1.- Proyecta tu persona en el futuro.
2.- Averigua sobre las actividades o carreras profesionales entre las que consideres está tu vocación. Pero no tomes una decisión.
3.- Contacta con algún amigo o conocido que estudie la carrera que piensas seguir, eso despejará tus dudas.
4.- Si es posible, conversa con alguien que trabaje en esa actividad o carrera, para que te brinde su testimonio de cómo se ha ido forjando profesionalmente.
5.- Evalúa si tienes las capacidades para llevar los cursos de esa profesión y para desempeñarte con éxito en esa actividad.
6.- Luego piensa si vas a sentirte a gusto en ese trabajo.
7.- Evalúa cuáles son las posibilidades de desarrollo económico, que tiene que ver con tu bienestar personal y familiar en el futuro.
8.- Examina la situación del mercado laboral y qué otras posibilidades de desarrollo profesional tienes en esa carrera o actividad.
9.- No te angusties ni te pongas ansioso. No elijas lo que tus padres u otras personas quieren que estudies.
10.- La única garantía que tienes para que te vaya más o menos bien en la vida es hacer lo que te gusta.
Pretender que, tan pronto termine el colegio, un joven decida su proyecto de vida, es una ilusión que no corresponde a la realidad. Elegir acertadamente qué es lo que se quiere hacer por el resto de la vida toma su tiempo. Por eso, los expertos recomiendan que, ante todo, se les dé tiempo y libertad para que escojan bien, a partir de sus capacidades, gustos e intereses. Siempre hay una variación o precisión en la búsqueda de lo que se quiere y, para definirlo, no puede estar bajo la premura del inmediato examen de admisión ni de la presión de los padres.
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