora  de este paso para proponer soluciones , analizar problemas, defender la cultura, generar conocimientos valiosos en nuestras circunstacias y mostrarle al mundo lo mejor del talento ecuatoriano.

Ecuador Universitario  es  el portal de todas las universidades, escuelas politécnicas, institutos superiores, técnicos y tecnológicos, institutos pedagógicos y de artes, de los conservatorios de música, del CACES, del CES y de la SENESCYT y promueve  la articulación de los sistemas de información sobre educación superior en el país; profundiza el conocimiento del sistema y promueve la cultura de la información al servicio de las grandes causas.

Este espacio de reflexión que está abierto a las críticas, sugerencias y colaboraciones, ayuda a convertir ideas en acciones para promover y consolidar  la educación superior de calidad en el Ecuador.

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En el Ecuador se deben diseñar políticas específicas para impulsar la educación, la formación y la capacitación a lo largo de toda la vida con particular atención a la educación de adultos.

Se debe garantizar la responsabilidad indelegable del Estado en la elaboración de políticas públicas para este ámbito, so pena de profundizar los gravosos procesos de privatización y mercantilización de la educación superior. Estas políticas deberán ser recogidas en un plan sobre el sistema de educación superior, ciencia, tecnología e innovación.

Es necesario recalcar la importancia de conformar universidades que desarrollen programas educativos acordes a las ventajas comparativas que tiene cada uno de los territorios donde se asientan, y en función de la estrategia de sustitución selectiva de importaciones, de satisfacción de necesidades básicas y de diversificación de exportaciones, exportadores y destinos mundiales.

Los actores del sistema de educación superior y del sistema educativo nacional deben realizar ingentes esfuerzos para garantizar la integralidad y coherencia de toda la oferta educativa nacional más allá de sus niveles y modalidades.

El especialista en Educación Superior, Claudio Rama, destaca que como todo capital, el capital humano sufre un complejo proceso de depreciación, asociado tanto a la edad de las personas y el deterioro corporal como al propio valor del tiempo de los conocimientos. Este escenario marca la caída de la productividad y de los salarios asociados a la educación y, al tiempo, también fija las características de la aparición de la educación permanente y del rol de los estudios de posgrados y de la educación continua.

Si bien estos elementos siempre han estado presentes, la depreciación o inclusive obsolescencia completa del conocimiento se ha hecho más significativa en las últimas décadas como resultado de la enorme expansión del conocimiento. Esta depreciación en general asume sus modalidades diferenciadas en función de las dos formas en que se expresa la creación de nuevos conocimientos: como ruptura con los saberes anteriores o como profundización del paradigma.

Para Claudio Rama, la forma y características de esta depreciación del conocimiento determinan el nivel y las formas de la nueva inversión necesaria en educación continua y la actualización de competencias requeridas para mantener los niveles de renta o de salarios derivados del capital humano adquirido previamente. Se asume, enfatiza el especialista,  que el modelo del capital humano (KH) establece que el ingreso de las personas está asociado a su propio stock de KH, por lo que la depreciación de sus conocimientos tiende a imponer una caída de su productividad y finalmente una caída de sus ingresos derivados de ese capital humano educativo. Al tiempo, los ingresos salariales son la renta derivada de ese capital y son de los que puede disponer una persona para invertir en nueva educación en tanto actualización o profundización. Se parte de la hipótesis de que si existe una inversión educativa a partir de estos ingresos, se está reponiendo la depreciación. En caso contrario, o sea que la totalidad de los ingresos se destinan al consumo, se estará frente a un deterioro de su salario futuro al no reponer el capital humano (KH) mínimo al nivel de depreciación de los conocimientos. Igualmente, si el gasto educativo adiciona no agrega competencias o no detiene la depreciación de esas competencias, se estaría frente a un consumo adicional de educación, pero ello no pudiera considerarse como una inversión requerida para mantener el nivel de productividad de las competencias.

