Para hablar del Amor y la Amistad, es preciso elevar nuestro espíritu. Ponerlo en mayúsculas para destacar dos de los aspectos más trascendentes de la existencia. ¿Qué sería de la vida sin amores, sin amigos? Con vacíos emocionales profundos e insondables. Pretendo que estas breves líneas sirvan para agasajar en este día especial, a todos los lectores que tienen la gentileza de visitar esta columna, para encontrarnos y compartir temas de algún interés que motiven el mejoramiento humano.
En realidad son palabras mayores, porque el Amor trasciende, todo cuanto de magnífico hay en nuestra mente. En nuestros sentimientos. Es generador de emociones y frustraciones, pues lo uno y lo otro, forman parte de esta aventura de vivir. De nosotros depende que el amor pueda nacer, crecer, desarrollarse y transmutarse.
El amor y el amar, no están dirigidos únicamente a los seres humanos. Hay muchas otras formas de bienquerencia. Podemos querer a nuestros hermanos menores, como llamaba el Santo de Asís a los animales. ¡Cuánto amor somos capaces de compartir con perros, gatos, aves, caballos, delfines, en fin…! Así también con los árboles, plantas, flores. Amar a Dios, al prójimo, a los niños y ancianos. Amar la patria, la libertad y la justicia.
Recuerdo el abrazo intenso que un adulto mayor prodigaba a un árbol. Emocionado al observar la escena, pregunté por el motivo de este gesto y me dijo: Este árbol es mi amigo, me regaló el año pasado un hermoso y delicioso mango, por eso, cada que puedo, vengo a expresarle mi agradecimiento. En nuestro hogar, la cuna del amor, es en donde más debemos entregar estos sentimientos. Hacerlo cada día, es lo saludable, porque cada día necesitamos del abrazo, de la palabra, del gesto que exprese la inenarrable ternura que fluye de nuestra apasionada interioridad.
Los problemas de relaciones humanas nos abruman, cuando se pierde la conexión con este noble sentimiento. Cuando dejamos de tratarnos con la necesaria cordialidad y respeto. El amor es todo eso y más. Va íntimamente ligado a la Amistad, en una conjugación de solidaridad, bondad y hermandad. Hay quienes piensan en la amistad solo como una “alianza estratégica” para conseguir beneficios. En el amor ocurre algo parecido, casarse por el interés de la dote. Amigos o parejas, buscando posiciones para figuración social, por dinero o poder. Pero eso no dura; pues, por jugar con la amistad y el amor, ocurre lo peor. Se transforma es un tormento sin fin.
El amor puro y sincero, como un descubrimiento poético, posee un encantamiento poderoso. Para vivir el amor, es preciso amar. Cuando el amor vive en nosotros, podemos considerarnos seres magníficos y, la amistad, es un tesoro invaluable. Bien decía mi recordada abuelita Hermelinda: “Amigos, poquitos, pero benditos”..Que sean muy felices siempre..!!
En nombre y en representación de www.EcuadorUniversitario.Com les deseo un ¡Feliz Día del Amor y la Amistad!
Fernando Naranjo-Villacís