China trabaja para defender la paz mundial

China, uno de los cuatro países con más antigua civilización en el mundo, tiene una historia registrada de más de cuatro mil años. En el pleno desarrollo de su sociedad feudal, los chinos crearon una civilización avanzada. Sin embargo, después de la revolución industrial en Occidente, China quedó relegada. En 1840, el Imperio Británico con sus buques y cañones desencadenó la Guerra del Opio, y obligo a China a abrir sus puertas por la fuerza de las armas. De allí en adelante, Francia, Rusia, Japón, Alemania, EE.UU. y otras potencias occidentales sucesivamente invadieron China, que perdió su soberanía casi por completo. Según cifras incompletas, sumaron 1175 los tratados desiguales que las potencias imperialistas impusieron a China desde 1840 hasta 1949. Durante más de un siglo, la historia diplomática de la Vieja China fue una sucesión de humillaciones.

En aras de la independencia del país, la liberación nacional y las libertades democráticas, el pueblo chino luchó heroicamente, avanzando en oleadas sucesivas. En 1921, fue fundado el Partido Comunista de China, bajo cuya dirección, el pueblo chino, tras cruenta lucha armada de 28 largos años, logró derrocar la dominación del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático y proclamó la República Popular China. Desde entonces, el pueblo chino se puso en pie y se convirtió en dueño de su propio destino, y se empezó a escribir nuevos capítulos de la diplomacia china.

Desde que fue instaurada la Nueva China, la diplomacia china tiene por objetivos fundamentales salvaguardar la independencia, la soberanía y la integridad territorial del país, defender la paz mundial y esforzarse por un ambiente internacional favorable a la construcción nacional. En aquel entonces, el campo socialista encabezado por la Unión Soviética y el imperialista encabezado por EE.UU., lejos de reconocer al Gobierno de la República Popular China, le impuso contención política, bloqueo económico y amenaza militar. Frente a tal situación, China declaró públicamente que se ponía del lado del campo socialista, haciendo hincapié en fortalecer la unidad con la Unión Soviética y los demás países socialistas y combatir con firmeza la política estadounidense de agresión y guerra. El programa Común de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, que desempeñó el papel de Constitución provisional en los primeros años de la República Popular, estatuyó: “Los principios de la política exterior de la República Popular China consisten en salvaguardar la independencia, la libertad y la integridad soberana y territorial del país, apoyar la paz duradera internacional y la cooperación amistosa entre todos los pueblos y oponerse a la política imperialista de agresión y guerra”.

Con la evolución de la situación, la Nueva Constitución elaborada en 1982 condensó en forma completa los principios fundamentales de la diplomacia china:”China, ateniéndose firmemente a su política exterior independiente y a los cinco principios de coexistencia pacífica –respeto mutuo a la soberanía y la integridad territorial, no agresión, no intervención en los asuntos internos de otro, igualdad y beneficio recíproco, y coexistencia pacífica -, desarrolla relaciones diplomáticas e intercambios económicos y culturales con los demás países; persiste en la lucha contra el imperialismo, el hegemonismo y el colonialismo, fortalece su unidad con los otros pueblos del mundo, apoya a las naciones oprimidas y a los países en vías de desarrollo en su justa lucha por la conquista y la salvaguardia de la independencia nacional y por el fomento de la economía nacional, y trabaja para defender la paz mundial y promover la causa del progreso de la humanidad”.

En más de 30 años desde entonces, se han operado importantes cambios tanto en la situación internacional como en la nacional y la política exterior de China también ha sido reajustada y desarrollada. En resumidas cuentas, se trata de la aplicación de la política exterior independiente y de paz, cuyos objetivos fundamentales radican en preservar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de China, impulsar los intercambios y la cooperación amistosos con los otros países, esforzarse por una atmósfera internacional favorable para la reforma, la apertura y la modernización, mantener la paz mundial y promover el desarrollo conjunto.

Es en ese marco que se desarrolla la Vista de Estado del Presidente Rafael Correa en China.

EcuadorUniversitario.Com

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