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Descargue aquí el libro QUEJAS DESDE LA LÍNEA IMAGINARIA

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La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina pone a disposición de los usuarios la descarga en acceso abierto del libro QUEJAS DESDE LA LÍNEA IMAGINARIA de Claudia Neira Rodas con prólogo del Catedrático de la Universidad de Sevilla (España), Dr. José Manuel Camacho Delgado.

PRÓLOGO

LA QUEJA COMO POÉTICA DEL DESENCANTO EN LOS RELATOS DE CLAUDIA NEIRA

La queja como figura retórica y como estrategia discursiva forma parte de nuestra tradición literaria, inserta o camuflada en otros recursos de mayor amplitud semántica, como las querelles que nos acompañan desde la Alta Edad Media, tal y como estudió E. R. Curtius en su monumental Literatura Europea y Edad Media Latina.

La queja, mimetizada o convertida en querella, fue crucial en la disputa secular entre antiguos y modernos (querelle des anciens et des modernes), entre tradición y novedad, pero también entre hombres y mujeres, sobre todo por parte de aquellas mujeres extraordinarias que cuestionaron el orden patriarcal (querelle des femmes) en los albores de la edad moderna, como Christine de Pizan, autora de La ciudad de las damas (Le Livre de la Cite des Dames, 1405), uno de los libros más hermosos que se hayan escrito desde la queja y la reivindicación sobre el lugar que le debe corresponder a la mujer en cualquier sociedad digna.

Las quejas, las querellas, los lamentos, las diatribas, las reclamaciones, los apóstrofes y vituperios tan habituales en la literatura a través de los tiempos no son más que recursos y estrategias de la retórica para impugnar el pasado y enfrentar el presente. La queja siempre parte de la inconformidad, de la extrañeza, del desacuerdo, del desequilibrio y del desarraigo con que contemplamos el mundo. Su elaboración literaria permite señalar la arbitrariedad del poder, desactivar los silencios de la injusticia, ponerle contornos a la tiranía, desvelar la anonimia del verdugo, arrojar luz sobre la oscuridad social, nombrar lo innombrable, lo abyecto, lo insalubre, lo malsano, denunciar, en definitiva, todo aquello que debe ser arrancado de las zonas más abisales del ser humano.

En ese sentido, los relatos de Claudia Neira, presentados como “quejas”, constituyen acercamientos  extremadamente originales a lo que podemos considerar como los nuevos pecados capitales de la sociedad contemporánea: la corrupción política, la pedofilia, la homofobia, la violencia familiar, la explotación infantil o el maltrato animal. Temas con una fuerte carga sentimental y emotiva, porque tocan zonas muy sensibles de la condición humana y funcionan para el lector como una descarnada metonimia de todo aquello que necesita ser revisado y recompuesto con la mayor urgencia posible.

Para nuestra desgracia el mundo retratado es real y permanece a la intemperie más allá de los mecanismos propios de la ficción.

Las “quejas” narrativas de Claudia Neira están escritas en un lenguaje limpio y depurado, sin estridencias estilísticas, con una prosa austera y directa que por momentos parece crujir en el estómago del lector. Conoce a la perfección la técnica compositiva para alcanzar el máximo provecho de las formas narrativas breves, apuntando caracteres, perfiles, situaciones, diálogos y motivos que obligan a leer entre líneas, desvelando otras verdades ocultas que deben ser rescatadas con la sagacidad y la intuición del lector, como si la técnica del iceberg, planteada en su día por el escritor norteamericano Ernest Hemingway, tuviera en esta joven narradora ecuatoriana su perfecto corolario.

A pesar de la novedad que suponen estos relatos en forma y fondo y su dolorosa vigencia actual, lo cierto es que su lectura nos proyecta hacia el mundo clásico, quizás porque en el imaginario de la escritora Claudia Neira se han fusionado y metabolizado a la perfección las viejas técnicas de antaño con las nuevas propuestas narrativas de hoy, al punto de que sus relatos son clásicos en su modernidad y son modernos en su pedigrí clásico, lo que trae hasta
la memoria la vieja sentencia de Petrarca: “las abejas no merecerían fama si no convirtieran lo que encontraron en algo mejor y nuevo”.

Es evidente que esta joven escritora ecuatoriana ha llegado para quedarse y tener un lugar propio en la última narrativa panhispánica, ofreciendo al lector un extraordinario ramillete de quejas literarias que prometen una intensa e imparable fecundación.

JOSÉ MANUEL CAMACHO DELGADO
Universidad de Sevilla (España)

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