Así opina el Magíster Jorge Bitar Ramírez, académico colombiano, docente de la Universidad de Pamplona de Cúcuta, durate la charla que ofreció a los estudiantes de la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC), tomando como referente la frontera colombo-venezolana.

Este profesional de la arquitectura ejecuta una investigación con un “semillero” de estudiantes de su universidad que tiene como objetivo conocer la dinámica del desarrollo fronterizo entre la ciudad de Cúcuta (Colombia) y San Cristóbal (Venezuela).

Para el efecto, cuenta Bitar, el grupo académico se refuerza con visitas a la triple frontera de Iguazú (Argentina, Brasil y Paraguay), Ciudad Juárez-El Paso (México, EEUU), y otras zonas que permiten al “semillero” contar con experiencias y datos percibidos in situ para comprender mejor las realidades humanas.

“Luego del cierre de la frontera entre Venezuela y Colombia, estamos tratando de reencontrar a nuestra ciudad que se había perdido en razón de que toda orientación económica estaba dirigida a surtir al mercado venezolano que era un excelente cliente”,enfatiza.

“El cliente se quedó sin dinero”, dice, pero descubrieron que estaban parados en una ciudad llena de potencialidades y riquezas que tenían abandonadas y olvidadas. Ahora la región le apuesta a la agroindustria y desarrollo de potencialidades endógenas de manera que no vuelva a depender de una frontera y los negocios con Venezuela.

“Nosotros queremos tener una frontera con un desarrollo propio que no dependa de Venezuela, y si la frontera se llega a abrir algún día, que sea un canal más, un renglón más de nuestra economía”, reitera.

En este escenario, la Universidad de Pamplona aporta con investigaciones para impulsar la producción de arroz, palma africana, palma de aceite, caña de azúcar, carbón, arcilla y cultivos diversos, en coordinación con las cámaras de comercio y comisión de competitividad para proyectar Cúcuta a 30 años, explotando todas las potencialidades productivas y recursos turísticos.

“Ese fenómeno que ustedes sufren aquí en la provincia del Carchi, nosotros los sufrimos muchas veces. Es la dinámica de la frontera, pero es un error caer en la dependencia de otro territorio. Muchas veces en Venezuela las cosas eran muy económicas, todo el mundo iba a comprar allá, después se volvían muy económicas en Colombia y la gente venía”, recuerda.

Para el docente de la Universidad de Pamplona, también es pertinente la conformación de una red universitaria de estudios fronterizos que genere intercambio de conocimientos y experiencias de las zonas de frontera, pero enfatiza que “estas deben dejar de depender del otro lado”.

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