La expansión, renovación, depreciación y obsolescencia del conocimiento y los tiempos de esos procesos diferenciados han dado lugar al nacimiento de la educación continua como modalidad educativa. La educación continua es, en este sentido, la inversión educativa orientada a recomponer el capital humano depreciado por diversos motivos tanto físicos como cognitivos. Es parte del concepto de educación permanente y se expresa en procesos educativos de actualización de competencias articulados a los cambios en los saberes y el trabajo y no se desarrolla sólo al interior de las estructuras universitarias, sino que tiende a incorporar nuevos proveedores. Ella tiende además a estructurarse en los campos de la especialización y en la formación de posgrados, en tanto la expansión de los conocimientos torna obsoletos muchos saberes básicos.

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En el contexto  mundial se están presentando en forma  simultánea, grandes transformaciones que afectan directamente a la sociedad ecuatoriana y, por ende, al sistema educativo. Cabe mencionar, entre éstas: La revolución científica y tecnológica que está dando origen a la llamada sociedad de la información y el conocimiento.

Súmese la reestructuración de los aparatos productivos a través de cambios en el paradigma técnico-económico por el uso intensivo de las llamadas nuevas tecnologías (microelectrónica, informática, biotecnología, nuevos materiales, entre otras); la revolución de las comunicaciones y la información, que han acortado  las distancias y los tiempos.

Agréguese la revolución del género por la incidencia que tiene en la organización social y los cambios en el papel de la mujer; la globalización que ha revolucionado las relaciones internacionales dando origen a la internacionalización de la justicia, de la economía, de la guerra al terrorismo y a un nuevo mercado que es el del conocimiento y la información.

Todos estos  grandes cambios inciden sobre los aparatos educativos tradicionales y crean retos a las universidades y escuelas politécnicas  en lo investigativo, lo formativo, en la extensión y en la gestión universitaria. La dinámica que imponen las transformaciones señaladas, y de la cual no pueden sustraerse las instituciones de educación superior ecuatorianas, obliga a reconvertir los actuales sistemas de formación para flexibilizarlos  y adaptarlos a las demandas culturales, políticas, sociales y económicas que les hace la sociedad en su conjunto.

El mundo actual gira en torno de las nuevas tecnologías de carácter flexible. Asistimos a una nueva civilización sustentada en el poder de la información y la comunicación que marca nuevas formas de aprehensión de la realidad y nuevos estilos de aprendizaje.

En la educación, la microelectrónica y la informática constituyen el principal medio alimentador de información en las más diversas esferas del conocimiento y de la práctica profesional, generando redes sistémicas del saber de carácter inter, trans y multidisciplinario, lo cual conlleva cambios en las teorías del aprendizaje, en los modelos pedagógicos, en las prácticas curriculares y en las carreras que se ofertan. Una educación superior que ignore esta necesidad criará jóvenes a merced del desempleo, la obsolescencia y la perplejidad.

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Hay que situar a la educación  en el lugar que le corresponde, utilizarla en sus infinitas posibilidades  como el arma más poderosa del hombre  para crear una ética, para forjar nuevos horizontes, para crear una conciencia, para crear un nuevo sentido del deber, de la organización, de la disciplina, de la responsabilidad, del perfeccionamiento constante del ser humano y como instrumento de transformación social.

La experiencia histórica nos reafirma que no es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura y que el problema de la enseñanza no puede  ser bien comprendido en nuestro tiempo si no es considerado un problema económico y social.

La educación tiene un camino fecundo por recorrer como fuente de bienestar del ser humano, pero necesita de un requisito imprescindible: El triunfo de la justicia social. Ella es un formidable instrumento del mejoramiento del ser humano y de la sociedad, pero utilizarla en toda su plenitud demanda que el hombre se libere primero de las trabas económico-sociales que las injustas relaciones de producción han impuesto.

Así, se podrá cumplir con la certera definición del Libertador Simón Bolívar en 1825, cuando dijo: “Las naciones marchan hacia el término de su grandeza, con el mismo paso con que camina la educación.”

Este es nuestro mensaje de este 24 de enero de 2022, con motivo del Día Internacional de la Educación, que la UNESCO celebra en todo el mundo, bajo el lema «Cambiar el rumbo, transformar la educación».

Ecuador Universitario trabaja por engrandecer la educación en nuestro país, porque esa es la lucha por un mundo mejor; mundo que aspira a la paz como necesidad primordial de la existencia.

