Aficionados y Profesionales

Por: Gustavo Eduardo Salgado E.
Astrofísico, Profesor de Física en al Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Central del Ecuador

Con mucho asombro leímos en las redes sociales este 30 de mayo, el comentario del profesor Theofilos Toulkeridis (Universidad de las Fuerzas Armadas), refiriéndose a una entrevista dada por el profesor Hugo Yepes (Escuela Politécnica Nacional), referida al triángulo de la vida.

En este comentario, Toulkeridis usa el término “aficionado” en connotación peyorativa por tres ocasiones. Aparte de la manera abyecta de debatir puntos de vista distintos y de difamar a un colega que tiene un sitial muy bien merecido en la comunidad científica, se lo trata de denigrar en el sentido de que no es profesional y que no es poseedor de un conocimiento válido.

Cabe resaltar que Yepes posee título de Geólogo, así como una maestría y doctorado en su especialidad (Sismología), obtenidas en universidades de mucho prestigio, ha recibido más de diez distinciones por su trabajo, tiene en su haber más de 100 publicaciones, muchas de ellas en revistas con referato, y tiene igual número de presentaciones en reuniones científicas.

Etimológicamente, aficionado es la persona que gusta de una cosa o tiene interés por ella, generalmente la practica por placer sin recibir dinero a cambio. En el caso de las ciencias, el conocimiento es tan basto y especializado, que para participar en las grandes ligas, es necesario tener estudios de pre y posgrado, poseer entrenamiento en investigación especializada y por sobre todo poseer el gusto por la investigación, como se dice vulgarmente: “para hacer poemas, hay que estar enamorado”.

Actualmente, muchas universidades incluyen en la evaluación de sus docentes las actividades divulgativas que realizan con la comunidad como elemento potenciador con miras de atraer a futuros científicos a sus respectivas áreas, es clave que un profesional tenga vínculos con los aficionados y realice actividad divulgativa. En el caso de la Astronomía es muy grato haberme encontrado con excelentes científicos quienes fueron (y siguen siendo) aficionados de corazón, ellos son excelentes divulgadores, por ende son muy buenos profesores, así como también son reconocidos investigadores, independiente de si su ámbito es la observación o la teoría.

Siempre es un gusto ver que las grandes instituciones científicas, cuentan con excelentes departamentos de divulgación y educación, además siempre existe una positiva colaboración entre profesionales y aficionados, ya que el número de astrónomos aficionados es cada vez más elevado, los grupos profesionales de investigación colaboran con sociedades de astrónomos aficionados en el desarrollo de programas científicos que producen resultados de alto impacto. Esto se debe no sólo a la capacidad de trabajo de estos aficionados sino a su preparación y el instrumental que poseen, muchos grupos de astrónomos aficionados poseen instrumentación de mejor calidad que la de varios países de la región.

Para potenciar la colaboración de estos aficionados entusiastas en proyectos de Astronomía profesional, las sociedades profesionales han desarrollado proyectos científicos donde tengan cabida la colaboración con astrónomos aficionados, también se han creado protocolos de comunicación entre ambas comunidades, estos proyectos en marcha tienen que ver con varias áreas de la Astronomía Observacional.

Mi interés particular por la Astronomía, nació al caer en mis manos, un folleto sobre el Programa Apolo que llevó el primer hombre a la Luna, creo que tendría unos seis años cuando quedé cautivado por las fotos de la Luna y de otros objetos celestes, desde entonces el gusto por la ciencia no me ha abandonado, sigo siendo un aficionado y un profesional con gran entusiasmo. Un caso interesante es de Gonzalo Alcaíno, arquitecto chileno y gran aficionado, quien al momento tiene 194 publicaciones en revistas de Astrofísica con referato, conozco a muchos profesionales que ya quisieran poseer un porcentaje de esas publicaciones en sus Currículum Vitae.

Los divulgadores científicos son muy importantes: Isaac Asimov, Carl Sagan, Bill Nye, Neil DeGrasse Tyson y ahora Stephen Hawking, resaltan por sus esfuerzos para esparcir el conocimiento, presentes en muchos medios han ganado respeto y popularidad. Este fin de semana volvió Beakman a las redes sociales, que junto con su simpática ayudante y el ratón de laboratorio Dexter, hicieron entendible y divertida la ciencia a miles de niños del mundo entero. En el Ecuador Quinto Pilar es una sociedad de divulgación científica cuyos aportes a la comunidad son dignos de elogio.

Un buen profesional debe ser un buen aficionado, no hay dicotomía en esta imbricación. En uno de sus libros, el físico argentino Mario Bunge indicaba: “quienes aman la ciencia, y pese a presiones del mercado y a todos los obstáculos que se presentan, aún la siguen queriendo, pues de ellos es el reino de los fotones”.

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