Método ARCÓN, trascendentes objetivos logrados tras una ardua investigación Parte 2

Por: Jaime Parejo García/ (Cotinuación)

Expongo a continuación, un análisis básico, esquemático, relativo al método Arcón y su incidencia sobre los parámetros anteriormente citados, autonomía, motivación y concentración, tan determinantes en la conducta canina de búsqueda y detección:

Autonomía de Trabajo: He constatado reiteradamente que cuando un perro experimenta un mayor nivel de autonomía de trabajo, también incrementa paralelamente su grado de concentración en el mismo. El método Arcón permite optimizar este nivel de autonomía asociado siempre a una sólida fijación, en la conducta de búsqueda.

El ejemplar disocia al guía sin presentar nocivas interrupciones en su línea de búsqueda, como puedan ser, esporádicos retornos hacia éste o actos corporales con objeto de visualizarlo, siendo a la vez perfectamente controlable en caso necesario y en las formas técnicamente adecuadas.

Puntualizando que una participación excesiva del guía, ya sea verbal o física, durante el proceso de aprendizaje, generará nocivamente la consecuente expectativa de apoyo en el almacén memorístico del perro, la cual se tornará más acusada e interferente durante la búsqueda, conforme transcurra el tiempo sin que el ejemplar haya logrado percibir el ansiado estímulo oloroso de un posible sepultado o de cualquier otro elemento.

Son tres, las Técnicas Arcón que de una forma conjunta, permiten mayormente la consecución de objetivos relativos a la pretendida autonomía de trabajo: “Técnica de bloqueo al efecto yoyó por control retorno” (de aplicación preventiva), “Técnica de autonomía progresiva por acción del efecto maniquí” (aplicada en fases de formación, entrenamiento y puntualmente de intervención) y “Técnica de restablecimiento inocuo por inserción sonora” (aplicada puntualmente en fase inicial de formación).

Motivación Específica: También decidí centrar mis investigaciones y objetivos en descubrir nuevas fuentes incidentes y mejorar las existentes, respecto al grado de motivación específica, que a su vez sería el que determinaría el nivel de esfuerzo que tendería a desarrollar el perro en lo que respecta a la atención voluntaria para intentar percibir un estímulo oloroso determinado.

La motivación a su vez dependerá, por ejemplo, de factores como son las características de las experiencias memorizadas previamente y relacionadas con el estímulo a intentar percibir, ya sea respecto a la actividad previa de búsqueda y detección, o a la consecuencia asociada como resultado de su percepción específica y correspondiente acción de señalización, (durante el proceso de aprendizaje y seguidamente respecto al posterior entrenamiento práctico y sistematizado).

Las técnicas del Método Arcón, incidirán como ya indiqué anteriormente, por ejemplo, sobre los procesos previos de aprendizaje en lo que respecta al nivel de motivación específica, con efectos potenciadores extraordinariamente positivos e interrelacionados respecto a las expectativas memorizadas en base a la intensidad de las experiencias previas asociadas a diversas circunstancias fundamentales como son la magnitud del valor del objetivo o recompensa (motivación extrínseca), la expectativa de consecución de éxito respecto al logro final del mismo, y el propio desarrollo de las acciones de búsqueda y detección, en sí mismas (motivación intrínseca).

La aplicación de este sistema genera en el ejemplar un estado de impulso motivacional especialmente sólido hacia este tipo de trabajo, favoreciendo los niveles de intensidad, perseverancia y concentración del perro durante la operación u operaciones consecutivas de búsqueda, así como la generación de un visible estado de “blindaje” añadido frente a posibles estímulos interferentes.

Son cuatro las técnicas Arcón destinadas a preservar o potenciar dicho nivel de motivación específica: “Técnica de reforzamiento calibrado por triple control” (aplicada en fases de formación y entrenamiento), “Técnica de factible localización por compensación previa de factores contrapuestos” (aplicada en fases de formación y puntualmente de entrenamiento), “Técnica de búsqueda encadenada por disuasión mímica del sepultado” (aplicada en fases de formación, entrenamiento e intervenciones) y “Técnica de apoyo sin demanda por aproximación restringida” (aplicada puntualmente en fase inicial de formación).

Resulta importante considerar que en la fase de formación o aprendizaje, la experimentación de no consecución de éxitos, de fracaso, en el ejemplar deteriorará la expectativa evocada por la actividad en formación y por el respectivo entorno, lesionando gravemente el necesario grado de motivación para afrontar el proceso de aprendizaje y para el futuro desarrollo del trabajo de búsqueda. Esta circunstancia negativa se evita con la aplicación de las técnicas anteriores, a la vez que contribuyen a que el simple desarrollo de la búsqueda y el entorno de escombros generen por sí mismos, un potente efecto reforzante en el ejemplar.

La actividad de búsqueda en sí misma, provocará en el perro un positivo y sólidamente necesario efecto motivador (motivación intrínseca) que se sumará a la motivación extrínseca, también muy potenciada al incrementarse, por ejemplo, sustancialmente, la magnitud del reforzamiento.

(continúa).

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