El desarrollo de la economía china ofrece varias oportunidades

Por: Wilson Zapata Bustamante

Al comenzar la segunda mitad del siglo XX, la ciencia y la tecnología tomaron gran vuelo en el plano internacional y la economía mundial entró en un periodo de desarrollo impetuoso y sin precedentes. Las relaciones económicas y comerciales entre los diversos países y regiones fueron estrechándose cada vez más, fue profundizándose la interrelación de los intereses económicos, y los países grandes se dedicaron a competir por el poderío integral nacional basado en la economía y con la ciencia y la tecnología como fuerza motriz y pusieron en un lugar primordial la vigorización económica y la búsqueda de una posición económica internacional más favorable. En las postrimerías de la década del 70, China empezó su política de reforma y apertura.

En los últimos treinta años, la economía china creció de modo sostenido y a un ritmo veloz, ubicándose en el sexto puesto mundial.

China es el mayor país en desarrollo con una población que supera los 1.300 millones de habitantes. La economía china, con un crecimiento sostenido, ha consolidado notoriamente el poderío integral de la nación. En los últimos 62 años el Producto Interno Bruto creció a una tasa promedio de 8.1%. El volumen total de la economía se multiplicó en 77 veces, ocupando actualmente el tercer lugar a nivel mundial. En el 2008 el Producto Interno Bruto alcanzó 4.4 billones de dólares y la cifra per cápita es de 3,315 dólares.

El país pobre y atrasado de inicios del siglo pasado se ha consolidado como una nación estable, fuerte, sólida y unida que continúa avanzando en su indetenible proceso de crecimiento económico y social.

En el 2008 la producción de granos llegó a 529 millones de toneladas, ocupando el primer lugar del mundo en producción de granos. China ha creado el milagro de haber conseguido alimentar a 22 % de la población mundial con solo un 7% de las tierras cultivadas del mundo.

China está transitando de una sociedad agrícola a una industrializada, surgiendo como una emergente potencia industrial. Como resultado, no solo ha solucionado el problema de carencia de los indispensables productos cotidianos, sino también se ha convertido paulatinamente en una potencia de manufacturación mundial. La producción de televisores, neveras, cámaras fotográficas, lavadoras, computadoras, celulares, aparatos de aire acondicionado y otros electrodomésticos se ha multiplicado de manera impetuosa. La estructura industrial ha pasado de una con ramas básicas a otra con todas las ramas, de una dominada por la industria ligera a otra caracterizada por el desarrollo simultáneo tanto de la ligera como de la pesada.

En el transcurso de los últimos 67 años, la ciencia y la tecnología de punta han logrado un desarrollo fuerte. Los chinos han inventado y fabricado la bomba atómica, satélites artificiales, cohetes, y cumplido el sueño de larga data de navegar por el espacio exterior en la nave tripulada. A las 17:37 del 28 de septiembre de 2008, el módulo de retorno de la astronave Shenzhou VII aterrizó con éxito, después de dos días de navegación espacial. A las 18:23, los tres astronautas chino -Zhai Zhigang, Liu Boeing y Ping Haipeng- salieron de la cápsula, como triunfante colofón del viaje, otorgándole a China el privilegio de ser el tercer país, después de EE.UU. y Rusia, en contar con la tecnología que permite a sus taiconautas realizar paseos por el espacio.

A más de estos logros científicos, la industria informática china ha despegado. La ingeniería biológica, genética, medicina y otros sectores clave han realizado grandes saltos.

En este mismo lapso, la población urbana y rural se ha librado de la pobreza extrema con resolución del problema básico de alimentación y vestido, encaminándose hacia una vida modestamente acomodada.(Según estadísticas chinas, en la última década más de 250 millones de chinos han salido de la pobreza absoluta). La vida del pueblo ha tenido un cambio radical, cuyo nivel y calidad se han elevado de manera notable tanto en lo material como en lo cultural. Por ejemplo, en los años 60 y 70 del siglo pasado, el pueblo chino aspiraba a poseer cuatro tesoros: bicicleta, reloj de pulsera, máquina de coser y aparato de radio, y hacia los 80 y 90, otros cuatro tesoros: televisor, lavadora, aparato de video y nevera. Después de entrar en el nuevo siglo, los chinos han comenzado a adquirir computadoras, autos particulares y viviendas. Viajar como turistas al exterior ya no es una ilusión. En una palabra, el pueblo chino está disfrutando de una vida de mejor calidad.

La reforma interna que lleva a cabo China está desde el comienzo mismo ligada con la apertura hacia el exterior. La globalización económica entrelaza los intereses de todos los países, facilita la circulación global de los factores de producción y hace a los países interdependientes en su proceso de desarrollo. La audacia de la participación china en la cooperación y la competencia internacionales en lo económico y tecnológico ha hecho posible que China consiga fondos, tecnologías avanzadas, experiencias de administración y talentos que de otra manera, como país aislado, le hubiera sido imposible lograr. La participación en la globalización económica de acuerdo con el propósito de buscar el bien y conjurar el mal y el principio de independencia, contribuye a integrar el desarrollo de China con la vigorización económica regional, con los intereses comunes de los otros pueblos y con la causa de la paz y el desarrollo de la humanidad.

Con el veloz desarrollo de su economía y la incesante expansión de la magnitud de su mercado, China aumenta cada día su contribución al crecimiento de la economía mundial. El aumento de las importaciones chinas representa más de la tercera parte del volumen del aumento mundial, y es aún mayor su aporte al aumento del comercio mundial.

Persistiendo en el concepto científico de desarrollo, China otorgará mayor importancia a la coordinación entre los mercados nacional e internacional y participará en mayor magnitud, en una esfera más amplia y a niveles más elevados en la competencia y la cooperación internacionales en lo económico y tecnológico. Al mismo tiempo, seguirá considerando la expansión de la demanda interna como el punto de apoyo fundamental y como una orientación estratégica de largo alcance en el desarrollo económico, y existe inmenso espacio para esta expansión. Además perfeccionará sin cesar la política de consumo y mejorará el ambiente de consumo, a fin de crear nuevos focos de aumento de consumo. Extenderá de continuo la cooperación con el extranjero en ciencia y tecnología, en cultura y educación y será paulatinamente uno de los países que desarrollen con mayor rapidez el turismo en el mundo. Todo esto empujará con energía el aumento del comercio de servicios en el mundo.

Los hechos han demostrado y seguirán comprobando que el desarrollo pacífico de China no constituye amenaza para ningún país, sino que ofrece oportunidades nada fáciles de conseguir. La “teoría de la amenaza de China”, con la que gente con “anteojos de color” especuló algún tiempo, está siendo sustituida por la “teoría de las oportunidades ofrecidas por China”.

Extendiendo la vista hacia el futuro, estamos llenos de confianza en el porvenir de China y de América Latina y el Caribe. China será para siempre una fuerza de paz internacional, nunca procurará hegemonía ni esferas de influencia, y jamás será una superpotencia. El pueblo chino, junto a nuestros países de AL y las economías emergentes de Rusia, India, Brasil y Sudáfrica, marcharán adelante, unidos de las manos, en defensa de la paz mundial y en aras de la promoción del desarrollo conjunto.

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