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Apasionado profesor en el aula, formador de universitarios, transmisor de valores y ejemplo de conducta ética, el doctor José Vega Delgado fue un Distinguido Profesor de filosofía y pedagogía en la Universidad de Cuenca, una de las tres instituciones de educación superior más importantes del país.

Su obra constituye un punto de referencia obligada en materia  de buena praxis intelectual y universitaria. Cada vez que podía aseguraba que la grandeza de la Universidad está en el poder y la fuerza de sus ideas, y que en ellas reside su capacidad de convocar a los diversos sectores de la sociedad; «la credibilidad que hemos alcanzado ante la sociedad y el Estado constituye un patrimonio que debemos cuidar y acrecentar sobre la base del fortalecimiento de nuestra autonomía», enfatizaba.

Fue el filósofo de la educación, humanista, estudioso profundo de la ética, hombre comprometido con el conocimiento y la transmisión generosa de saberes y valores, además de dirigente académico que miraba siempre el horizonte.

Tuve la suerte de mantener largas conversaciones con él, porque fui el editor de su libro «CEVALLOS GARCÍA, ¿HISTORIADOR? Principios Filosóficos e Influencias, en el Pensamiento de Gabriel Cevallos García, Tesis de su Maestría en Estudios Latinoamericanos, Mención Pensamiento Latinoamericano, que tiene como propósito esencial estudiar la copiosa obra escrita del polígrafo ecuatoriano-cuencano Dr. Gabriel Cevallos García (1913-2004).

Argumenta que el escritor -quien ha pasado comúnmente como historiador-, bajo la premisa de la Historiografía practicada por Cevallos García, un género literario antes que una ciencia estricta, es un ensayista de cuestiones  históricas y no un historiador sensu strictu; ni tampoco un filósofo de la historia.

Para fundamentar la argumentación se estudian, pormenorizadamente, Principios Filosóficos e Influencias, en el Pensamiento de Gabriel García Cevallos. Al cabo de los cuales, se corrobora la hipótesis inicial del discurso del autor de la Tesis.

La Tesis despliega una amplia variedad de citas, especialmente de las Obras Completas (XIII Tomos) de Gabriel Cevallos, y de escritos no recogidos en ellas; para reflexionar cada uno de los asertos del autor de la Tesis, validar y comprobar proposiciones y axiomas.

Nacido en Cuenca el 2 de agosto de 1947 José Vega Delgado alcanzó el título de licenciado en Humanidades (Clásicas) en 1968, mientras que en 1972 se doctoró en Filosofía.

En 1982 se vinculó como profesor de Filosofía y Pedagogía en la Universidad de Cuenca, sin dejar de lado su formación profesional. Viajó a Alemania a investigar al gran filósofo que le inspiró en sus indagaciones sobre el ser y el tiempo: Martin Heidegger.

En 1984 hizo una Especialización en Filosofía Alemana en la Universidad Libre de Berlín/Alemania Federal; en el 2006 consiguió el título de Magíster en Educación a Distancia en la Universidad Católica de Loja y en el 2009 alcanzó el título de Magíster en Estudios Latinoamericanos, Mención Pensamiento, en la Universidad de Cuenca.

Fue catedrático por oposición de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación en la Universidad de Cuenca, en Historia de la Filosofía, Metafísica, Filosofía del Lenguaje, desde 1974. Una década más tarde a tiempo completo.

Dentro de su trayectoria destaca la investigación, la escritura y publicación de más de 20 libros sobre sus cátedras de especialidad, tanto unipersonales como en colaboración.

Publicaciones

Entre algunas de sus publicaciones de libros y artículos destacan: Lecciones de Filosofía, Metafísica Especial; Introducción a la Filosofía de la Religión; Ensayos Filosóficos, Estudios de Estética (Poética) y de Filosofía de la Filosofía; Cevallos García, ¿Historiador?; Humanismo, Humanidades y Filosofía; La Filosofía Política Clásico / Moderna y la Crítica de Habermas, Nietzsche y Dussel; La Filosofía de Nikolai Hartmann; La Metafilosofía del Fin de Historia y de la Muerte de la Filosofía; Filosofía, Ética y Sociedad, hoy; René Descartes (1596-1650).- Cuatrocientos Años Después; Renán, Voltaire y Eco; La Filosofía Alemana; Cinco Ensayos sobre el Lenguaje; Ética.- Como Filosofía de la Acción Humana y del Valor Moral; Humanitas; Filosofía e Historia en Teilhard de Chardin; Ensayo de una Explicación Metafísica del Tiempo.

