Ciencia como resultado de la cultura

Por: Marco Vinicio Vásquez Bernal

La ciencia es un proceso humano que responde a procesos, donde las culturas determinan las condiciones que las validan. Los paradigmas occidentales nos exigen un método riguroso donde los conocimientos, para ser aceptados como parte de la ciencia demandan basarse en el conocimiento existente y superar procesos demostrativos, consolidando cada paso en fundamentaciones aceptadas como verdades y conectadas con procesos lógicos.

En nuestro caso, damos mucha importancia a concepciones numéricas que surgen de mediciones “concretas”, asumiendo que todos los fenómenos son replicables, lo que siendo una exageración, limitan los avances de las ciencias, especialmente de aquellas conocidas como sociales.

Aduciendo buscar mayor comprensión, cada vez singularizamos, dividimos y subdividimos las áreas del saber, logrando una especialización que siendo cada vez más específica nos aleja de la realidad. Llegamos a pensar que cada ciencia es aislada y genera un conocimiento propio, distinto de las demás.

Las ciencias orientales dan más importancia a lo interior del hombre. Afirman que el equilibrio con el entorno surge del interior; ubican al ser humano como ser privilegiado y a la vez obligado a mantener el equilibrio.

Cabe aquí una pregunta, ¿que condiciones tiene la ciencia andina? Para responder esta pregunta, diremos que la misma demanda investigación y reflexión. La investigación también es parte de esa ciencia, por tanto sus procesos están limitados a una epistemología que no puede entender una ciencia que responde a una filosofía distinta.

Queda por tanto la reflexión para entender la filosofía andina, para reconstruir desde allí el paradigma inherente y así concebir conceptos de ciencia andina auténticos y veraces. Hablamos de una investigación que responda a objetivos de fondo y no se sujete a formatos ni procesos de forma.

En este sentido, todos los actores tenemos una deuda con la interculturalidad, el mismo concepto de interculturalidad ha sido manipulado a conveniencia, produciendo ambigüedad. Cada grupo ha intentado entender desde su orilla y ha propuesto su verdad unilateralmente, en muchos caso a “dado diciendo” lo que los otros deben explicar.

Es hora de responder a la historia como pueblo multicultural, respetando paradigmas y conocimientos construidos en diversas epistemologías, donde cada una es tan válida como la otra y la verdad absoluta no existe. Lo que importa es el bienestar del hombre como colectivo y como parte del universo.

El hombre en su condición de ente libre, construye el conocimiento que le permite entender su entorno y edificar su contexto social, su conciencia; y, la vigencia de sus derechos delimitarán los andariveles que han de permitir el desarrollo de su existencia. La ciencia, las tecnologías han de ser las herramientas que apoyen ese desarrollo.