¿Clitoristomía a las mujeres del incario?

Por: Dr. Pedro Reino Garcés
Cronista Oficial y Vitalicio de Ambato

Esta es una versión que ha pasado como una ráfaga por alguna página de la historia del incario. ¿Qué prácticas les hacían con el clítoris de las mujeres aborígenes vinculadas al imaginario del Tahuantinsuyo? ¿Qué investigaciones histórico-biológicas nos pueden dar alguna luz sobre este tabú relacionado con el placer y la integridad de la mujer? Aseguro que casi nada se ha dicho al respecto. Nuestros investigadores, seguramente estarán esperando que alguna universidad del exterior se preocupe por esta cuestión. También los antropólogos y los arqueólogos pueden tomar estos retos, conforme voy leyendo que, en la vecina Colombia, ya ha aparecido alguna bibliografía que nos va a respaldar el tema que ahora ofrezco a mis lectores.

Mis ex compañeros del Instituto Caro y Cuervo (Bogotá), donde realizamos estudios de Lingüística y Literatura, hace muchos años (1977), el peruano Francisco Carranza Romero y la Sur coreana Hyesun-Ko, ahora esposos, en su calidad de profesores universitarios en Seúl, son articulistas de una revista llamada “Asia y América”. Es allí donde he podido leer ahora que he tenido oportunidad de reencontralos en Perú, la publicación de autoría de Agustín Seguí (2008), titulada “Los Quipus Reales”. De este artículo leamos lo pertinente:

“El otro manuscrito peruano grande del archivo Miccinelli se titula Historia et rudimenta linguae piruanorum, (publicado en Laurencich / Animato 1995) y consta de varias partes, con la intervención de al menos siete manos. Una de las más antiguas, no anterior a 1588 ni posterior a 1616, está escrita en Latín y lleva la firma de JAC (identificado por los investigadores napolitanos como el coadjutor jesuita Juan Antonio Cumis, 1537 Catanzaro – 1618 Lima. Otra parte mucho más tardía (31-7-1637), cifrada con signos mayormente numéricos, aparece firmada por JAO (identificado por los autores antedichos como Juan Anello Oliva), al igual que una tercera, también cifrada, del 25-4-1638. Historia et rudimenta reitera las tres tesis fundamentales de Exsul inmeritus. Cumis, que quizás no haya conocido nunca personalmente a Valera, dice en la primera parte haber obtenido de un curaca (que sí había tratado a Valera) sus informaciones sobre los quipus con escritura silábica. En la segunda de las partes antedichas, Oliva dice haber obtenido sus conocimientos sobre los quipus reales de un quipucamayoc, el cual le explicó el quipu real que el jesuita había encontrado en una huaca y le dijo que entre los incas había existido la clitoristomía; el mismo manuscrito incluye la interpretación (no matemática sino como texto) del famoso ábaco de la Primer Nueva Crónica. La tercera parte mencionada, también de Oliva, incluye el dibujo firmado por Valera de un quipu silábico completo, y cuenta la vida de Valera, señalando que este murió en Alcalá de Henares en 1619 y sin dejar de mencionar que se conocieron en 1611 en Santa Cruz de la Sierra y trabajaron juntos en la confección de la Nueva Crónica; Oliva dice, además, estar en posesión de la copia original de esta obra…”

Aclaremos algunos puntos de esta historia: A) Estamos hablando de documentos encontrados en Italia, debido a que los jesuitas, expulsados de las colonias hispanas en varios momentos de la historia, fueron a dar con sus huesos y sus manuscritos no solo en Italia, sino por algunos lados de Europa en donde pueden reposar datos perdidos. B) Se recalca que los quipus no solo fueron sistema numérico o contable, como hemos aprendido por la historia. Se sabe que los sacerdotes enseñaban el Padre Nuestro a los entendidos en quipus, y que ellos al tomar indistintamente una parte anudada del quipu, daban con frases o con sílabas que quienes sabían quipus coincidían en interpretarlas. C) El fragmento transcrito hace alusión a Valera, personaje clave del articulista Agustín Seguí. Se trata de Blas Valera, que en la revista en referencia se anota: “El autor de la famosísima obra El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno de 1615 no es el indio Felipe Guamán Poma de Ayala sino el mestizo Valera”. Dejemos la historia de este personaje interesante para centrarnos en la propuesta de la clitoristomía.