De igual manera, sus pensamientos se hicieron públicos en los artículos publicados en Diario El Mercurio de  Cuenca y en  el Diario Digital Ecuador Universitario.

Su muerte acaecida el pasado 8 de enero, nos ha consternado. Hacemos llegar nuestra nota de solidaridad a toda su distinguida familia, de manera especial al Señor Doctor Gustavo Vega Delgado, distinguido rector de la Universidad Internacional del Ecuador -UIDE-.

Wilson Zapata Bustamante,

DIRECTOR DE www.EcuadorUniversitario.Com

Más allá del alumno, es el trabajo docente lo que hace la diferencia. Eso lo demuestran Verónica Peñaherrera Garzón y Verónica Medina Ayala, docentes del Instituto Superior Tecnológico Vicente León, a través del programa educativo Encuentro Académico,  que desarrollan en  TV online y en  la Radio Municipal de la ciudad de Latacunga.

Es un proyecto de investigación: Corresponsabilidad de los medios radiales con la educación virtual en tiempos de pandemia. Nos parece brillante, porque les permite a las distinguidas profesoras fortalecer la educación virtual mediante clases interactivas en diferentes temas relacionados con las carreras que imparte el Instituto Superior Tecnológico Vicente León.

Nos demuestra que la calidad de un sistema educativo nunca será superior a la calidad de sus docentes. Si tenemos docentes de calidad, la educación que impartan será de calidad. Por eso es necesario que los organismos pertinentes ayuden a los docentes a mejorar profesionalmente; garantizar un entorno adecuado y seguro; liderar la formación y desarrollo docentes; asegurar condiciones materiales para la enseñanza de calidad; asignar los recursos estratégicamente; y, definir objetivos y expectativas.

De lo que tenemos a nuestro alcance, la calidad docente es el factor sobre el cual debemos operar. Por esto, como  bien lo destaca Francesc Pedró, Director de UNESCO IESALC,  la discusión se desplaza desde las políticas hacia los procesos dentro del aula.

El trabajo de las docentes latacungueñas permite también que la Radio Municipal cumpla con el mandato establecido en la Ley de Comunicación de aportar con programas educativos, especialmente ahora que vivimos una época decisiva para la educación. Los métodos acostumbrados en todos y cada uno de los niveles de la enseñanza tradicional están siendo socavados por una crisis sanitaria sin precedentes. Las escuelas, colegios y universidades, primero tuvieron que cerrar temporalmente y después se vieron obligadas a poner en marcha la educación 100% online de un día para otro. En el ojo del huracán, el maestro se encuentra en una encrucijada.

Además, un medio de comunicación, como la Radio Municipal, solo se justifica si actúa realmente, según prescribe la ley, como un servicio indispensable con carácter de interés general y participa en el desarrollo social y cultural del país, en este caso, de la ciudad de Latacunga y de la provincia de Cotopaxi.

Ecuador Universitario es un medio online dedicado -desde hace 10 años- a destacar las cosas buenas y malas que ocurren en el acontecer de la Educación Superior del Ecuador  y el mundo y en la vida cultural del país. Por eso nos ha sorprendido, gratamente, el trabajo de las docentes Verónica Peñaherrera Garzón y Verónica Medina Ayala, así como también la participación positiva de la Radio Municipal de la ciudad de Latacunga en convenio con el Instituto Superior Tecnológico Vicente León. 

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Imagen referencial. Créditos: Unsplash

La terminación de un año y el advenimiento de uno nuevo constituyen ocasión propicia para que cada uno de nosotros evoque momentos gratos o adversos de índole personal, familiar o institucional que, de una u otra manera, han incidido en nuestras vidas y en el papel que nos corresponde en la sociedad. Pero, al mismo tiempo, nos dan la oportunidad para inyectar en nuestros espíritus los más altos sentimientos de amistad y para exaltar, como en todos los confines de la Tierra, un afán perseverante de disponernos a seguir trabajando por el bienestar de nuestros semejantes, la prosperidad de nuestra patria y la vigencia de la paz universal.

