El componente africano colonial en Tungurahua

«Lo primero que hace Pedro Reino, en este libro, es confirmar la barbarie. La actividad del acucioso paleógrafo e investigador aporta luminosos matices de horror, que empiezan a aclarar las veladuras con el que el tema se manejó en el ámbito de la Villa, ahora convertida en pujante ciudad comercial. Siempre hemos pretendido mirar de lejos, como que la esclavitud no tuvo ninguna relación con Ambato, y por ende no nos salpicó jamás; visión hipócrita, sesgada, interesada, atrofiada que, supuestamente, nos liberaba del estigma.

Pedro desenterró algunos de los cimientos de una ciudad a la que solo se suele mirar desde la perspectiva de su aura intangible de “ Occidental y Cristiana”, y bajo el polvo de los siglos, encontró nuevas piezas para el gran puzzle de la identidad nacional, al dar con el hedor y la podredumbre de la trata infame de esclavos. Descubrió lo que otros no quisieron ver: que ciertas raíces de la prosapia, de la nobleza, y de la hidalguía de los fundadores de la urbe, de los funcionarios del poder, de clérigos y obispos encargados de difundir las enseñanzas de Cristo, se nutrieron de sangre esclava hasta más acá de la mitad del Siglo XIX. Estos datos resultan nuevos, aunque son muy antiguos; fueron rescatados de subversivas escrituras condenadas al olvido, arrinconadas ex profeso y acaso deliberadamente ignoradas, para que no alteraran la paz y el orden reinante en la Ciudad de los Tres Juanes, celosa guardiana de la libertad, la honra, el buen nombre y otros lugares comunes…»

Germán Calvache Alarcón

«Bien puedo decir que este es un capítulo nunca tratado en la etnohistoria de Tungurahua. ¿Tuvimos asentamientos de negros en Ambato? ¿Qué importancia hemos dado a la composición de mulatos en nuestra geografía?. Preguntas pueden aumentare en seguidilla, pero vayamos desovillando paso a paso.

Los datos legados a la población en Patate colonial, cuando el valle tenía cañaverales donde se destilaba aguardiente y se hacía panela, nos pone en conocimiento que se trajeron negros para estas industrias a este sector de Tungurahua. Aquí estaría el componente más fuerte que no sabemos por qué no dejó una amplia huella en la mulatización de la provincia. Otro componente sostenido y que duró mucho más tiempo, prácticamente hasta adentrada la República, es la de la presencia de esclavos negros que casi indefectiblemente tenían las familias acomodadas de la villa y de las haciendas. Por lo general, las amas de casa y de llaves eran negras y mulatas, como veremos en los documentos a los que he podido tener acceso…»

Pedro Reino Garcés

NDD:

Coautores de esta publicación son los estudiantes del Octavo Paralelo de la Carrera de Idiomas 2012 de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de la Universidad Técnica de Ambato.

EcuadorUniversitario.Com

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