El diccionario de la Real Academia no trae la palabra antedicha, pero la necesidad de los estudiosos la emplean para referirse a la ablación o mutilación del “Clítoris.- Anatomía, pequeño órgano eréctil situado en la parte superior de la vulva”. ¿Por qué, para qué y a qué mujeres?, caben como preguntas que trataremos de enfocar. Por estas interrogantes sigue una investigación, con 12 objetivos específicos, realizada en Risaralda, Colombia, titulado “EL PROYECTO EMBERA WERA: Una experiencia de cambio cultural para la eliminación de la ablación genital femenina y la promoción de los derechos de mujeres Embera de los municipios de Mistrató y Pueblo Rico del departamento de Risaralda”.El trabajo es de autoría de Juanita Henao y Claudia Pineda, Bogotá, 2010.

La ablación genital femenina

Se dice en el texto investigado en Colombia, que en 2008, según la Organización Mundial de la Salud, “entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres en el mundo habían sido objeto de ablación o mutilación genital femenina (AGF) y que anualmente cerca de 3 millones estaban en riesgo de sufrirla”. Parecería que esos “problemas” solo están por África, Oriente Medio y Asia. Las investigadoras dicen que en el Caribe y en América son poco estudiadas y conocidas estas prácticas que se realizan sobre todo en la infancia, por motivos que no son médicos, sino más bien culturales. Es una práctica paralela a la circuncisión masculina que remueve el prepucio. “La circuncisión masculina reafirma la hombría con su estatus social superior y sus asociaciones con la virilidad, mientras que uno de los propósitos de la AGF (en las mujeres) es reforzar el rol de género pasivo de las niñas y las mujeres confinándolas socialmente y restringiendo sus deseos sexuales…”

Si se considera como información valedera estas prácticas en el incario ¿Tendrán que ver con el comentario que en la investigación colombiana copiamos a continuación?. ¿Se aplicaría a las ñustas dinásticas? “En estas sociedades, la AGF se considera necesaria para que las niñas puedan crecer y desarrollarse adecuadamente y para prepararlas para la vida adulta y el matrimonio (Yoder et al., 1999; Ahmadu, 2000; Hernlund, 2003; Dellenborg, 2004). De hecho, en algunas culturas constituye uno de los ritos de iniciación a la vida adulta que conecta a las mujeres con las tradiciones culturales y los valores familiares de las generaciones pasadas y presentes y que permite su ingreso al mundo secreto e íntimo de las mujeres, a través del cual las niñas y adolescentes reciben reconocimiento público y otras recompensas (fiestas, regalos, etc). En consecuencia, la AGF es una dimensión significativa de la identidad de género de las mujeres, a quienes imprime un sentimiento de orgullo y un sentido de pertenencia comunitaria. También se ha encontrado que en algunas culturas existe la creencia de que los hombres se casarán solamente con mujeres que hayan sido sometidas a la práctica, en la medida en que hace de ellas “buenas esposas”… Adicionalmente, algunas investigaciones han reportado que la AGF también tiene una connotación estética y de higiene, pues se cree que hace que las niñas sean “limpias” y “bellas” y, en el caso de la infibulación, otorga suavidad a los genitales femeninos, lo que también tiene un valor estético. Igualmente, la AGF es considerada un mecanismo para remover rasgos de masculinidad, como el clítoris, al mismo tiempo que algunas mujeres creen que aumenta el placer sexual de los hombres (Talle, 1993; Ahmadu, 2000; Johansen, 2007)”.

Las culturas que practican estas circuncisiones lo hacen desde la perspectiva cultural de la “purificación”, que en algunos casos está ligada a las religiones, y en otros a una pura conducta del sometimiento y sentido de objeto en el que se ha tenido a la mujer. En el incario, los jefes dinásticos tenían el privilegio de la poligamia, ¿habría una diferencia entre las esposas y las concubinas, conforme se mira en las tumbas en donde se enterraban a los señores acompañados de mujeres? Si los estudios están hechos en culturas colombianas como de los “emberas”, se entiende que no solo fueron prácticas del incario. Otro enfoque interesante está ligado a la discusión desde la perspectiva de inter y transculturalidad, puesto que cambiar “valores” para sacar a los pueblos de sus mitos, de acuerdo a los avances de criterios de ciencia y salud, así como a reivindicaciones del feminismo, no es tan sencillo.

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