Ateneo de Cuenca del Ecuador

Por: Dr. Luis Rivadeneira Játiva

Cuenca es una ciudad de poetas, en la cual debería existir un ateneo. Esta idea constituye una aspiración de los cuencanos, toda vez que es conocida en el mundo como la “Atenas del Ecuador”. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año de 1999. Llamada Atenas de Ecuador no solo por su arquitectura sino por su aporte a las artes, ciencias y letras. Los escritores de Cuenca deben organizarse para constituir su ateneo.

Muchos intelectuales, poetas y escritores de Cuenca, en el pasado, pertenecieron al Ateneo de Lima, como es el caso de José Rafael Arízaga Machuca (Cuenca, 27 de octubre de 1825- 21 de noviembre de 1899), quien fue un abogado, literato y político.

El poeta Remigio Romero y Cordero (1895 – 1967) ascendió a la fama gracias a su admirable obra poética, que lo llevó a lograr uno de los mayores lauros: El ser coronado poeta en la Fiesta de la Poesía Quiteña de 1933.

El poeta César Dávila Andrade (1919 – 1967) publicó su primer libro de poemas en el año 1946 bajo el título de “Espacio, me has Vencido”. Es recordado por su obra: “Boletín y elegía de las mitas” (1959). Fundó el grupo literario Madrugada. Conocido como “El Fakir” tanto por su aspecto físico como por sus intereses sobre temas místicos. En Quito, encontró trabajo en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

El poeta Efraín Jara Idrovo, (1926), sobre su ciudad, dijo: “es como la palma de una mano donde transitan sus ríos como las líneas vitales y el Tomebamba es precisamente el surco de la vida: allí se asentaban los antiguos molinos y su cauce corta a una ciudad nueva, poblada de universitarios y una arquitectura prodigiosa”.

En Cuenca, de España, sus escritores y poetas ayudaron, en su momento, a la creación de su ateneo, que fue punto de referencia cultural de la historia local.

Así lo explicaba Francisco Paje, miembro de su junta directiva, quien manifestó: “lo bonito del Ateneo es que cada uno tenemos un punto de vista distinto y un motivo para habernos embarcado en esta aventura”.

En Cuenca del Ecuador, la noble tarea de constituir El Ateneo debe asumirla el escritor Eliécer Cárdenas (1950), quien se incorporó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua el día 30 de noviembre de 2016 y fue posesionado como cronista de la ciudad.