
`Por: Teresita Mora
Comunicadora Social, Universidad del Azuay (Ecuador)
Buenas tardes con todos, para mí es un gusto estar aquí, agradeciendo de antemano con el Dr. Fernando Mora por tomarme en cuenta para que como lectora pueda compartir mi opinión sobre la novela La Niña de la Cabaña. Esta novela toca una de tantas realidades poco expuestas en nuestra sociedad, la violencia intrafamiliar y nuestro papel de protectores de los más inocentes, los niños. La novela a medida que se desarrolla va fortaleciendo su hilo conductor, deja muy claro los pasos de tiempos y su secuencia entre diálogos, sus personajes se sienten cercanos, familiares, se vuelve apasionante pues tiene además un tinte de suspenso, amor y lo que prevalece que es un enfoque sobre la justicia.
Creo importante también dar mi opinión como madre, pues en la novela el maltrato a la niña viene desde su progenitora aparte de ciertos personeros del ente judicial, así como también existen jueces y juezas buenos, probos, humanos que como dice la novela: “restablecen la única esperanza para estos niños y niñas desprotegidos y gravemente maltratados ” . Además de reflexionar en mi rol de madre como también de hija; el entender que muchas de nuestras acciones en momentos específicos de ira, presión y molestia frente a nuestros hijos son sin lugar a duda una réplica inconsciente de un patrón establecido y aprendido desde la infancia por cómo nos trataron nuestros padres. La mente de un niño guarda tanto lo bueno como lo malo para toda la vida y retumban en el corazón en su crecimiento. El hablar hoy en día del manejo de las emociones, de terapia, de sanación afectiva son temas que se van desarrollando y masificando en nuestros países. Que existen
padres o madres que no están aptos para custodiar a sus hijos, los hay!,, pero es un tema muy delicado y engorroso que los peritos en la materia como jueces, fiscales y demás son los encargados de trabajarlo y dar la mejor solución.
Como ciudadana aspiro que la trama tocada en la novela y que pone en descubierto el maltrato infantil grave y sus consecuencias, que no dejan de ser una realidad cambien la conciencia de la sociedad y de la justicia en el bien de niños y niñas. Que ya no existan víctimas infantiles inocentes.