Hoy hace justo dos años, el 31 de diciembre de 2019, China informó del brote de Wuhan. El 13 de enero de 2020 se dio el primer caso fuera de China, el 25 el primero en Europa y el 30 la OMS alertó de un alto riesgo mundial para la salud. El 21 de febrero se dio el gran brote del norte de Italia, el 11 de marzo la OMS declaró la pandemia mundial, el 14 llegó el confinamiento… Todo, hasta hoy, actual brote de ómicron incluido, nos ha sumido en dos años negros en los que el covid ha provocado cinco millones y medio de muertes en el mundo y  una gigantesca crisis social y económica. La única buena noticia fue la vacuna. Y hasta esta buena noticia la empañaron los malos y corruptos políticos administradores de la cosa pública.

Entre la pandemia y la coyuntura económica, la llegada de un nuevo año no acarrea grandes dosis de optimismo. El Covid ha colocado la existencia entre paréntesis y todo parece haberse detenido a la espera de que la vida vuelva a las calles sin mascarilla, ni miedo. No se atisban nuevas oportunidades en el horizonte; las ilusiones andan tímidas y silenciosas; la política, ese espacio común en el que intercambiar ideas para mejorarnos, se ha convertido en un lodazal donde el desparpajo macarra se ha impuesto a lo razonable, y ahora se trata de imponerse al otro más que de tolerarle.

De ahí que sea urgente insuflar optimismo a una sociedad cubierta por la niebla oscura del maldito C19. Y no se nos ocurre mejor modo que recordando que otra vida  sí es posible, que al igual que los científicos han descubierto el antídoto contra el coronavirus, podemos encontrar la solución a las mediocridades que nos agobian y nos gobiernan simplemente intentando cambiar a mejor nuestros comportamientos individuales y colectivos y empujando a que el espíritu del tiempo fluya hacia un futuro mejor.

Quememos el 2021 y trabajemos unidos para construir un Ecuador Mejor y para que la prosperidad y toda clase de venturas nos  acompañen en el 2022 .

!FELIZ AÑO NUEVO!

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Una persona culta debe ser capaz de pensar y escribir con claridad y precisión. Tiene que profundizar en algún campo del saber y debe ejercitar sus capacidades de razonamiento y análisis.

Está obligada a formar su sentido crítico en contacto con la experiencia estética, artística y literaria; debe entender los problemas actuales relacionando el presente con el pasado histórico; necesita dominar los conceptos y técnicas de las ciencias sociales, y no puede ignorar los métodos matemáticos, los fundamentos del mundo físico y los avances de la biología.

Una persona educada debe estar acostumbrada a reflexionar sobre los problemas de índole ética y moral. De tal modo que, la cualidad más sobresaliente de un hombre culto será precisamente, el tener un juicio formado que le permita tomar decisiones morales con un criterio acertado.

Por último, esa persona no puede ser en esta parte del siglo XXI un “provinciano” que ignore otras épocas y culturas. Su vida debe proyectarse al amplio mundo que le rodea.

Para toda persona culta Shakesperare, Platón, Santo Tomás de Aquino, Tocqueville, Eistein o Mozart ya no serán unos extraños. Como tampoco lo serán los problemas de la nueva  biología, la genética , la astrofísica, la nanotecnología o las computadoras . Ya no tendrán miras “provincianas” y su cultura se proyectará sobre otras lenguas y civilizaciones. En definitiva, sabrán “ pensar, hablar y escribir con claridad y precisión”.

En ese sentido, la misión fundamental de la  eduación superior  debe ser la formación de hombres cultos, de seres humanos  profesionalmente competentes, éticamente íntegros, comprometidos con los sectores sociales, especialmente con los más vulnerables, con capacidad y motivación  para educarse en forma continua, con sensibilidad para comprender , respetar y proteger los derechos humanos  y el ambiente natural, a través del ejercicio articulado, crítico, innovador, pertinente y prospectivo de la docencia, investigación , producción  y vinculación con la sociedad.

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