Jorge Uquillas es Ph.D en Ingeniería Biomédica, investigador ecuatoriano de postdoctorado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard así como del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en EE.UU. en donde desarrolla técnicas de vascularización en tejido óseo utilizando bioreactores. Se encuentra en Quito formando parte de la Comisión Organizadora, junto a Yachay EP, del Primer Congreso Internacional de Ingeniería Biomédica y Modelización Matemática en Biociencias, que se inaugura este miércoles 4 de Junio de 2014 en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), la Universidad de Postgrado del Estado.
Este encuentro que se desarrollará hasta el próximo viernes 6 de junio convoca a profesionales afines a los campos de ingeniería, medicina, biología y matemáticas, quienes compartirán los resultados de sus investigaciones y discutirán sobre las tendencias tecnológicas en ingeniería biomédica. Contará con la presencia de profesores e investigadores de Harvard, MIT, Purdue, Stanford, Universidad de Sydney, entre otras instituciones académicas y de investigación científica.
¿Por qué es importante construir espacios de intercambio en Ecuador sobre el saber de la Ingeniería Biomédica?
Jorge Uquillas responde: “Las Ciencias Biomédicas son el pilar y la base del desarrollo de la Medicina. Todo lo que se usa en los hospitales fue creado en laboratorios biomédicos. La investigación de terapias, equipos médicos y hasta la ropa que usa el personal médico han sido desarrolladas gracias a la colaboración de ingenieros, biólogos y médicos. Entonces, es natural pensar que debemos formalizar la investigación biomédica en Ecuador, con el perfeccionamiento de tecnologías biomédicas propias, para solucionar problemas y patologías que afectan a la sociedad ecuatoriana. Eventualmente, nuestros científicos no se dedicarán solamente a investigar y publicar artículos científicos, sino que serán el motor para desarrollar patentes y así crear empresas biomédicas. El conocimiento y la investigación crean plazas de trabajo y muchas cosas buenas pueden salir de esta iniciativa.
Sabemos muy bien que hay investigación biomédica en el Ecuador, no venimos a re-inventar la rueda. Solo queremos elevar la investigación biomédica en Ecuador al siguiente nivel. Creo que esto se puede dar cuando se suma la experiencia de los investigadores locales con la fuerza y la energía de investigadores jóvenes formados en las mejores facultades de Medicina e Ingeniería del mundo. Es por esto que el Congreso será la plataforma para que los investigadores biomédicos más capaces y productivos del Ecuador muestren sus trabajos en un ambiente de altísima calidad científica.
¿Cómo percibe usted al Ecuador en el desarrollo de Ingeniería Biomédica y afines?
Existen muchísimas oportunidades para innovar y crear nueva tecnología que se puede aplicar en nuestros hospitales y centros de salud. Solo se necesita gente que quiera solucionar problemas y tenga las herramientas y el conocimiento para hacerlo. No necesariamente se necesita tecnología de punta para innovar y crear soluciones para problemas en nuestro país. Por ejemplo, existe un grupo de investigación en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Cuenca que trabaja con el centro de desarrollo infantil de la misma universidad. Este grupo ha desarrollado 11 tecnologías para que los niños con capacidades especiales puedan aprender a desarrollar sus habilidades motrices y neurológicas de una forma más efectiva.
La inversión en cada uno de estos proyectos no supera los 500 dólares, pero ya se están utilizando en el centro. Este grupo de jóvenes estudiantes e investigadores es guiado por una profesora que no llega a los 30 años. Entonces, vemos que la juventud y las ganas de hacer de este país un lugar mejor son características que se repiten en los grupos de investigación que marcan la diferencia. Es por esto que se ha puesto mucho cuidado en promocionar este evento en universidades para impulsar a los jóvenes a que presenten sus investigaciones.
¿Qué tipo de investigaciones en torno a este tema son prioritarias en el país? ¿Yachay podría desarrollarlas?
Yachay no va a empezar a desarrollar tecnologías sobre genómica o biología sintética y pretender competir con la Universidad de Harvard, la Universidad de Stanford o el Instituto Max Planck.
En Harvard, por ejemplo, la maquinaria de investigación médica es inmensa y cuando me uní a esta universidad al ver tanto dinamismo era intimidante. Pero con el tiempo entendí que las bases de proyectos tan grandes, como la Escuela de Medicina de Harvard, son fruto de la planificación y poner un cuidado especial en identificar qué áreas de investigación pueden separarte del resto, en el mundo.
Crear una red de hospitales y centros de investigación que comparten áreas físicas comunes ayuda muchísimo. Si todos los investigadores y médicos se juntan en lugares comunes para comer, las probabilidades de fomentar colaboraciones científicas se eleva exponencialmente.
Se puede pensar que el área de Longwood en Boston, donde está la Escuela de Medicina de Harvard, el Hospital Brigham and Women’s, el Hospital de Niños de Boston, el Centro Médico Beth Israel Deaconess, el Instituto Wyss, y el Instituto de Investigación de Cáncer Dana Farber, no se crearon por casualidad. Todos estos centros están en un radio de tres millas a la redonda y son fruto de una planificación cuidadosa enfocada a sumar esfuerzos y descubrir soluciones a problemas médicos importantes.
¿Dicho esto, cuáles son las áreas prioritarias en nuestro país?
Sin duda, el cáncer de estómago o de piel, la diabetes, las enfermedades tropicales, las infecciones a las vías respiratorias y la mal nutrición en niños deberían ser prioridad no solo en Yachay sino en todo el Ecuador. Las universidades y los investigadores ecuatorianos ya han venido trabajando en estas afecciones, pero Yachay podría ser un lugar para coordinar los esfuerzos.
Primero debemos identificar dónde están los expertos que trabajan en estas áreas, evaluar el impacto de sus investigaciones y apoyarlos con fondos de investigación. Importa poco que estén trabajando en centros públicos o privados. Se deben identificar centros o clúster de excelencia científica.
Entonces, por ejemplo, puede haber un centro de excelencia en cáncer de piel que esté en Guayaquil. Otro centro de excelencia en diabetes que esté en Cuenca o Loja, y así por el estilo. Pero cada centro de excelencia biomédica no funcionaría solo; habría una red de hospitales y centros de apoyo que en conjunto produciría terapias médicas para utilizarlas en nuestros pacientes y minimizar el tiempo entre el desarrollo y la aplicación clínica en pacientes.
Podríamos pensar que habría que construir esto desde cero y no es así. Por ejemplo, en Quito tenemos una excelente facultad de Ingeniería en la Escuela Politécnica Nacional junto a una excelente Escuela de Medicina en la Pontificia Universidad Católica y un excelente hospital como el de las Fuerzas Armadas, muy cerca uno del otro.
Me parece que se debe fomentar la colaboración entre centros de estudio e investigación y que sus autoridades planifiquen las líneas de investigación. Esto se logra dejando egos y celo profesional de lado. Claro, las autoridades de estos centros deben poseer un linaje de investigación y publicación científica apropiado. Juntos se suma y se crece más rápido. Los centros de investigación biomédica alrededor del mundo trabajan así.
Fuente: Yachay
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