Propuestas sobre el ingreso, la inclusión y la permanencia en la educación superior

Los Grupos de Trabajo Universidad y Sociedad de Quito, Guayaquil y Cuenca, donde participan docentes universitarios de una docena de universidades públicas y privadas del país, hicieron público este martes 4 de julio de 2014 el documento “Lineamientos de Políticas Públicas para la Educación Superior (2017-2022)”. Este documento es una contribución al debate propuesto por las nuevas autoridades de la educación superior del país. Sintetiza los debates y diagnósticos llevados a cabo por actores universitarios e investigadores preocupados por los impactos de las políticas de educación superior en los últimos años.

SOBRE EL INGRESO, LA INCLUSIÓN Y LA PERMANENCIA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

El documento hecho público este martes 4 de julio expresa:

El principio de un acceso universal y gratuito a la educación superior pública se debe seguir fortaleciendo, respetando la meta nacional de aumentar sustantivamente la tasa de matrícula universitaria potenciando al mismo tiempo, realmente, la educación técnica y tecnológica. Hay que recordar que a la Universidad no solo pueden y deben asistir los jóvenes sino también adultos y adultos mayores que desean diversificar sus conocimientos o ampliar sus aprendizajes. El aprendizaje ocurre durante toda la vida y no solo en las fases definidas por el sistema educativo. Este aumento de la matrícula implica enormes desafíos sociales, económicos y pedagógicos, pero una nueva política requiere precisamente enfocar allí sus principales esfuerzos e inversión. Aumentar la presencia de los jóvenes y adultos en el sistema, especialmente de grupos históricamente desfavorecidos por sus condiciones sociales o étnicas, es necesario para democratizar la sociedad y aumentar la cohesión del país. El actual sistema centralizado basado en un examen estándar de conocimientos o aptitudes para ingreso a las universidades públicas obstaculiza en lugar de facilitar ese objetivo.

Criterios básicos

• El primer año, o al menos el primer semestre de las universidades públicas debe reorganizarse para recibir a los nuevos estudiantes. Un sistema de exámenes puede servir como fuente de información sobre las aspiraciones profesionales de los jóvenes, sobre las tendencias del mercado laboral y sobre las necesidades de nuevas carreras en nuevos territorios. Dadas las amplias evidencias de la relación entre el capital social y económico heredado y los resultados en estos tipos de exámenes estandarizados, estos no deben definir el acceso a la universidad. Basado en el principio de acceso universal, la universidad aplicará los instrumentos diseñados para el ingreso de acuerdo a la carrera y los principios y propósitos fundamentales de la institución.

• Este año o semestre propedéutico podría organizarse según grandes áreas de conocimiento, (sociales, ciencias de la vida, física e ingeniería, etc.) para que la postulación de estudiantes no sea por una y definitiva profesión, sino que mantenga un grupo de carreras afines entre las que podrá elegir, una vez superado este curso que le permitirá conocer a fondo sus diferentes opciones y adquirir bases académicas para la futura carrera universitaria. Además, esto facilitaría un proceso de seguimiento y acompañamiento para la selección de la carrera de su preferencia y podría fomentar la interdisciplinariedad en la organización curricular.

• Este período serviría también para orientar mejor a los estudiantes que quieran y puedan estudiar las opciones técnicas y tecnológicas sin desvalorizarlas como una educación de quienes fracasan o tienen bajos puntajes, sino como una opción legítima y diferente, social y culturalmente útil, necesaria y valorada. Las universidades que lo deseen también podrían ofrecer estas carreras técnicas.

• Programas de preparación y creación de cupos con equidad son necesarios para reducir el acaparamiento de oportunidades por grupos mejor posicionados en la estructura social, permitiendo así que miembros de poblaciones históricamente excluidas – de zonas rurales, indígenas, afro-descendientes, montubios y de otros sectores populares – puedan ingresar a las instituciones de educación superior.

• El análisis sobre el acceso a la educación superior está profundamente vinculado a la discusión sobre las condiciones necesarias para la permanencia en la universidad. En este sentido, es necesario volver a poner en debate la necesidad de políticas de bienestar universitario que estarían ligadas al acceso a implementos y equipamiento técnico para los estudiantes de menores recursos, mejoras en sistemas de laboratorios y de bibliotecas, transporte, alimentación, residencia universitaria (principalmente para estudiantes de otras provincias), y criterios de acompañamiento y seguimiento a estudiantes que lo requieren, entre otros. Estas políticas, además deben tener en cuenta la diversidad de los y las estudiantes con el fin de promover la permanencia y la culminación de la formación de aquellas poblaciones que más deserción tienen.

• Es urgente rescatar la política de becas y crédito educativo que actualmente se encuentra concentrada en los estratos más ricos de la población. Las condiciones materiales son un factor determinante en la deserción estudiantil, que podría enfrentarse con una equitativa y real política de becas y crédito educativo, porque permitiría al estudiante cubrir rubros de su educación que evidentemente van más allá de la matrícula o colegiatura.

EcuadorUniversitario.Com

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