“Si el trabajo académico no ‘aterriza’ en la sociedad, no tiene sentido”

Para la rectora de la Universidad Tecnológica de León (México) Sofía Ayala, “si el trabajo académico no ‘aterriza’ en la sociedad, no tiene sentido”. “Nuestro modelo educativo, por ejemplo, nace de la vinculación con el sector productivo. Para nosotros, los resultados, los impactos… que alcanzamos son la base de nuestro quehacer. Cuidamos nuestras relaciones tanto con el gobierno cuanto con las empresas porque nos interesa coadyuvar al desarrollo de nuestro país”, precisó.

Estas precisiones las realizó en el marco del XI Congreso Internacional de la Calidad y II de Calidad Integrada, que se llevó
a cabo en la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, los días jueves 12, viernes 13 y sábado 14 de octubre de 2017. El tema del evento fue “Ampliando nuestra influencia en las organizaciones y en el mundo”.

El XI Congreso Internacional de la Calidad y II de Calidad Integrada convocó a entidades estatales ecuatorianas como el Ministerio de Comercio Exterior, el Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN), el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el Consorcio de Gobiernos Autónomos Provinciales del Ecuador (Congope) También, a empresas como Ferromédica Cia. Ltda., Upcontrol S.A. industrias Catedral, laboratorios Prims… Muchas de ellas, consideradas casos de éxito.

Más de 100 personas, entre estudiantes de posgrado, docentes, empresarios, representantes de diversas organizaciones públicas y privadas asistieron al XI Congreso Internacional de la Calidad y II de Calidad Integrada que tuvo como objetivo “influir desde la reflexión académica, sobre la trascendencia de la calidad integrada en las personas y en las organizaciones”.

PRIMERO SEAN BUENOS SERES HUMANOS

“Destáquense como técnicos, pero, primero sean buenos seres humanos”, exhortó el rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, Jaime Breilh, a los asistentes al XI Congreso Internacional de la Calidad y II de Calidad Integrada.

Breilh, un científico reconocido a escala internacional por sus investigaciones en el campo de la salud, invitó a los participantes a pensar en la calidad más allá del producto terminado. “No se puede hablar de un producto de calidad si en su procesamiento se han vulnerado los derechos humanos y laborales de quienes han intervenido en su fabricación o si se ha irrespetado a la naturaleza”, expresó.

Una producción de calidad debe ser “sustentable, solidaria, segura y soberana”, dijo Breilh a un atento auditorio al que previno: “ustedes tienen en sus manos no solo un problema técnico sino un desafío ético”.

Con este criterio coincide Marcia Almeida, coordinadora académica de la maestría en Gerencia de la Calidad e Innovación y de la especialización superior en Generación Integrada de la Calidad de la Universidad Andina. Para ella, “la gestión de la calidad implica una enorme responsabilidad con la sociedad, porque cada paso, cada proceso industrial/empresarial tiene influencia en un sinnúmero de personas dentro y fuera de las organizaciones”.

“De allí que la calidad, para que sea integral, debe cumplir con varias funciones: la técnica que se encarga del producto y/o servicio; la ambiental que protege el entorno natural y la laboral que vela por la buena salud ocupacional de los trabajadores”.

Si estos sistemas se engranan adecuadamente, explica la profesora Almeida, la empresa u organización será sustentable. Es decir, permanecerá en el tiempo y crecerá. “Las buenas prácticas son rentables no solo a nivel económico, sino social porque las instituciones que trabajan con ética tienen buena reputación y, por lo tanto, cuentan con el respaldo ciudadano”.

CULTURA DE CALIDAD

“La calidad integrada es una estrategia organizacional y, por lo tanto, es cultural”, asegura Marcia Almeida. Por eso,agrega, “debe ser una decisión al más alto nivel donde exista un compromiso real y no solo la premura por cumplir con un requisito”.

Sofía Ayala, rectora de la Universidad Tecnológica de León (México) una de las ponentes internacionales del Congreso, concuerda con la profesora Almeida y dice que “la calidad es una filosofía de vida donde todo confluye para alcanzar un bien común”.

“La calidad es macro y es micro. Es decir, va desde la concepción gerencial hasta la operación más elemental como atender una llamada telefónica”, enfatiza Sofía Ayala para quien “vivir la calidad en una empresa es una decisión más no una obligación”.

Para Leonel de la Roca, consultor experto de la Organización Internacional de Estándares (Inlac) de Guatemala y también conferencista del Encuentro, “la calidad es un estilo de vida. Lo que se busca es lo mejor de las personas, con los mejores procesos y las mejores intenciones para que el cliente quede satisfecho. No solo es entregar un producto sino, cómo lo entregamos y qué hicimos previamente”.

A criterio de Leonel de la Roca, la calidad va de la mano con la globalización “es la puerta de ingreso de cientos de productos nacionales a mercados internacionales”.

“Hoy, la competencia es feroz. Pero, no hay que temerle hay que enfrentarla ¿Cómo? Con calidad que implica ética y honestidad”, asevera.

“Trabajar con calidad es un convencimiento auténtico y certero que permea lo más íntimo de las personas y que se refleja en las organizaciones. Es trascendente, se enseña y se aprende. No es un papel colgado en la pared”.

En un juego de palabras, el experto guatemalteco dictamina: “la calidad no es ‘cumplimiento’. Es decir, “cumplo” y “miento”. Todo lo contrario: es actitud y más que nada, ejemplo.

EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD

Sin duda, “la calidad tiene que ver con la educación. Por eso, el papel de las universidades y de los institutos técnicos es fundamental para guiar y compartir conocimientos, para trabajar en equipo, para interactuar”, asegura Leonel de la Roca, consultor experto de la Organización Internacional de Estándares (Inlac) de Guatemala. “Es indispensable enfocarnos en el cliente y en sus requerimientos. Si pensamos de esa manera, encaminaremos adecuadamente la formación técnica. Caso contrario, vamos por caminos diferentes. Nos pasamos encerrados en el aula teorizando, mientras que, afuera, la gente demanda respuestas urgentes y concretas a sus necesidades”.

En cuanto a las certificaciones, Rubén García, secretario de Vinculación de la Universidad Tecnológica de León, dice que son importantes porque ayudan a estandarizar los procesos y por ende, a cuidar la calidad de los productos o servicios, en cualquier lugar del mundo.

En este campo, el docente explica que si bien su Universidad no otorga certificados, sí enseña cómo obtenerlos. “Cuando comprendemos cuán rentable es hacer bien las cosas, no queremos dar marcha atrás y eso es lo que queremos con nuestros estudiantes”.

García asegura que parte del trabajo de su centro de estudios apunta a “sensibilizar para vivir con calidad”.

Al finalizar el Encuentro, Marcia Almeida exhortó a un “apostolado por la calidad”. Es decir, “propagación y divulgación de la cultura de la calidad”.

Almeida anticipó que desde esta edición en adelante, el Congreso tendrá como slogan : “Los rostros de la calidad en la Andina”.

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