La edición 2019 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) fue presentado en Quito

La edición 2019 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), publicado por la UNESCO y titulado Migración, desplazamiento y educación: construir puentes, no muros,  fue presentado en Quito este martes 18 de diciembre en las instalaciones de la Universidad Técnica Particular de Loja.

El evento organizado por la Oficina de la UNESCO en  Quito y Representación para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, junto  al Ministerio de Educación, la Senescyt  y la UTPL  con sus Cátedras  UNESCO, se llevó a cabo en el marco del Día Internacional del Migrante.

GEM Report es un informe anual de la Unesco que realiza un seguimiento  de las metas relativas a la educación , en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.El resumen de dicho informe lo presentó Saadia Sánchez Vegas, Directora UNESCO Quito y Representante para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela.También intervino Anna Vohlonen, Oficial de Educación y Primera Infancia Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia -UNICEF-  en Ecuador.

En el Informe, lanzado al mundo el pasado 21 de noviembre, y presentado hoy  en Ecuador y en otros países de la región, se destacan los logros y deficiencias de los países a la hora de garantizar el derecho de los niños migrantes y refugiados a beneficiarse de una educación de calidad, un derecho que sirve a los intereses tanto de los alumnos como de las comunidades en las que viven.

La edición 2019 del informe de seguimiento de la educación  en el mundo examina la incidencia de la migración  y los desplazamientos en la educación considerando  todos los movimientos de población: dentro y fuera de las fronteras, voluntarios y forzados, con fines de empleo   y de educación. Examina asimismo los progresos realizados con miras a la consecución  del objetivo de la educación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

En vista  de la creciente diversidad, el informe analiza cómo la educación puede construir sociedades incluyentes y ayudar a las personas a  ir  más allá de la mera tolerancia y aprender a vivir juntos. Al proporcionar educación , se construyen puentes; si dicho suministro es desigual, levanta barreras entre los migrantes y refugiados y las comunidades que las acogen.

El Informe revela en qué lugares de América Latina y el Caribe se ve cuestionado este derecho. Así, cada vez hay más menores no acompañados en los centros de detención, donde por lo general no cuentan con acceso a educación. Cerca de 50.000 niños de El Salvador, Guatemala, Honduras y México fueron detenidos cada año en promedio en la frontera de los Estados Unidos entre 2013 y 2017. En los Estados Unidos, los profesionales de la salud mental y la pediatría que visitan centros de detención familiares indicaron que los servicios de educación no eran adecuados. En México, 35.000 menores, más de la mitad no acompañados, han permanecido en centros de detención sin educación organizada, excepto por actividades ad hoc con un componente educativo limitado, tales como talleres de artesanía o debates de carácter religioso.

En la República Dominicana, los haitianos sin Estado no disfrutan plenamente del derecho a la educación. Los índices de asistencia a la educación primaria fueron de un 52% para los niños nacidos en Haití, un 79% para aquellos nacidos en República Dominicana de padres inmigrantes y un 82% para aquellos nacidos en otros países. Además, aun cuando logran matricularse, les es difícil avanzar a través del sistema. Los inmigrantes haitianos necesitan acreditar su nacionalidad para registrarse en la base de datos nacional y rendir exámenes nacionales para obtener la admisión en la educación secundaria. Y si logran superar esas barreras, los colegios les piden a los alumnos de 18 años o mayores una copia de su carné de identificación nacional, lo que en la práctica a menudo se traduce en que no se pueden graduar. Conscientes de que posiblemente no consigan un diploma, muchos niños abandonan la educación.

Sin embargo, en la región hay también numerosos buenos ejemplos de inclusión en la educación de migrantes y personas desplazadas a la fuerza.

Aquellos que emigran alcanzan mayor educación que aquellos que se quedan atrás. El Informe recién publicado calcula también el alcance del éxodo intelectual, y demuestra que 1 de cada 12 de los profesionales mejor calificados de América Latina y más de 1 de cada 2 en el Caribe están emigrando a otros países: Guyana perdió a un 78% de sus trabajadores calificados debido a la emigración, mientras que Granada perdió un 71%.

A su vez, algunos países promueven la inmigración de personas calificadas. Brasil cuenta con un programa, Ciência sem Fronteiras (Ciencia sin fronteras), que ha financiado a miles de alumnos de educación superior para estudiar en más de 40 países, enfocándose en disciplinas cruciales para el crecimiento de Brasil.

Los países del Caribe también han experimentado una alta emigración de docentes en las últimas décadas, en parte debido a los esfuerzos de contratación hechos desde Inglaterra y los Estados Unidos. En algunos pequeños Estados insulares, la migración, incluso de un número pequeño de profesores, puede desencadenar carencias importantes. Así, los profesores de matemáticas, física, ciencia e informática son difíciles de reemplazar y los que más tienden a partir al extranjero.

Al igual que en muchos otros lugares del mundo, los inmigrantes que llegan a países latinoamericanos como Brasil, Panamá y Uruguay, tienden a alcanzar un grado de educación mayor al de quienes los reciben.

Manos Antoninis, Director del Informe GEM, indica: “A pesar del discurso político habitual, son los más educados quienes más suelen migrar, ya sea en busca de mayores retornos de su educación o porque están mejor capacitados para responder a las oportunidades en otras partes.”

Recomendaciones  

Este informe exhorta a los  gobiernos a abordar las necesidades educativas de las poblaciones migrantes y desplazadas, y las  de sus hijos, con la misma atención que prestan a las poblaciones de acogida.

  1. Proteger el derecho a la educación de los migrantes y las personas desplazadas
  2. Integrar a los migrantes y a las personas desplazadas en los sistemas nacionales de educación
  3. Comprender y planificar para cumplir con las necesidades educacionales de los migrantes y las personas desplazadas
  4. Representar historias de migración y desplazamiento en la educación de forma realista para desafiar los prejuicios
  5. Preparar a profesores de migrantes y refugiados para abordar la diversidad y la adversidad
  6. Sacar partido al potencial de los migrantes y las personas desplazadas
  7. Atender las necesidades educativas de los migrantes y las personas desplazadas en el marco de la ayuda humanitaria y  para el  desarrollo.

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