Aunque hoy la implicación de este virus que infecta a la mayor parte de la población se considera una condición necesaria para padecer la enfermedad, aún no se sabe por qué solo la desarrolla un pequeño grupo. La clave reside en descubrir cuál es el proceso que la causa.
En 2022 se presentó la implicación del virus de Epstein-Barr (VEB) en la esclerosis múltiple como una novedad. Realmente no lo era: esta relación se daba prácticamente por sentada desde hace cuatro décadas.
La relación del virus de Epstein-Barr con la esclerosis múltiple se daba prácticamente por sentada desde hace cuatro décadas
Un nuevo estudio, publicado en Science Immunology, ha buceado en el órgano preciso del cuerpo donde ocurre la acción, allí donde probablemente se origine la esclerosis múltiple. Las pistas encontradas apuntan a una reactivación del virus como el posible motor de la enfermedad, lo que puede guiar su tratamiento.
Sospechas de un origen infeccioso
Las sospechas de que la esclerosis múltiple podría tener un origen infeccioso son casi tan antiguas como la descripción de la patología en el siglo XIX. A lo largo del XX se reveló su carácter autoinmune, el organismo atacando al propio organismo, y se detalló cómo actúa por la pérdida de la mielina, la envoltura aislante de los nervios.
En 2022 un estudio reforzó la relación al mostrar que la mononucleosis infecciosa multiplicaba por 32 el riesgo de esclerosis múltiple
A comienzos de este siglo ya se atribuía un papel esencial al VEB en la enfermedad. El estudio de 2022, dirigido por investigadores de la facultad de Salud Pública T. H. Chan de Harvard y que tuvo una gran repercusión en los medios, vino a reforzar esta hipótesis con datos de 10 millones de individuos durante 20 años, que mostraban cómo la mononucleosis infecciosa causada por el virus multiplicaba por 32 el riesgo de esclerosis múltiple.
Falta un mecanismo de causalidad
Pero falta por establecer un mecanismo de causalidad directa. “Aunque la infección por el VEB es el factor de riesgo sobresaliente para la esclerosis múltiple, los mecanismos por los que esta infección común conduce a la enfermedad en solo unas pocas personas todavía no se han resuelto”, cuenta a SINC la jefa del grupo de Neurología Autoinmune de la Universidad de Helsinki, Sini Laakso. Tratándose de un virus que infecta a más del 90 % de la población, se ignora por qué y cómo solo causaría la enfermedad en una pequeña proporción.

Los mecanismos por los que esta infección común conduce a la enfermedad en solo unas pocas personas todavía no se han resuelto

El nuevo estudio dirigido por Laakso se centra en el lugar del cuerpo donde parece más probable que comience todo, los ganglios linfáticos cervicales profundos, que forman una cadena a lo largo de la vena yugular interna del cuello. Los ganglios son nódulos distribuidos por el sistema linfático y que actúan como estaciones donde se concentran los linfocitos, células principales de la respuesta inmune. De unos 800 ganglios en el cuerpo humano, 300 se sitúan en el cuello, lo que incluye los cervicales profundos.
El nuevo estudio se centra en el lugar del cuerpo donde parece más probable que comience todo, los ganglios linfáticos cervicales profundos.
Alteraciones en los ganglios
La neuróloga y sus colaboradores han analizado biopsias de ganglios de seis pacientes y tres controles para estudiar sus alteraciones. “Somos los primeros en explorar a nivel de células individuales los ganglios linfáticos cervicales profundos de pacientes con esclerosis múltiple en fase diagnóstica, antes de la terapia inmunitaria”, resume. “Muchos estudios han investigado los linfocitos en la sangre, pero valorar esos resultados es difícil porque la circulación sanguínea es más una carretera para los linfocitos que un lugar de funcionamiento”.
Los resultados sugieren un mecanismo patológico que depende de las células B, probablemente activando a su vez los linfocitos T citotóxicos
“Nuestros resultados sugieren que el VEB altera ciertas células B en la esclerosis múltiple”, dice Laakso, que apunta a un mecanismo patológico que depende de estas células, probablemente al activar a su vez los linfocitos T citotóxicos que se encargan de destruir células infectadas, y que en los ganglios analizados aparecen en abundancia contra el VEB.
Anticuerpos contra la mielina
En cambio, lo que no han encontrado es algo que en 2022 la Universidad de Stanford anunció como “el descubrimiento del modo en que el VEB causa la esclerosis múltiple”. Los científicos de la universidad californiana observaron que ciertos anticuerpos dirigidos contra un antígeno del virus llamado EBNA1, presentes en algunos pacientes, reconocen también una proteína humana llamada GlialCAM que forma parte de la mielina.
En 2022 un estudio observó que ciertos anticuerpos contra un antígeno del virus reconocen también una proteína de la mielina
Pero, según Laakso, estos anticuerpos que su estudio no ha encontrado son “un fenómeno de solo muy pocos linfocitos en los pacientes con esclerosis múltiple”. Otros expertos también cuestionan la relevancia de esos anticuerpos en la enfermedad: “Es dudoso si la reactividad cruzada entre EBNA1 y GlialCAM tiene un papel causal”, apunta a SINC Alberto Ascherio, director del estudio de Harvard de 2022 que reforzó el vínculo entre el virus y la enfermedad.

Es dudoso si la reactividad cruzada entre EBNA1 y GlialCAM tiene un papel causal

Para Kjetil Bjornevik, primer autor de aquel mismo trabajo, el hecho de que los investigadores finlandeses no hayan encontrado estos anticuerpos “no disminuye el valor del estudio”, dice a SINC, ya que en ambos casos se han examinado diferentes aspectos de la patología de la esclerosis múltiple. Bjornevik considera que “el enfoque innovador de analizar los ganglios cervicales y demostrar alteraciones en las células B representa un avance en el campo”.
Reactivación del virus
Es más, y según expone a SINC Francesca Aloisi, neurocientífica del Istituto Superiore di Sanità en Italia que no ha participado en el nuevo estudio, aún no hay evidencias de un papel patológico de ningún anticuerpo de doble reactividad en la esclerosis múltiple. Y en cambio, añade, “crece la evidencia de que la reactivación del VEB podría ser el mecanismo principal por el que este virus lleva a la patología y la progresión de la esclerosis múltiple”.

Crece la evidencia de que la reactivación del VEB podría ser el mecanismo principal por el que este virus lleva a la patología y la progresión de la esclerosis múltiple.

Esta reactivación sí es consistente con los datos de Laakso, tanto por las alteraciones en las células inmunitarias como por la presencia abundante del virus en la saliva y de su ADN en los ganglios. Por ello y para Ascherio, “los resultados apoyan un papel de la activación lítica [destrucción celular] del VEB en la esclerosis múltiple”.
En resumen y según Bjornevik, “esta demostración de conjuntos de células B alteradas y respuestas de células T específicas contra el VEB aporta importantes indicios sobre los mecanismos”. Así, los datos sugieren que la clave no estaría en los anticuerpos autolesivos, sino en la reactivación del virus latente que permanece infectando las células B, y que llevaría a estas a estimular a su vez la función de las células T citotóxicas.
Los científicos destacan el valor de los nuevos indicios de cara al tratamiento de la enfermedad.
Referencia:
Sarkkinen et al., «Altered immune landscape of cervical lymph nodes reveals Epstein-Barr virus signature in multiple sclerosis», Science Immunology (2025)