En los dos parques nacionales se confirma la presencia generalizada de fitosanitarios, con el consiguiente riesgo ecológico, según un estudio liderado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas. Sustancias prohibidas como el clorpirifós, la terbutrina o el diazinón aparecen en las muestras de agua, lo que indica su uso reciente.
El Parque Nacional de Doñana lleva más de una década con serios problemas de sequía. Sin embargo, no solo la cantidad de agua es preocupante, sino también la calidad de la misma.
Así lo ha reflejado un estudio llevado a cabo por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que ha detectado la presencia de fitosanitarios tanto en es parque nacional como en el de las Tablas de Daimiel.
A pesar de que la normativa de los Parques Nacionales es la de mayor protección legal, los pesticidas provenientes de las actividades agrícolas cercanas están afectando a los seres vivos que en ellos habitan
El Parque Nacional de Doñana lleva más de una década con serios problemas de sequía
“A pesar de que la normativa de los Parques Nacionales es la de mayor protección legal, los pesticidas provenientes de las actividades agrícolas cercanas están afectando a los seres vivos que en ellos habitan», señala la investigadora del IDAEA-CSIC Ethel Eljarrat.
«De hecho, un estudio previo de nuestro grupo ya indicaba que la acumulación de pesticidas en algunas especies de aves del Parque Nacional de Doñana reducía su capacidad reproductiva”, continúa la investigadora.
Consecuencias de la actividad agrícola
En los últimos años, se han encontrado problemas relacionados con la agricultura intensiva en áreas protegidas por su daño potencial a la fauna silvestre. Otro estudio previo del mismo grupo de investigación ya alertaba sobre la presencia de algunos pesticidas como la bifentrina, un insecticida piretroide cuyo uso agrario está prohibido, en muestras de huevos de aves recolectados en Doñana.
Estos hallazgos motivaron la continuación del estudio para evaluar el nivel de contaminación en aguas y sedimentos e identificar posibles prácticas agrícolas ilegales en el entorno de estos espacios protegidos.
Los resultados revelan la presencia generalizada de fitosanitarios en Doñana y en Tablas de Daimiel, aunque en el primer caso los niveles son superiores.
En los últimos años, se han encontrado problemas relacionados con la agricultura intensiva en áreas protegidas por su daño potencial a la fauna silvestre
También es habitual encontrar otros productos que, si bien sí eran aptos en 2021 cuando se realizó el muestreo, no se pueden usar desde 2022, como el oxadiazón o la ciflutrina, entre otros.
“Es importante llevar a cabo más estudios como este que nos permitan verificar si los nuevos compuestos introducidos en la normativa de 2022 se han dejado de utilizar y, de no ser así, actuar en consecuencia”, destaca Eljarrat.
“En Doñana y en las Tablas de Daimiel se observa la influencia de los productos fitosanitarios que se utilizan en los cultivos circundantes en la contaminación de estos», resume Yolanda Picó, coautora del estudio e investigadora del CIDE.
Se han encontrado varios pesticidas prohibidos por la Unión Europea desde 2009 para uso agrícola
Otro dato interesante es la detección de mayores niveles de contaminación en algunos puntos cuyo caudal, en el momento del muestreo, era menor. “Esto pone de manifiesto que la escasez de agua provoca el aumento de la concentración de la contaminación”, indica Miguel Ángel Bravo conservador del espacio natural de Doñana, co-autor del trabajo.
El riesgo de pesticidas
El estudio también incluye una evaluación del riesgo de la presencia de pesticidas para los organismos acuáticos, por lo que la investigación proporciona un importante conocimiento sobre el impacto de las actividades agrícolas en dos áreas protegidas.
Esto pone de manifiesto que la escasez de agua provoca el aumento de la concentración de la contaminación
Referencia:
A. Peris et al., «Pesticides in water and sediments from natural protected areas of Spain and their associated ecological risk«. Chemosphere, 2024