Así lo manifiesta Lenin Cevallos Robalino, un ingeniero industrial riobambeño de 29 años de edad y becario de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia Tecnología e Innovación en la Universidad Politécnica de Madrid.
Desde hace veinte meses vive en España y estudia un Máster en Ciencia y Tecnología Nuclear en la Universidad Politécnica de Madrid. Tan solo le faltan cinco meses para obtener el masterado, pero desea continuar los estudios en la misma institución hasta lograr el PhD.
Aunque estar lejos de su familia le entristece, su objetivo es ampliar sus planes académicos y obtener el título de PhD. para poder regresar al Ecuador e incorporarse como profesor de la Universidad Yachay. Está convencido de que el proyecto Yachay es lo que necesita el Ecuador para transformarse y dar un giro hacia el futuro.
Sería un orgullo, dice,regresar al Ecuador e incorporarme como profesor de la Universidad Yachay, porque el modelo de organización de la producción del conocimiento de esta Universidad implica que personal académico, alumnos, actores y agentes sociales comunitarios y empresariales se involucren en una nueva estrategia de productividad del saber científico y tecnológico y de su articulación con el tejido empresarial, con la estructura económica del país, y sobre todo, con su formación.
La Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay, destaca Lenin Cevallos, será parte del proyecto Ciudad del Conocimiento que implica la construcción de un espacio urbano en el que se hallan presentes empresas implicadas en el sector terciario avanzado con una vocación de alta productividad ligada a cadenas regionales o globales de producción de valor, institutos y centros de investigación ligados a redes de conocimiento internacionales que intercambian permanentemente experiencias con el exterior y con el resto de la sociedad ecuatoriana. Eso atrae a cualquier profesional. A mí me fascina la idea de servir a mi país a través de la Universidad yachay, enfatiza.
Lenin es el mayor de cinco hermanos, razón por la cual se ha constituido en “el ejemplo” de la casa. Se graduó como Ingeniero Industrial en la Escuela Politécnica de Chimborazo (ESPOCH) y trabajaba en la industria petrolera del país, sus labores se desarrollaban en el Oriente y luego de un tiempo regresó a su natal Riobamba, donde su vida transcurría en un trabajo que le permitía tener cerca a su familia, pero no cumplía con sus expectativas de aprendizaje.
Una amiga le comentó sobre las becas de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, en primera instancia Lenin dudó por temor a no cumplir con los requerimientos que este tipo de postulaciones exigen, pero venció sus miedos y aplicó a la Convocatoria Abierta. “El proceso me pareció sencillo, ingresé a la página web, leí sobre el proceso y cumplí con todos los pasos. Busqué una carrera innovadora que me permita ampliar mis conocimientos y abordar nuevas áreas de estudio y así encaminar mi futuro profesional a la investigación y a la docencia”, comenta.
Lenin quiere seguir preparándose para sacar adelante a su familia. Él es una inspiración para sus hermanos para seguir sus pasos en el ámbito académico y también es una motivación para su madre. Ella, que por las obligaciones del hogar, no pudo estudiar una carrera de tercer nivel, cuando su hijo ganó esta beca se decidió e ingresó a la ESPOCH a estudiar Nutrición y Dietética. Es buena estudiante y ya está en segundo año. Lenin se siente muy orgulloso.
Este estudiante de masterado en ciencia y tecnología nuclear, manifiesta que siente el mismo orgullo y está muy contento con la visita del Presidente Rafael Correa a España por lo que quiere participar en todos los eventos que tenga contacto con la comunidad ecuatoriana. “Las políticas de educación son muy positivas, es increíble el cambio que tiene el Ecuador en tan poco tiempo, no solo en la forma, sino también en el fondo, en la manera de concebir el talento humano y creer en nosotros, por eso yo seguiré dando lo mejor para mi país”, precisa.
Como anécdota manifista que cuando llegó a España le costó adaptarse al idioma. “Aunque hablemos español, tenemos diferentes maneras de expresarnos; me han pasado muchas anécdotas por malos entendidos por el diferente significado de algunas palabras”, cuenta riendo este joven riobambeño.
Cuando se le pregunta qué es lo que más extraña de Ecuador, dice que además de su familia es la comida, especialmente el yahuarlocro, esto le ha llevado a recorrer varios lugares de comida tradicional ecuatoriana por Madrid y ahora ya tiene su sitio preferido y su proyecto de vida bien definido.
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