La Escuela Agrícola Panamericana El zamorano, con sede en Tegucigalpa-Honduras, señala que el agua es un elemento promotor del desarrollo y como tal debe ser priorizado en las agendas de todos los sectores de la sociedad. Es urgente, destaca, desarrollar una agricultura resiliente ante los retos que plantea el clima para obtener una producción sustentable e incrementar la seguridad alimentaria de la región.
La Resiliencia es la capacidad de un sistema social o ecológico de absorber una alteración sin perder su estructura básica o sus modos de funcionamiento, su capacidad de auto organización, su capacidad de adaptación al estrés y al cambio climático.
El ZAMORANO, con un compromiso social y ambiental, comparte sus conocimientos con familias productoras vecinas para promover prácticas agrícolas de adaptación frente a la variabilidad y el cambio climático.
Su Departamento de Ambiente y Desarrollo ejecuta proyectos con el apoyo de diferentes donantes, entre ellos la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Cooperación Suiza (COSUDE) y la Asociación Mundial para el Agua (GWP-CA), a través de su programa Agua y Clima.
Por medio de estas iniciativas implementadas en comunidades vecinas El ZAMORANO, la Escuela Agrícola Panamericana valida prácticas y tecnologías para adaptarlas al contexto local y generamos espacios demostrativos.
Estas iniciativas benefician a familias productoras de la aldea La Ciénega y de comunidades en la microcuenca Santa Inés, perteneciente a Francisco Morazán y El Paraíso.
Las familias socias han logrado integrar los eslabones en la cadena productiva, desde la producción hasta la comercialización, lo que incrementa sus ingresos económicos. Su personal técnico y los estudiantes participan activamente y estas experiencias permiten desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje tanto para los estudiantes como para las familias productoras.
“El proyecto ha generado muchos conocimientos y experiencias. Estamos dispuestos a esforzarnos y sembrar y cosechar en nuestras nuevas huertas familiares”, comenta Griselda Rodríguez, productora en la comunidad Los Lirios, San Antonio de Oriente.
De esta manera, ZAMORANO enlaza la conservación y el manejo del agua con la necesidad de luchar contra la pobreza en América Latina y promover una mayor equidad. Actividades de investigación y de formación se combinan y se traducen en soluciones para enfrentar el reto de producir con menos agua y de forma más amigable con el ambiente.
Las actividades realizadas en las comunidades promueven:
• Adaptación a escenarios de variabilidad y cambio climático.
• Producción biointensiva (producir más en menos espacio y utilizando menos insumos).
• Protección y manejo de cuencas.
• Prácticas de adaptación agrícola sostenible.
• Diversificación productiva.
• Cosecha de agua lluvia.