Afirma Erika Sylva Charvet, Ministra de Cultura, que tuvo a su cargo implementar la nueva universidad como una respuesta a una deuda histórica.
Anota que este proyecto se enmarca, pues, en varias luchas. Una de ellas es la lucha por la revolución educativa. “La crítica frontal de nuestro gobierno a la educación superior del país y, especialmente, a su práctica transformadora traducida en la visión constitucional de la educación superior, también expresada en la nueva Ley de Educación Superior (LOES) que está vigente desde el 12 de octubre de 2010, en la evaluación de las universidades e institutos técnicos y tecnológicos y en el cierre de las denominadas universidades de garaje”.
Destaca que el proyecto de creación de la Universidad de las Artes se enmarca en la nueva política y los nuevos principios de la educación superior.
“Es una iniciativa estatal única, dado el abandono público e histórico de al educación superior en artes en nuestro país”.
Como ilustración de lo dicho, señala que la oferta de carreras de arte en el Ecuador representó, al 2010, solo el 2,6% de la oferta global de carreras, y que el 70,34 % de esta se concentró en universidades privadas (autofinanciadas y cofinanciadas), lo que evidencia la privatización registrada en la educación superior en artes en el país durante la etapa neoliberal.
Señala, además, la asimetría de la oferta en términos de áreas de formación, que registra una escasa cobertura de buena parte de artes (especialmente musicales y escénicas) que ha condenado a nuestros artistas al autodidactismo, al empirismo y a la escasa competitividad profesional en el medio internacional.
Sociedad del conocimiento y la información
Agrega que en el marco del desarrollo, a nivel mundial, de la sociedad del conocimiento y la información, un estadio social caracterizado por el rol socialmente determinante de la educación y la cultura, como lo afirma Didrikson, se impone dar una respuesta a este abandono histórico, justamente a través de la creación de la Universidad de las Artes.
Desde el punto de vista educativo, enfatiza, este proyecto universitario está concebido como un espacio concentrado, de excelencia, de carácter público, para la formación universitaria rigurosa en artes que garantice el acceso en condiciones de igualdad y mérito a artistas, creadores/as, teóricos/as, gestores/as e investigadores/as culturales.
Se propone un espacio académico en el que se promueva una “mirada informada y crítica” en torno a “las diversas tendencias del arte” (Hemrida, 2012:2): una universidad no solo transmisora, sino productora y difusora de arte y conocimiento.
En el marco del desarrollo del proyecto Universidad de las Artes se está elaborando un diagnóstico de la formación artística en el Ecuador, que incluye una sistematización de la información registrada en la SENESCYT sobre universidades, institutos técnicos y tecnológicos y conservatorios que se dará a conocer próximamente.
De acuerdo a un diagnóstico sobre artes escénicas hecho en el Ministerio de Cultura, el 80 % de artistas escénicos del Ecuador carece de formación académica. En el Ecuaor , apenas hay siete carreras de artes escénicas, de las cuales cinco son ofertadas por universidades privadas.
