En la contraportada de este libro se lee:

“¿Es posible construir una democracia estable en medio de la ingobernabilidad por profundas desigualdades sociales, crisis económicas recurrentes, escisión de las élites y masas sometidas a las más diversas formas de exclusión?

La persistencia de una inestabilidad político-institucional impone la necesidad de escudriñar si la democracia es un concepto u objetivo compartidos. Pues la democracia pese a tener distintas acepciones ha dejado de ser algo etéreo y los conceptos que pretenden aprehenderla no son ajenos a las experiencias históricas de su construcción, destrucción o reconstrucción.

Estamos cada vez más convencidos de que la democracia es posible. Que su vivencia y aplicación ya no puede ser diferida hasta cuando dispongamos de condiciones que la hagan posible. Son los actores sociales, los partidos políticos, los gobiernos, las instituciones y los ciudadanos los que tenemos sobre nuestros hombros la tarea de hacer que la democracia tenga vigencia y perdure.”

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