La Revolución liberal, fue un movimiento revolucionario en contra de los gobiernos de carácter conservador, e impulsado por varias facciones insurgentes lideradas por Eloy Alfaro Delgado. La revolución tiene como fecha inicial el 5 de junio de 1895 en Guayaquil cuando Eloy Alfaro fue proclamado como Jefe Supremo. Posteriormente Alfaro fue nominado Presidente Constitucional del Ecuador.
La revolución es considerada uno de los episodios más importantes de la historia ecuatoriana, debido a su impacto en la política y en la sociedad. Entre los principales aspectos de esta revolución está la implantación del laicismo en el Ecuador, con lo cual la Iglesia y el Estado fueron formalmente separados. Otras áreas donde hubo cambios significativos respecto al estado que imparten desde la Colonia, se enfocaron en permitir la libertad de culto, la confiscación de los bienes eclesiásticos, la abolición del catolicismo como religión estatal, la enseñanza laica y el divorcio.
La Revolución Liberal, que triunfó el 5 de Junio de 1895, dejó un legado de igualdad de género, educación gratuita y laica.
Esta fecha histórica honra la memoria de Eloy Alfaro y de todos aquellos que combatieron y dieron su vida por el triunfo de la Revolución Liberal hace ya 121 años.
La Constitución Alfarista estableció la libertad de cultos, proclamó la igualdad ciudadana ante la ley y derogó la pena de muerte, entre otras cosas fundamentales.
En 1897 se proclamó el laicismo en la educación, mediante la Ley de Instrucción Pública que puso la enseñanza bajo el control del Estado. Tres años más tarde se creó el Registro Civil y en 1902 se expidió la Ley de Matrimonio Civil, norma que incluyó la legalización de los divorcios.
El 22 de diciembre de 1906, en Quito, se expidió la XII Constitución que estableció la separación de la Iglesia y el Estado, esta Carta Magna fue denominada “atea” por parte de los conservadores, quienes no entendían el cambio de época que vivía el mundo en ese tiempo.
La Revolución Liberal de 5 de junio de 1895 no solo originó las “montoneras”, entendidas como guerrillas populares, provenientes de sectores sociales excluidos, en favor de la causa liberal; también perpetuó obras y decisiones políticas de indudable proyección nacional que han sobrevivido al tiempo:
. Separación definitiva del Estado de la Iglesia
. Educación pública laica, gratuita y obligatoria
. Libertad de los indios
. Abolición del Concordato
. Secularización eclesiástica
. Ejército fuerte y bien remunerado
. Ferrocarril al Pacífico
. Crear conciencia al libre pensamiento y a la tolerancia
. Libertad, la igualdad y fraternidad.
Eloy Alfaro Delgado, el padre del ferrocarril que unió al país hace más de un siglo, debe permanecer intacto en la mente de las nuevas generaciones de la Patria.
La vida de Eloy Alfaro, como pocas entre nosotros, es fecunda en grandes bienes para el Ecuador.
Espíritu soñador, se agita incansable por la realización de los grandes ideales. No se contenta con buscar un orden, una armonía relativa.
Comprensor de lo que es un Estado, sus deberes, sus garantías; comprensor, asimismo, del alma del mundo en su época y atento a las voces de los pueblos que piden luz, siempre luz para su inteligencia y su espíritu, se propone una renovación desde los cimientos para levantar sobre ellos una democracia de igualdad, fraternidad y libertad, la tríade de los Enciclopedistas que enrumba a la humanidad por el camino de honor de la vida.
Obra vertical, nueva, trascendete es la suya: liberta a la conciencia de los yugos del dogmatismo, reconoce el imperio de la razón, deslinda los campos de la Religión y la Patria.
En el plano educacional garantiza la libertad de conciencia del educando, intensifica su acción y la encausa por el camino de la técncia.
Bajo otro aspecto, Alfaro sabe que el auge de un pueblo es fruto de un estrecho maridaje de civilización y cultura,y no descuida ninguno de estos aspectos integrantes de la compleja vida del Estado.
Es un comprensor de las necesidades del momento y un vidente de las necesidades del futuro. Caminos, carreteras, ferrocarriles, no solo los considera arterias para la revitalizacion del organismo nacioal, sino también como lazos de unión para mantener palpitante, una e indivisible el alma del pueblo ecuatoriano. Por eso las construye.
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