Quito, capital del Ecuador fue la primera ciudad en el mundo en ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, el 8 de septiembre de 1978, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Mérito evidente de Quito es su privilegiada ubicación geográfica. Situada en las faldas del volcán Pichincha, que domina al poniente, se halla rodeado: al norte por el antiguo Hanacauri, al levante por la colina de Ichimbía-Tola y al sur el Yavirac o Panecillo. Dentro de este estrecho cerco, la ciudad anida en un minúsculo valle y sus barrios trepan por las tortuosas faldas del Pichincha o se hunden en sus numerosas quebradas.
Los 2.800 metros de altura en que se halla asentada la ciudad, determina la bondad de su clima, su cielo azul y su aire trasparente y puro, han merecido ser tomados en cuenta como un factor más para la declaratoria de Quito Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Quito está rodeada por colinas volcánicas y protegidas por hondonadas y dobleces. Los colonizadores españoles en 1534, estuvieron influenciados por sus predecesores andinos, adaptado su creatividad a nuevas construcciones de piedra, adobe y ladrillo.
Quito es la capital del arte Español-Americano, reflejado en sus construcciones religiosas y civiles, visualizando armonía entre lo humano y las fuerzas naturales. Su Centro Histórico es el más coherente y el mejor conservado de las capitales Hispanoamericanas.
Quito mantiene muchos aspectos de su pasado colonial, posee el Centro Histórico más grande, menos alterado y el mejor preservado de América, en donde coexisten iglesias, capillas, monasterios, conventos coloniales, plazas, museos y edificaciones republicanas, que maravillan a los visitantes por su legado artístico y arquitectónico, convirtiendo a esta ciudad en un “valor universal”, que ahora es su principal carta de presentación para el turismo.
La ciudad de Quito forma un conjunto armónico sui géneris, en que la acción del hombre se ha amalgamado con la de la naturaleza, creando una obra única y trascendental en su género. Razón por la que el contexto de la ciudad se halla conformado por los medios ecológico y urbano, que se han acoplado admirablemente; y, por el artístico, donde la arquitectura, la escultura y la pintura han adquirido características propias de tal magnitud que han permitido que la “Escuela Quiteña” represente uno de los mayores aportes de Hispanoamérica al Arte Universal, como resultado de la fusión de la cultura aborigen con la europea.
Por las consideraciones que anteceden y a solicitud del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, el Comité Intergubernamental del Patrimonio Mundial, Organismo de la UNESCO, en su segunda sesión celebrada en Washington el 8 de septiembre de 1978, declara a la Ciudad de Quito “PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD”.
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