Autopista Cuenca-Santa Isabel

Por: Dr.  César Hermida B. | cesarh@plusnet.ec 

Quizás, quizás, quizás, como dice el bolero. Considerando la hilera de vehículos que diariamente van y vienen entre Cuenca y el Valle de Yunguilla particularmente los fines de semana, los estudios técnicos de acuerdo al número de los mismos, como acaba de decir la Ministra de Obras Públicas, deberían priorizarse la construcción de una autopista, o por lo menos una vía de cuatro carriles, entre estos dos importantes y cercanos destinos.

Que al fin tengamos una vía de concreto de dos carriles muy bien señalizada luego de decenios de abandono vial y de generaciones que partieron sin verla, es ciertamente una enorme satisfacción que se reconoce y nadie puede negarla. Pero eso no es todo, pues Cuenca y el Austro se merecen más (y no se habla de una autopista Cuenca-Machala porque es probable que ciertos mandos medios del nivel central, que por alguna razón no quieren a Cuenca, la propongan solamente entre Machala y Pasaje).

En el recorrido de una hora entre el hermoso Valle, en donde muchos cuencanos pasan su fin de semana disfrutando del paradisíaco clima y su atractivo ambiente, y la ciudad de Cuenca, hay numerosos atractivos turísticos, naturales e históricos. Pero existe un exagerado número de rompe velocidades (que el humor popular llama “policías acostados”) y que, aunque están prohibidos, se ven ahora acompañados de otros de sonoras gradillas que duplican el problema. Por esto y por las decenas de volquetas que acarrean graba y piedras para las construcciones morlacas que viven hoy una saludable fiebre, los límites de velocidad impuestos resultan casi risibles.

Si el Estado no atiende esta aspiración, la ciudad y la provincia, que nunca han esperado mucho de él, deberían pensar en ampliar la vía. No parece difícil pedirles prestado un pedazo de falda a los diversos cerros por donde pasa la misma y duplicar, por ejemplo con otros dos carriles, viniendo desde Tarqui por la orilla derecha del río. En fin las autoridades y los técnicos tienen la palabra, pero los cuencanos se merecen indiscutiblemente esta autopista.

Podría ser un premio consuelo porque Cuenca, con ser la Ciudad Universitaria, se ha quedado sin Yachac, la Ciudad del Conocimiento cerca de Ibarra, sin la Universidad de las Artes que estará en Guayaquil y sin la de Educación que se situará en Azogues. No es que esos proyectos estén acá y no allá, sino que Cuenca, por varias razones, sí se merece algunos otros.

Con autorización del autor: Tomado de El Tiempo, Edición 08-27-2012

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