Los 12 cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) reunidos en la sede de la Mitad del Mundo rechazaron el Decreto Ejecutivo emitido el 9 de marzo pasado por el Gobierno de los EE.UU., que declara a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual” a la seguridad de su país y solicitaron al presidente Obama derogar el mencionado decreto.
En dos comunicados cuya lectura estuvo a cargo del canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa, el bloque regional de la UNASUR rechazó el decreto ejecutivo del gobierno del presidente de Estados Unidos Barack Obama, que sanciona a siete funcionarios venezolanos y que declara a la República Bolivariana como una “amenaza” para su seguridad nacional. Para los 12 cancilleres de Unasur aquello constituye “una amenaza injerencista a la soberanía y al principio de no intervención en los asuntos internos de otros».
Los 12 cancilleres de la UNASUR también solicitaron a Washington que “evalúe alternativas de diálogo” con Caracas y reafirmaron su compromiso con “la solución pacífica de las controversias y el principio de no intervención”, y pidieron que los gobiernos se abstengan de aplicar medidas coercitivas unilaterales que contravengan el derecho internacional.
Igualmente reiteraron el llamado al Gobierno de EE.UU. para que evalúe y ponga en práctica alternativas de diálogo con el Gobierno de Venezuela bajo los principios de respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Además, comprometieron el apoyo de la Secretaría General para facilitar el diálogo político con todas las fuerzas democráticas venezolanas, pues consideran que la situación interna debe ser resuelta por los mecanismos previstos en su Constitución. Por tanto, apoyarán las próximas elecciones parlamentarias “convencidos de la importancia del mantenimiento del orden constitucional, así como la democracia y la más plena vigencia de todos los derechos humanos.
Frente a la declaración dela UNASUR, la canciller venezolana Delcy Rodríguez señaló que su Gobierno está abierto al diálogo en un marco de respeto y anotó que es una contradicción que el país con el ejército más poderoso del mundo considere a otro como una amenaza.