El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM) 2016 es magistral e inquietante a la vez. Es un informe voluminoso, exhaustivo, profundo y penetrante, aunque también perturbador. En él se afirma que la educación es un aspecto esencial del desarrollo sostenible y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), demostrando claramente lo mucho que distamos de alcanzarlos. Este informe debería hacer sonar la alarma en todo el mundo y conducir a una intensificación histórica de las medidas encaminadas a lograr el ODS 4.
El informe está disponible, sin costo alguno, en: http://unesdoc.unesco.org/images/0024/002485/248526S.pdf
JeQ Rey D. Sachs, Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible precisa que en el Informe GEM se demuestra con autoridad que la educación es el elemento más indispensable de todas las dimensiones del desarrollo sostenible. La mejora de la educación da lugar a una mayor prosperidad, a una agricultura más productiva, a mejores resultados sanitarios, a una disminución de la violencia, a una mayor igualdad de género, al aumento del capital social y a un entorno natural más sano.
Subraya que la educación es fundamental para ayudar a la gente de todo el mundo a entender por qué el desarrollo sostenible es un concepto tan vital para nuestro futuro común. La educación nos brinda los instrumentos –económicos, sociales, tecnológicos e incluso éticos– esenciales para asumir los ODS y realizarlos. Estos hechos se enuncian y exponen con un lujo de detalles admirable y excepcional a lo largo del informe, que nos proporciona una gran cantidad de información en sus cuadros, gráficos y textos.
El mensaje que transmite este informe -dice- es que tenemos que actuar de consuno para acelerar los logros en el plano educativo a un ritmo sin precedentes.
En el Informe GEM 2016 se presenta un gran número de ideas, recomendaciones y normas para avanzar, y se formulan sugerencias muy valiosas sobre la manera de seguir y medir los progresos logrados en la consecución del ODS 4. Se demuestra, por ejemplo, que se puede contar con instrumentos de medición mucho más afinados de los recursos, la calidad y los resultados de la educación que los instrumentos a menudo rudimentarios, como la tasa de matrícula o de finalización de la enseñanza, que se utilizan actualmente. Utilizando datos masivos, instrumentos de encuesta más eficaces, medios de seguimiento de las instalaciones y tecnologías de la información, podemos obtener mediciones mucho más matizadas del proceso y los resultados de la educación a todos los niveles.
Este documento convincente, precisa, nos insta a responder a la oportunidad y la urgencia del objetivo mundial proclamado en el ODS 4: una educación universal de buena calidad para todos y oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Aliento, cocluye, a las personas de todo el mundo a estudiar minuciosamente este informe y a tomarse en serio los mensajes esenciales que contiene. Lo más importante es que actuemos juntos a todos los niveles, desde la comunidad local hasta la comunidad mundial.
Mensaje de Irina Bokova, Directora General de la UNESCO
En mayo de 2015, el Foro Mundial sobre la Educación celebrado en Incheon (República de Corea), congregó a 1.600 participantes de 160 países con una sola finalidad en mente: cómo asegurar para 2030 una educación de calidad, equitativa e inclusiva y un aprendizaje durante toda la vida para todos.
La Declaración de Incheon para la Educación 2030 ha sido decisiva para formular el objetivo de desarrollo sostenible relativo a la educación y consistente en “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. En ella se encomienda a la UNESCO el liderazgo, la coordinación y el seguimiento de la agenda Educación 2030. También se insta a que el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM) aporte un seguimiento y una información independientes acerca del objetivo de desarrollo sostenible relativo a la educación (el ODS 4) y sobre la educación en los demás ODS, para los próximos quince años.
El objetivo final de esta agenda es no dejar a nadie rezagado. Para ello se necesitan datos sólidos y un seguimiento riguroso. La edición de 2016 del Informe GEM proporciona a los gobiernos y a las personas encargadas de formular políticas una perspectiva valiosa para efectuar el seguimiento del progreso hacia la consecución del ODS 4 y acelerarlo, basándose en los indicadores y las metas que tenemos y midiendo el éxito general por el grado de equidad y de inclusión alcanzado.
El presente Informe deja meridianamente claros tres mensajes.
En primer lugar, hay una necesidad apremiante de nuevos enfoques. De proseguir la tendencia actual, solo el 70% de los niños de los países de bajos ingresos terminarán de cursar la enseñanza primaria en 2030, objetivo que se debería haber alcanzado en 2015. Nos hacen falta la voluntad política, las políticas, la innovación y los recursos para invertir esa tendencia.
En segundo lugar, si nos tomamos realmente en serio el ODS 4, tenemos que actuar con suma urgencia y comprometiéndonos a largo plazo. De no hacerlo así ello no solo repercutirá negativamente en la educación, sino que además entorpecerá el avance hacia todos y cada uno de los objetivos de desarrollo: la reducción de la pobreza, la erradicación del hambre, la mejora de la salud, la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, la producción y el consumo sostenibles, unas ciudades resilientes y unas sociedades más iguales e inclusivas.
Por último, debemos cambiar fundamentalmente la manera en que concebimos la educación y su función en el bienestar humano y el desarrollo mundial. Ahora más que nunca, la educación tiene la responsabilidad de fomentar el tipo adecuado de competencias, actitudes y comportamientos que llevarán al crecimiento sostenible e inclusivo.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible nos exhorta a concebir respuestas integrales e integradas a los muchos desafíos sociales, económicos y ambientales que afrontamos. Esto significa ir más allá de nuestros límites tradicionales y crear asociaciones y alianzas intersectoriales eficaces.
Un futuro sostenible para todos traerá consigo dignidad humana, inclusión social y protección del medio ambiente. Un futuro en el que el crecimiento económico no agrave las desigualdades, sino que cree prosperidad para todos; en el que las zonas urbanas y los mercados de trabajo se conciban de manera que empoderen a todos y en el que las actividades económicas, tanto las de las comunidades como las de las empresas, tengan una orientación ecológica. El desarrollo sostenible es la creencia de que no puede darse desarrollo humano sin un planeta sano. Emprender la nueva agenda de los ODS nos impone a todos reflexionar acerca de la finalidad última del aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Porque no hay nada que se acerque al poder que tiene la educación, si se realiza correctamente, de criar ciudadanos empoderados, reflexivos, comprometidos y competentes, capaces de trazar el camino a seguir hacia un planeta más seguro, más ecológico y más justo para todos. Este nuevo informe aporta elementos de prueba pertinentes para enriquecer los debates y elaborar las políticas que se necesitan para que semejante futuro se convierta en realidad para todos.
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