UNESCO.- Tres jóvenes, tres regiones y una misión: Manuela Donato, Pablo Torres Aguilera y Samuel Kissi participaron recientemente en la Consulta técnica internacional sobre la ampliación de la educación relativa a la sexualidad, que tuvo lugar en la Sede de la UNESCO, del 13 al 15 de marzo de 2012.
Manuela asistió en representación de la Coalición Mundial de Jóvenes contra el SIDA (GYCA), Pablo, que es un joven que vive con el VIH, representó a la ONG Dance for Life, con sede en los Países Bajos, y Samuel representó a la Red de jóvenes y adolescentes africanos sobre población y desarrollo (AFRIYAN). Los tres defendieron la aplicación de una educación de amplio espectro relativa a la sexualidad, y los derechos y la salud en materia de reproducción para los jóvenes.
Manuela
En mi opinión, el tema principal es la creación de un contexto donde uno pueda tomar decisiones sin sentirse presionado. La escuela es el primer canal para obtener información y compartir experiencias, de modo que los gobiernos deberían ampliar el tiempo que se dedica a la educación sexual.
En América Latina y el Caribe nos consideramos bastante avanzados y progresistas. Tenemos lineamientos, declaraciones y políticas adecuadas (en Brasil, por ejemplo). Pero cuando llega el momento de aplicar todo eso, es un problema para los gobiernos dar prioridad a la educación relativa a la sexualidad. Por ejemplo, los docentes deberían tener mejor formación para hacerlo. Pero casi nunca es una prioridad. El problema se plantea en los gobiernos locales, las escuelas y la comunidad, de hecho, en todos los niveles. ¿Qué podría hacer la UNESCO para ayudar en este campo? Podría proporcionar buenos lineamientos y ejemplos, bases de datos y material de investigación, y apoyar a las comunidades y los gobiernos.
Pablo
Para mí la cuestión fundamental es la integración de los principales grupos de población en la educación relativa a la sexualidad. Por ejemplo, a los más afectados por el VIH, ¿cómo se les aborda en el contexto escolar? ¿Qué pasa con los estudiantes del colectivo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), con los que consumen drogas y con los trabajadores y trabajadoras del sexo? Cuando me enteré de que era seropositivo, no había recibido ninguna lección sobre educación sexual. El contexto escolar donde estudiaba era muy homófobo; mis maestros de primaria me injuriaban.
Prefiero usar el término “dotar de autonomía” en vez de decir “educar”. El programa de educación sexual que aplicamos en Dance for Life tiene cuatro fases que transmitimos por medio del baile y la música, a fin de captar la atención de la gente y hacerles llegar nuestro mensaje. Creo que la UNESCO puede seleccionar a grupos de población que no van a la escuela y educarlos en contextos formales y no formales.
Samuel
A mí me interesa la tarea de integrar la salud en la educación y saber cómo podrían los jóvenes acceder a los servicios, una vez que han adquirido los conocimientos, lo mismo si los han obtenido en la escuela que fuera de ésta. Queremos llegar a todos. Cuando en la escuela existen limitaciones jurídicas o de política, pues llegamos a ellos fuera de la escuela.
Mi organización, AFRIYAN, es una red regional de redes nacionales que abarca a 36 países. Nuestro mandato es el programa de acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994).
En Ghana colaboro con una organización denominada Curious Minds. Usamos la radio y otros medios de comunicación para educar e informar a los jóvenes acerca de sus derechos. En las barriadas más desfavorecidas les proporcionamos capacitación a alumnos de entre 10 y 16 años en materia de radiodifusión, derechos de los niños, educación sexual, etc., de manera que puedan luego transmitir esos conocimientos a sus compañeros. El mensaje del programa era “permanece en la escuela”. Se aplicó durante dos años. Los jóvenes que participaban en el programa solían estudiar durante más tiempo y adoptaban conductas más responsables, por ejemplo, usaban preservativos y evitaban los embarazos precoces. Algunos prosiguieron los estudios hasta la enseñanza secundaria e incluso la universidad. Nuestra actividad los llevó a ser más exigente consigo mismos.
Foto: J.O’Sullivan
Fuente: UNESCO