Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva
En la época actual, se requiere, por la situación económica del país, de austeridad económica de las universidades, con el fin de cumplir la noble misión encomendada por el Estado, pero, priorizando los gastos.
Siendo lo académico lo esencial en las universidades, porque posibilita una educación científica y humanista, genera la excelencia académica y logra el prestigio de la institución de educación superior, es necesario centrarnos en lo académico, evaluando los resultados del desempeño de sus actores en las universidades.
Una universidad grande puede tener varios Vicerrectores, pero, las pequeñas y medianas pueden funcionar solo con uno, el Vicerrector Académico, o sin Vicerrectores, las pequeñas, porque tienen su rector y un Director General Académico. Las universidades no necesitan de cancilleres. Los cargos son para actuar con resultados, no hay lugar para figurar.
Asesores y consejeros, son necesarios, pero, para eso están los decanos, directores académicos y docentes principales. No hace falta contratar más asesores.
Las universidades tienen decanos y subdecanos, pero, si las facultades son pequeñas en cuanto al número de estudiantes, pueden funcionar solo con decanos. Si hay directores y coordinadores, se entiende también que se podría trabajar solo con directores.
Hay que priorizar en las universidades las tareas que constan en la Ley Orgánica de Educación Superior –LOES-, a saber: docencia y su gestión, investigación y vinculación con la colectividad. Estas tareas son las más importantes y hay que asignar las mismas a los docentes a tiempo completo, para evitar nuevas contrataciones para esta finalidad. Como ejemplos: un docente principal, a tiempo completo, puede acceder a las tareas de edición, vinculadas con la investigación, como editor universitario, con el fin de cumplir eficientemente con la publicación de libros académicos; otro docente principal, a tiempo completo, puede ser responsable de la Comisión de Cultura, tomando en cuenta sus horas de gestión.
Actualmente, es necesario que las universidades tengan sus propias editoriales, para editar libros académicos arbitrados por la universidad que publica, pero, estas tareas tienen como base la estructuración de una Comisión de Publicaciones. Las editoriales universitarias funcionarán cuando existan equipos de trabajo que logren generar recursos a las universidades y tengan el asesoramiento permanente de la Red de Editores y Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador –REUPDE-
En fin, en época de austeridad, deben surgir las ideas creativas e innovadoras de la comunidad educativa para el desarrollo de la universidad, optimizando sus tareas permanentes.