Universidad de las Artes se convertirá en una nueva matriz cultural

“Uno de los desafíos fundamentales de este nuevo proyecto universitario es proponer una nueva matriz cultural para pensar y desarrollar las artes en el Ecuador”, afirma la Ministra de Cultura, Erika Sylva Charvet.

Si partimos de la premisa de que al deuda histórica fundamental del Estado, la sociedad y los intelectuales del país con nuestro pueblo diverso es haber prolongado y reproducido en todos los ámbitos de la vida –y, especialmente, en el educativo- la matriz cultural colonia y neocolonial, entonces un nuevo proyecto universitario enmarcado en la sociedad del Buen Vivir tiene que romper necesariamente con esa matriz cultural dominante de larga duración, caracterizada por la afirmación de la supremacía del pensamiento de esos viejos y nuevos colonizadores, sobre los pensamientos de los dominados, históricamente invisibilizados, subestimados y despreciados, expuestos, por lo mismo, a la subalternación cultural, subraya Erika Sylva.

Agrega que esta matriz cultural se ha prolongado en el tiempo porque ha tenido el poder de colonizar –como dice Aníbal Quijano- “el imaginario de los dominados”. Es decir, no es algo externo al sujeto, sino que es una construcción cultural interna, psíquica, que se reproduce permanentemente e inconscientemente.

Nuevo paradigma de la formación

Sylva enfatiza que tener una claridad de ello y no hacer nada para romper, para quebrar definitivamente esta matriz cultural que nos ha castrado, nos ha impedido asumirnos en lo que fuimos y lo que somos históricamente será ser cómplices de esa dominación y engrosar la deuda histórica. Pero no, subraya, nuestro gobierno, justamente, ha empezado a liquidar esa deuda. Por ello planteamos que la Universidad de las Artes, con sede en Guayaquil, debe constituir a la interculturalidad en la nueva matriz cultural, en el nuevo paradigma de la formación de profesionales del arte; la interculturalidad entendida como un diálogo crítico entre las expresiones artísticas de las diversas culturas, que construya las condiciones –que hoy no existen- para un intercambio simbólico entre iguales, sin supremacía alguna y sin que ninguna cultura reclame para sí ningún principio de autoridad.

Estudiantes y docentes tendrán que reeducarse

Según la Ministra de Cultura, esto implica partir de la premisa de que la interculturalidad no existe aún como proceso instalado en las relaciones sociales, en las mentalidades e imaginarios del Ecuador. Es un proceso en ciernes, en emergencia, en el cual este proyecto universitario debe jugar un rol fundamental. Es un proceso que formará bajo nuevos códigos culturales a las nuevas generaciones y en el que estudiantes y docentes tendrán que reeducarse por igual. Implica, por una parte, un profundo proceso de interiorización, de conexión con nuestro pasado, con nuestra antigüedad. Se trata de “reconstruir y volver significativa la memoria social en el campo de las artes”, de “re-constituir la pluralidad de legados que conforman nuestro universo simbólico, pasando del desconocimiento al re-conocimiento de los mismos y abriendo las puertas para lo que podría ser un re-descubrimiento individual y colectivo”, como lo afirma Hermida.

Diálogo intercultural

Este proceso de reconstitución simbólica, sin embargo, continúa la Ministra de Cultura, no implica un enclaustramiento cultural, una negación de los acumulados culturales y científicos de otras latitudes, regionales y continentes. En el contexto histórico actual yd e cara al futuro y de al sociedad del conocimiento inteligente que queremos construir, esto sería un suicidio epistemológico. Por el contrario, se trata de dominar esos acumulados en el marco del diálogo intercultural descolonizador que garantice su apropiación sin la amenaza de la asimilación, la alienación o el despojo cultural por parte de ellos. La Universidad de las Artes, entonces deberá “propiciar… que las prácticas artísticas estén en dialogo no tanto consigo mismas sino con otras prácticas y contextos culturales…, diálogos tendientes a intercambiar saberes, restituir derechos, promover nuevas simbologías…, diálogos y disputas entre el arte, las culturas populares, las masivas, las ancestrales, entre otras”. Es decir, se trata de inscribir a las artes “en el contexto problemático de su relación con otras culturas, modos de significación, realidades y formas de producción y circulación” (Rodríguez, 2012:4).

Este proceso implica también que este proyecto universitario deba dirigir su mirada hacia las culturas del sur del mundo y promover el dialogo intercultural Sur-Sur, no solo con los países de Nuestra América, sino con todos los continentes del sur.

“El que este proceso cultural nacional y regional se genere desde Guayaquil tendrá, sin duda, una importancia histórica fundamental, y estoy segura de que contribuirá a romper el regionalismo oligárquico que tanto daño hizo al país y a la construcción de su identidad”, Erika Sylva, Ministra de Cultura.

2012 EcuadorUniversitario.Com

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