He visto muy tristes y enojados a algunos estudiantes en la universidad. También a varios exalumnos que comienzan a incendiar las redes. Es que no les falta razón. Reclaman por la decisión del CES de vaciar a un fondo para becas. Ciertamente, jóvenes de limitados recursos económicos ya no podrán estudiar en universidades privadas. Duro golpe para estos estudiantes, debido a la señalada medida de reducir a 0% un fondo que tenía como fuente el IVA y que servía para financiar sus becas. El resultado es dramático. Se cambia los proyectos de vida de jóvenes que tenían una oportunidad de estudiar y así romper el círculo de la pobreza. Una persona con más estudios tiene mayores oportunidades de trabajo y mejor remuneración. Ahora, sin educación, ellos y sus familias tendrán que seguir siendo pobres. Pero, alguna gente se pregunta: ¿por qué estos estudiantes no van a las universidades públicas que son gratuitas? La respuesta es porque dichos centros de estudio están saturados, no tienen cupos, que sí existen en las privadas, aunque en algunas carreras no llenan la gran demanda nacional, es el caso de Medicina.
De todas maneras, las becas algo ayudan a solventar el problema. Otro factor que explica la importancia de las becas para estudiar en universidades privadas es que, estas entidades, en algunas áreas del conocimiento, son las únicas en el país que ofertan esos estudios. Ejemplo, la formación de historiador, solo la PUCE de Quito tiene esa carrera desde hace 40 años. Con esta medida jóvenes de muchos colegios públicos han podido formarse como historiadores. Sin las becas, ser historiador será un privilegio de las clases acomodadas. Así, el limitado acceso al conocimiento profundizará las ya grandes brechas sociales que existen en el país. Entonces, el mencionado fondo, concebido desde un Estado de derechos, justicia y equidad, tenía la finalidad de generar una sociedad más justa y un conocimiento con mayor actoría de sectores que siempre carecieron de voz y posibilidades de desarrollar su inteligencia.