La UArtes «es una universidad indispensable porque aquí estamos formando a los jóvenes que liderarán esos procesos profundos de transformación cultural», manifestó su rector Ramiro Noriega, al inaugurar el 16 de enero en Guayaquil la Biblioteca de las Artes, ubicada en el rehabilitado edificio patrimonial en el que originalmente funcionó el Banco de Descuento y hace pocos años la Superintendencia de Compañías, en las calles Aguirre y Pichincha.
A la ceremonia asistieron el Ministro de Cultura y Patrimonio, Raúl Pérez Torres; el Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), autoridades locales, invitados especiales, docentes y estudiantes.
La entrega y apertura de la Biblioteca de las Artes a la comunidad y público en general se dio en el contexto de los preparativos y celebraciones del Bicentenario de Independencia de Guayaquil, a cumplirse el 9 de octubre del 2020, con el propósito de que el Puerto Principal se convierta en la capital cultural del Ecuador, de América Latina y toda la costa del Pacífico.
La estudiante Isabel Macías, de la Escuela de Literatura, y la docente Charo Francés, ambas de la UArtes, fueron las primeras en expresarse acerca de lo que representa la Biblioteca de las Artes para la comunidad. Macías detalló su recurso bibliográfico: una colección general de 40 mil libros, el Archivo Histórico de Diario El Telégrafo, con 1.500 tomos impresos desde 1886 hasta la actualidad; un archivo fotográfico con 1.4 millones de imágenes que cuentan la historia del Ecuador en el siglo XX, los fondos de la Presidencia de la República 2007-2017, con 1.394 publicaciones; y Susana Romoleroux con obras de arte, literatura, ensayo, arqueología y antropología
Charo Francés trajo a la memoria a Jorge Luis Borges con el cuento «La biblioteca de Babel» y resaltó con suma emoción el valor de la biblioteca. La posterior lectura de una carta que para la inauguración envió Katya Kohn, hija de Karl Kohn, el arquitecto nacido en Praga que en la década del cincuenta levantó el edificio patrimonial del Banco de Descuento, también generó emociones y marcó la intervención del ministro Raúl Pérez Torres, quien agradeció a la comunidad de la UArtes y al presidente Lenin Moreno, «cuyo gobierno tiene como principal objetivo suscitar y fortalecer las expresiones artísticas, culturales y éticas de nuestro pueblo».
«La Biblioteca es de ustedes», anotó el ministro. Sus palabras dieron paso a las del secretario del Senescyt, Adrián Bonilla, quien mencionó que una universidad, una ciudad y las artes no pueden existir sin una biblioteca. UArtes, añadió, fue construida, diseñada y producida para generar posibilidades de crecimiento humano, articulado y vinculado al conocimiento; un espacio de convocatoria a Guayaquil y al arte.
Intervención del rector
Tras agradecer la asistencia y la labor de quienes estuvieron inmersos en la ejecución del proyecto, Ramiro Noriega citó a Federico García Lorca, quien, en septiembre de 1931, durante la inauguración de la biblioteca de su pueblo dijo que «no solo de pan vive el hombre». Al respecto, el rector de la UArtes acotó: «El libro es tan importante como el pan y tal vez más. El libro para Lorca era cuenta de algo que ahora entendemos como la justicia y, tal vez, la verdad»
Visiblemente emocionado, Noriega resaltó que la Biblioteca de las Artes es la primera del Guayas y del país. Por ello y por ser diverso, Guayaquil es ahora el centro del mundo, dijo. Agregó que la educación en las artes es una experiencia inédita en la medida en que cuestiona ambas partes: la educación y las artes. La UArtes «es una universidad indispensable porque aquí estamos formando a los jóvenes que liderarán esos procesos profundos de transformación cultural», destacó.
“Hace cuatro años llegamos acá para contribuir a dar forma a esta universidad, nos juntamos con artistas de aquí –aquí está Xavier Patiño– que resumen un anhelo histórico de los ecuatorianos y que es, si me permiten prestar las palabras de la rectora de la Universidad de las Artes de Buenos Aires, una conga colectiva», manifestó.
Precisó que “La educación en las artes es una experiencia inédita, en la medida que cuestiona ambas partes: a la educación y a las artes por igual. Las interroga de tal manera, que ese es su signo, que la una y la otra no pueden permanecer incólumes. La educación en las artes se transforma siempre y eso resulta crucial ahora mismo, cuando el sistema educativo que ayudó a forjar la nación resultan insuficientes para tener los desafíos ambientales, económicos y sociales, y cuando por emergencia de las redes sociales y otros factores del diálogo público se vuelve interactivo con el sistema de pensamiento crítico, más ético, más democrático, más lúcido.»
“Esta universidad, concluyó, es importante porque es una universidad singular. Los que estamos aquí sabemos que es necesario crear juntos, hacer posibles las ideas, las ilusiones. Y sabemos que esto solo se puede lograr con personas creativas, capaces de formular mejores y más pertinentes preguntas y también de buscar y ofrecer soluciones nuevas con los desafíos que son los de todos nosotros. Esta universidad es necesaria porque aplica el campo del conocimiento de una manera exponencial, porque empuja las fronteras de lo posible y porque innova y crea, a la vez que genera espacios comunes que tanta falta nos hace.
Es una universidad indispensable porque es una universidad compleja, en la que los atajos no duermen y eso lo sabeos porque la creación artística, la que vale, no es complaciente, es divergente. Es una universidad indispensable porque aquí estamos formando los jóvenes que liderarán esos procesos profundos de transformación cultural. No ver su imperativa necesidad resultaría fatal para el Ecuador del siglo XXI.»
“Quiero agradecer a los medios de comunicación que se han hecho eco de la creación de esta obra, revisando los pormenores de su ejecución. Es fundamental hablar de la cultura y las artes con otros términos o, mejor dicho, en estos términos que presento aquí en su consideración. La inauguración de esta Biblioteca constituye un hito no solo para la Universidad de las Artes, es un hito para el país. La Biblioteca es indispensable, pero no es suficiente nunca.»
La Orquesta Sinfónica de Guayaquil, dirigida por el maestro Dante Santiago Anzolini, cerró la inauguración de la Biblioteca con magistrales piezas, como la obertura «Romeo y Julieta» de Peter Tchaikovsky.
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