Así lo manifestó Carlos Larreátegui, rector de la Universidad de Las Américas (UDLA), durante su exposición en el diálogo entre rectores que se llevó a cabo este 6 de octubre de 2016, en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador con la participación de las máximas autoridades de la PUCE, la UTE, ESPE, Central y Salesiana.
El tema del debate fue: “Universidad del Futuro, ¿cuáles son sus retos?
El rector de la UDLA enfatizó que no puede existir un modelo único de universidad en el país ya que las instituciones de educación superior tienen sus características particulares, sus misiones y una demanda educativa específica que atender. Sin embargo, lejos de que estas sean dificultades difíciles de superar son, más bien, retos a superar por la universidad ecuatoriana, manifestó.
Destacó que reformular el modelo con base en la premisa de que las universidades privadas son diferentes a las públicas o cofinanciadas es el primer paso. “El modelo del Ceaaces no respeta la diversidad, ni la misión. Y la esencia de las universidades privadas es su misión”, señaló. Se refirió a los objetivos que persigue cada institución, por ejemplo las que son de índole religiosa o que buscan orientarse al emprendimiento, entre otros aspectos.
Los retos, dijo, también atraviesan el tema de las estructuras de gobierno internas de las instituciones. Anotó que no pueden basarse en un sistema de elección de autoridades por votación universal. “Por eso abogo para que la ley permita a la universidad organizar sus gobiernos de acuerdo a sus estatutos y misión”, puntualizó.
Hizo además un llamado de atención a recuperar la voz crítica que la Universidad ha tenido históricamente. Como nunca antes, “la universidad ecuatoriana ha guardado silencio. Ha mostrado sumisión e incondicionalidad al poder”, precisó Carlos Larreátegui.
En este sentido, enfatizó en la necesidad de recuperar la libertad académica y capacidad de innovación ya que sin esa base no se podrán hacer ningún tipo de proyecciones a futuro.
Por otro lado, manifestó que este modelo no considera la importancia del sistema privado que atiende también la gran demanda del grupo de estudiantes que se queda fuera del estatal o que buscan acceder a otro tipo de formación. Profesionales que necesitan actualizarse en conocimientos o acceder a educación continua y que se encuentran con una insuficiente oferta del Estado, arguyó.
Actualmente, agregó, las instituciones privadas representan el 42% del sistema total universitario en cuanto a matrículas y número de alumnos, lo cual demuestra la importancia de este sector y de la necesidad de una gestión eficiente.
Así mismo, el rector de la UDLA destacó que es necesario enfrentar los retos curriculares, considerando, por ejemplo, el tiempo que toma a un estudiante concluir su proceso académico y la anticipada especialización que se le exige. “A los 18 años los condenan a una carrera. Sin embargo deberían tener un mayor abanico de oportunidades para no equivocarse en la profesión”, precisó.
Detalló además que la educación debe orientarse a los nuevos ambientes en los que deberán desenvolverse los futuros profesionales: trabajo en equipo, innovación, capacidades analíticas y destrezas de comunicación son temas que se deberían aprender en las aulas.
Finalmente, planteó la necesidad de formar una asamblea universitaria que se convierta en una voz crítica y exija ser partícipes en las reformas que se realicen a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES).
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