UTE investiga el mal de altura (soroche)

Popularmente conocida como ‘soroche’, la enfermedad de altura aguda es un grupo de síndromes cerebrales y pulmonares que pueden ocurrir durante los cambios bruscos de altitud. Y aunque es más frecuente por encima de los 2.500 metros, también se puede observar a alturas inferiores. Es por ello que investigadores de Cochrane Ecuador y el Centro de Investigación en Salud Pública y Epidemiología (Cispec) de la UTE han realizado una nueva revisión sistemática sobre la efectividad de los tratamientos disponibles y las investigaciones que existen sobre el tema.

“Hay pocas personas que se han enfocado en estudiar estas patologías y es importante el estudio del mal de altura ya que en nuestro país, estos cambios bruscos de elevación son muy comunes tanto para  ecuatorianos como turistas”, explica Daniel Simancas, Director de Investigación de la UTE y coautor del trabajo.

La enfermedad incluye un espectro amplio de síndromes definidos bajo los términos mal de montaña agudo (MMA) relacionado a los síntomas del ‘soroche’, que son dolores de cabeza (cefalea), mareos, pérdida de fuerza, vómitos y malestar general. Aunque también se pueden presentar casos más graves como edemas (acumulación de líquido) cerebral o pulmonar, que incluso pueden llevar a la muerte.

“Tomando en cuenta la gravedad de estos síntomas, el objetivo de la revisión es evaluar la efectividad clínica y la seguridad de las intervenciones no farmacológicas y farmacológicas para su tratamiento”, comenta Ricardo Hidalgo Ottolenghi, Rector de la UTE y autor responsable del estudio.

Junto a Ingrid Arévalo‐Rodríguez, Dimelza Osorio, Juan Franco, y Yihan Xu, los médicos y expertos seleccionaron 13 estudios con un total de 468 participantes, que incluyeron pacientes con mal de montaña y edema pulmonar agudo. El siguiente paso fue dividir los estudios en aquellos que analizaban intervenciones farmacológicas y no farmacológicas.

De los tres ensayos clínicos que utilizaron intervenciones no farmacológicas ninguno informó sobre la mortalidad ni el alivio completo de los síntomas. Los tratamientos incluidos fueron el descenso simulado con una cámara hiperbárica y oxígeno complementario.

La investigación  señala que si bien no deja de ser “lógico” que un descenso rápido real del paciente con esta sintomatología podría ser beneficioso, nada de esto está respaldado por evidencia científica e incluso podría ser más perjudicial.

Otra de las estrategias comunes para tratar el mal de altura, realizado por montañistas, es consumir dulces o alimentos. “No hay evidencia de que consumir alimentos reduzca los síntomas pero fisiopatológicamente, el consumo de azúcares no tienen sentido para administrarlos”, señala Simancas.

Por otro lado, las intervenciones farmacológicas demostraron una mayor proporción de alivio completo, especialmente con la dexametasona y acetazolamida en comparación con un placebo. Aunque de igual forma, ninguno de los ensayos evidenció información sobre la mortalidad.

“Hay una gran incertidumbre con respecto a los efectos beneficiosos y perjudiciales de estos tratamientos. La evidencia disponible es limitada y por ende se requieren más y mejores estudios”, menciona la primera autoridad de la UTE.

La Universidad UTE lidera esta línea de investigación en el país.y en el 2019 espera realizar dos nuevas revisiones sistemáticas sobre prevención del mal de altura y una propuesta para realizar un experimento aleatorizado y controlado con el apoyo de investigadores italianos.

El trabajo completo  realizado por la UTE está disponible  AQUÍ.

EcuadorUniversitario.Com