La distribución centralizada de las dosis contra la covid-19 violó varios principios deontológicos, según un estudio liderado por españoles. La investigación cuenta con técnicas matemáticas y de las ciencias sociales para armar un protocolo que asegure una asignación igualitaria y proporcional frente a pandemias.
Un equipo de investigación internacional liderado por españoles ha cuestionado, en un artículo publicado en Frontiers in Public Health, el reparto de las vacunas contra la covid-19 entre los diferentes países y proponen un algoritmo para satisfacer las propiedades que los especialistas en ética médica consideran fundamentales. En el estudio han participado Carlos Alós-Ferrer del Centro de Neuroeconomía de la Universidad de Zúrich (Suiza), Jaume García-Segarra y Miguel Ginés, economistas de la Universidad Jaume I de Castellón.
“Los procedimientos de racionamiento de las vacunas violaron principios éticos fundamentales”, resaltan los expertos. En el artículo, explican que no se tuvieron en cuenta estos criterios en la asignación de vacunas, ni se requirió el asesoramiento científico de especialistas en matemáticas y economía, más habituados al reparto de recursos escasos.
El reparto de vacunas no tuvo en cuenta los principios éticos de racionamiento ni contó con asesoría especializada
Prioridad e igualdad
El primer grupo de preferencia debe estar totalmente inmunizado antes de pasar al siguiente
Protocolo de racionamiento de las dosis. / UJI
En segundo lugar, todas las personas dentro de un determinado grupo de prioridad tienen que ser tratadas por igual. Este principio se llama igualdad entre iguales y busca que las personas con la misma prioridad tengan las mismas posibilidades de recibir la vacuna, independientemente de factores irrelevantes como, por ejemplo, en qué país o estado dentro de la alianza puedan residir.
Los lotes se repartieron en proporción a la población, no a cada grupo de prioridad, que varía según el país
Cómo asignar vacunas frente a una pandemia
El problema se puede resolver utilizando técnicas de las ciencias sociales matemáticas. El equipo investigador ha demostrado matemáticamente que hay una y solo una manera de asignar vacunas para asegurar que los grupos de prioridad se respeten y las personas dentro de cada grupo sean tratadas por igual. El procedimiento, llamado Protocolo de Prioridad-Igualdad, es un poco más complejo que el aplicado por la covid-19.
Se calcula el tamaño de los grupos de cada país y se asigna el stock para los primeros grupos de prioridad de forma equilibrada en todos los territorios
Este protocolo tiene otras muchas propiedades adicionales interesantes que se explican en el anexo del artículo publicado. Por ejemplo, no es manipulable ante separaciones o uniones entre territorios y no importa la secuencia en la que reúnen las nuevas dosis.
Los investigadores aseguran que “las matemáticas demuestran que no existe otro método que respete los dos principios éticos de los que hemos hablado y que cualquier otro protocolo violaría al menos uno de estos principios”.
El Protocolo de Prioridad-Igualdad es válido para cualquier tipo de reparto centralizado que tenga que respetar grupos de prioridad, por ejemplo, el reparto de píldoras de yodo ante una amenaza nuclear, y animan a las autoridades pertinentes a aprobarlo y ponerlo en práctica.
Referencia:
Alós-Ferrer, C. Ethical allocation of scarce vaccine doses: The Priority-Equality protocol. Frontiers in Public Health (2022)