Así lo afirma el sociólogo Félix Cadena Alvarado, profesor principal de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Técnica de Manabí.
Necesitamos –dice- avanzar en ese sentido para satisfacer las demandas institucionales, académicas y sociales; así como priorizar recursos hacia las actividades de investigación y productos útiles a la comunidad universitaria y a la sociedad. Igualmente hay que introducir reformas a los planes de estudios que incorporen la investigación como eje primordial del proceso educativo a fin de lograr una mayor incidencia en el desarrollo del país.
Si consideramos que la participación del país en la revolución científico-tecnológica ha sido y es marginal, de una asimilación mecánica de procedimientos, de meros consumidores de ciencia y tecnología, tenemos una aproximación a la terrible encrucijada en que se encuentra la Universidad Ecuatoriana, afirma.
¿Cuáles son las nuevas condiciones que la Universidad debe crear a su interior para incidir en la transformación de la realidad y para que realice aportaciones científicas, tecnológicas, humanistas y culturales al desarrollo nacional?
“Considero que frente a los desafíos provenientes de la naturaleza del conocimiento contemporáneo y las características de la sociedad ecuatoriana actual, es urgente estructurar las respuestas de las universidades, mediante una serie de tareas, que deberían orientarse a fortalecer sus capacidades de docencia, investigación y extensión interdisciplinarias; flexibilizar sus estructuras académicas e introducir en su quehacer el paradigma del aprendizaje permanente, incorporarse a las llamadas “nuevas culturas”: la cultura de pertinencia, de calidad, de evaluación, de informática, de administración estratégica y de internacionalización, todo inspirado en una dimensión ética y de rendición social de cuentas, tal como lo señaló la Conferencia Mundial de Educación Superior.
Todo ello implica, una Universidad al servicio de la imaginación y la creatividad, y no únicamente al servicio de una estrecha profesionalización, como desafortunadamente ha sido hasta ahora entre nosotros, precisa.
Debemos incorporar la visión prospectiva en nuestra labor, lo cual posibilitará que las universidades ecuatorianas contribuyan a la elaboración de proyectos viables de sociedad futura, inspirados en la equidad, la solidaridad y el en el respeto al ambiente.
¿De qué manera puede la Universidad influir más directamente en la evolución social?
Partiendo de un amplio concepto de pertinencia social, la Universidad que se comprometa con un modelo de sociedad alternativa, es decir, solidaria y con rostro humano, tiene que comenzar por redefinir su Misión y Visión, a fin de incorporar en ellas claramente este compromiso. Esto necesariamente influirá en las políticas y estrategias que se incorporen en su plan estratégico de desarrollo.
Para ello, en su accionar deberá tener muy en cuenta los intereses de los sectores sociales más desfavorecidos, el cultivo de los valores culturales propios, todo ello en el marco de tratar de alcanzar los más altos niveles académicos y científico-tecnológicos, los mismos que deberán expresarse en todo el quehacer de la institución y en el desempeño de sus funciones claves de docencia, investigación y extensión, que dejarán de estar enmarcadas en un sobre énfasis profesionalizante para asumir un perfil más humanista y de compromiso social.
Cadena Alvarado concluye: “En definitiva, la Universidad debe buscar acrecentar su gravitación en la sociedad ecuatoriana contribuyendo al desarrollo y enriquecimiento espiritual, cultural y material del país. Además de su labor formativa, debe buscar alcanzar éste objetivo mediante su aporte al desarrollo de políticas públicas y el estudio y apoyo a la solución de los más gravitantes problemas que aquejan a la sociedad ecuatoriana mediante la investigación básica y aplicada”.
