Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador emprendieron un proyecto de investigación que les permitió descubrir dos nuevas especies de anfibios en el país. Esta investigación forma parte del Proyecto ‘Arca de Noé‘.

El Parque Nacional Llanganates, área protegida que se encuentra situada entre las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Pastaza y Napo, se caracteriza por su múltiple biodiversidad de plantas y animales. Este es el hábitat de dos especies de ranas que fueron descubiertas por estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

El hallazgo se da dentro del programa de investigación “Arca de Noé”, que empezó en el año 2008 y es financiado por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. El programa ha permitido la generación de 73 publicaciones científicas, convirtiéndose en uno de los programas de investigación más productivos del país.

Las nuevas especies de ranas fueron descubiertas en una de las regiones más inexploradas del Parque y se les nombró: Cutín de los Llanganates (Pristimantis Llanganatis) y Cutín de Yánez (Pristimantis Yanezi). Esta última, en honor al Director del Museo ecuatoriano de Ciencias Naturales, Mario Yánez, por su contribución al estudio de los anfibios del Ecuador.

María José Navarrete, tesista de la carrera de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), fue quien estuvo a cargo de la investigación y manifestó que estos anfibios son distintos a muchas especies que se han encontrado en el país, pues tienen una apariencia única, su piel aparenta estar cubierta de espinos que le servirían como camuflaje para pasar desapercibido ante sus depredadores.

“Las ranas son del género Pristimantis y se caracterizan por tener un desarrollo directo, no tienen un estado larval, ni atraviesan por un proceso de metamorfosis, sino que salen directamente del huevo. Este género tienen una morfología muy peculiar”, manifestó Navarrete.

El proceso de descubrimiento de nuevas especies se divide en varias etapas. El primero es ir al campo, para eso se organizan varios equipos que se encargan de recolectar las especies, posteriormente, se realiza en los anfibios un análisis genético y morfológico que permite determinar si se trata de una nueva especie.

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