
Cuando Margaret Keenan, de 91 años, recibió en el Reino Unido, el 8 de diciembre de 2020, la primera vacuna contra Covid 19, se inició el programa masivo de vacunación en el mundo. Han transcurrido 200 días desde entonces y el Reino Unido solamente ha logrado vacunar al 48% de su población. Israel logró, entre el 9 de enero y el 16 de marzo, inmunizar al 50% de su población, o sea, fueron 75 días para alcanzar el 50% y ya son 163 días y apenas ha alcanzado el 60%.
Ecuador, desde el 17 de febrero de 2021 al 24 de mayo, en 96 días, logró aplicar la inmunización completa al 2,9% de la población. Desde entonces, en 32 días se ha avanzado un 4,4% extra hasta alcanzar el 7,3%. A partir del 28 de junio quedan 66 días para llegar al 70% lo que significa avanzar al 1,06% de la población por día, lo cual, apreciando el ritmo que hemos visto, resulta imposible.
Es evidente el empeño del actual gobierno y resulta obvio que el padrón electoral debía ser el instrumento básico para identificar a los ciudadanos, controlar el proceso de vacunación y establecerlo según un patrón geográfico. Así lo había manifestado yo en múltiples ocasiones, desde septiembre de 2020 y es bueno que el gobierno actual haya tenido el mismo pensamiento. También es correcto, como ya se empezó a hacer desde el anterior gobierno, que sea la población más vulnerable, por edad, por enfermedades severas o por riesgo de exposición, como trabajadores de la salud, fuerza pública, bomberos y personal de limpieza, la que reciba con prioridad la vacuna. Es igualmente apropiado que se haya diseñado un sistema de vacunación por orden descendente de edad. Sin embargo, empezamos a notar ausentismo y muchos centros de vacunación han tenido que cerrar para consolidarlos en centros más grandes.
El ausentismo es preocupante y debería motivar al gobierno a cambiar la estrategia para abrir la vacunación a todos los grupos etarios o al menos ampliar el rango de edades por cada período de inmunización. Al momento no hay escasez de vacunas, de hecho, hay una adecuada reserva y en julio vienen más lotes. No puede ser que por la desidia, el desdén o la irresponsabilidad de ciudadanos que tienen la oportunidad de vacunarse y no lo hacen, otros ciudadanos más jóvenes que ansían vacunarse, no lo puedan hacer. Ya es hora de vacunar a todo aquel que quiera hacerlo