En relación al debate generado desde ciertos sectores de la universidad ecuatoriana, los representantes estudiantiles de las Universidades y Escuelas Politécnicas del país manifiestan ante la opinión pública lo siguiente:
1. Expresamos nuestro compromiso con la transformación del sistema de educación superior en el Ecuador… Era y sigue siendo un imperativo fundamental si realmente queremos transformar nuestra sociedad. No podemos generar ningún cambio estructural si no existe una articulación real entre la academia y los cambios que necesita el Ecuador.
2. Reconocemos y respaldamos el compromiso que existe por parte del Estado Ecuatoriano con la educación superior del país. El financiamiento destinado para el efecto, así como las políticas públicas generadas, reflejan la importancia que tiene la misma en la transformación de la sociedad en su conjunto.
3. Respaldamos la aprobación y el cumplimiento del principio de la gratuidad en la educación superior pública, así como la política de becas y cuotas en las universidades particulares, como elementos fundamentales para la real democratización en el acceso a la educación superior… Rechazamos cualquier tipo de discriminación socioeconómica, étnica, regional o de género en la educación superior del país. Solicitamos la pronta aprobación del Reglamento de Gratuidad para garantizar la eliminación de cualquier cobro indebido…
4. Consideramos necesaria la evaluación y acreditación del sistema de educación superior en el Ecuador, como un elemento fundamental para garantizar la calidad de la misma. Ante aquello queremos dejar planteadas algunas interrogantes: ¿De qué sirve un derecho si su acceso no genera beneficios sociales? ¿De qué sirve un derecho si su prestación es de mala calidad? ¿Cómo podemos hablar de autonomía universitaria si tenemos una Universidad que sólo difunde conocimiento y no es capaz de crearlo, y por ende se vuelve a sí misma, y el Ecuador como tal, dependiente del conocimiento que generan los países llamados desarrollados?. En relación a este punto queremos dejar sentadas ciertas puntualizaciones:
- Creemos que el modelo de evaluación debe estar articulado a la realidad ecuatoriana y a sus particularidades y prioridades estratégicas; sin embargo, esto no puede entenderse como una desarticulación de la realidad académica a nivel internacional…
- La generación de conocimiento no debe ser vista como una acción mercantilista, sino como una necesidad de la universidad ecuatoriana para generar la transformación productiva y el cambio cultural que necesitamos. El problema no es producir conocimiento, sino cómo se produce y al servicio de quién o quiénes está ese conocimiento; la Universidad debe promover la generación de conocimiento cuyos beneficios sean colectivos y articulados a las necesidades del país.
- La docencia juega un rol fundamental en la evaluación y la acreditación, con lo cual estamos totalmente de acuerdo. Objetivamente será mucho más probable que un profesor con mayor formación académica garantice mayores niveles de calidad en el proceso de aprendizaje, por lo cual exigimos formación académica de alto nivel en la docencia; nos parece importante la política pública de becas que se ha diseñado para el efecto y el financiamiento que están destinando también las universidades y escuelas politécnicas. Exigimos que exista mucha rigurosidad por parte de los organismos reguladores, y así mismo por parte de las universidades, para no permitir doctorados de baja calidad… Esperamos de igual manera que pronto se desarrollen programas doctorales de excelencia en el Ecuador para poder fortalecer las capacidades de investigación en la docencia de nuestro país.
- No se puede entender a la docencia sin el componente de conocimiento, así como tampoco se puede hacerlo sin un análisis epistémico y pedagógico. La universidad debe pensarse a sí misma y el rol que quiere jugar en la sociedad. Finalmente, en este punto debemos señalar que la calidad debe ser entendida como un derecho y no como un “concepto elitista”, pues es el medio que permite que nuestras Instituciones de Educación Superior estén en capacidad de generar conocimiento pertinente a las necesidades del país y que a la vez nos permita tener mayor soberanía.
5.Es fundamental seguir avanzando en la ampliación, y en la universalización de la matrícula en la educación superior. Por ello destacamos la creación de 4 nuevas universidades y 40 nuevos institutos técnicos y tecnológicos, a la vez que consideramos necesario que se siga fortaleciendo a las universidades públicas ya existentes en el país… Las propias universidades y escuelas politécnicas deben plantearse como un objetivo estratégico la ampliación de su cobertura con pertinencia, de manera que el derecho pueda seguirse ampliando a más sectores de la sociedad ecuatoriana.
6. Consideramos importante seguir avanzando en la eliminación del lucro en el campo de la educación superior. El reglamento de regulación de aranceles jugará un rol fundamental en esta disputa en las universidades particulares, por ello consideramos importante su pronta aprobación. Adicionalmente es fundamental que todas las Instituciones de Educación Superior rindan cuentas de su gestión, como un ejercicio de transparencia y responsabilidad con la sociedad.
7. Consideramos que es fundamental profundizar el debate sobre las ciencias sociales en nuestro país. Aspiramos que el Ecuador pueda desarrollar más programas de postgrado en esta área, así como ampliar la oferta del pregrado. En la actualidad las ciencias sociales sólo son entendidas como ciencias empresariales, cuando en la práctica es necesario fortalecer la filosofía, la historia, la antropología, la política, la sociología, la etnografía, la economía, las humanidades, las artes y otras ciencias sociales como un elemento fundamental para la construcción de una sociedad que reflexione permanentemente sobre su desarrollo.
8. Creemos firmemente en la capacidad de la academia para vincularse con la sociedad de múltiples formas, para lo cual esta debe repensarse en varios niveles: como institución, como sistema y como actor social. Debe dejar atrás sus lógicas simplistas, particularistas y ajenas a las realidades sociales. La academia no está más allá del bien y el mal, no creemos en esa universidad sacralizada…
Finalmente, queremos señalar que consideramos que muchas veces resulta muy fácil y cómodo criticar sin actuar, por lo cual los estudiantes del país no podemos jamás caer en esa lógica. Si bien consideramos existen temas pendientes en la transformación de la universidad ecuatoriana, sería un acto absurdo y deshonesto de nuestra parte no reconocer los grandes avances que existen en el campo de la educación superior y en sus múltiples aristas…
La transformación del sistema de educación superior es un proceso social y por lo tanto es dinámico, por lo cual requiere una permanente retroalimentación. Ante aquello solicitamos que se realice una evaluación participativa de las políticas y regulaciones en el campo de la educación superior que se han generado hasta este momento, de manera que podamos seguir acercando las mismas a la realidad cambiante que está viviendo nuestro país.
Creemos que las discrepancias y los disensos debemos resolverlos mediante el debate permanente, pero por sobre todo en la generación de propuestas que contribuyan y fortalezcan el proceso de cambio en nuestro país.
Reiteramos nuestro compromiso con el fortalecimiento del proceso de transformación de la educación superior en el Ecuador, en donde los estudiantes universitarios y politécnicos debemos ser un actor fundamental en la consolidación del proceso en mención con un horizonte de largo aliento. Somos y seremos quienes respaldemos y fortalezcamos cambios, pero también quienes con una mirada crítica denunciemos desviaciones con el objetivo de que la esencia del proyecto nunca pierda su rumbo, con el objetivo garantizar la construcción de una sociedad en donde prevalezca la igualdad y la libertad sobre la base de la justicia.
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