Por: Marco Vinicio Vásquez Bernal
Docente-investigador de la UNAE
El llamado al dialogo del Presidente de la Republica evidencia un afán de superar los obstáculos para construir el país que aspiramos. Hace tiempo pedíamos eso, qué bueno que estas acciones se concreten. El estadista debe ser mucho más que un político, debe pensar en su país más que en su grupo y debe entender que como Líder Nacional debe responder por los intereses de todos, incluso los intereses de aquellos que piensan distinto.
Qué bueno también que el llamado ha merecido respuestas positivas y se han establecido los espacios de concertación entre personajes públicos de distintas ideologías, esto evidencia madurez política y el afán de que en las relaciones públicas prime los requerimientos sociales y el afán de lograr bienestar colectivo.
Esas voces que hacen bulla e intentan distorsionar el mensaje, actúan con el desatino que surge del rencor y claro, vaticinan protervos fines de tras de la convocatoria. Quizá responden a su lógica y a su forma de ver la política, es más tienen todo el derecho de opinar siempre que se alineen al respeto.
Los convocados somos todos y no hay límites en el temario, entonces lo lógico es aprovechar el espacio para plantear lo que estimemos es necesario para el bienestar de nuestra sociedad, que el gobernante escuche es una práctica positiva que debe caracterizar las sociedades democráticas, evidencia madures y responsabilidad social.
La política siempre ha de ser el espacio donde el diálogo permita los consensos y genere bienestar de los ciudadanos, esa imagen de la política utilizada para construir grupos que legitimen robos con jueces corruptos o que festinen los cargos públicos en beneficio propio debe superarse por el bien de los ciudadanos y del país.
Es preciso que el accionar público se construya sobre la buena fe de los ciudadanos, donde la confianza ha de fundamentar las relaciones entre gobernantes y gobernados, donde todos seamos capaces de construir mensajes claros para luego buscar los espacios y los medios efectivos para proponerlos y defenderlos. Las diferencias ideológicas no deben convertirse en diferencias que categoricen y separen a las personas, simplemente deberán generar distintos puntos de vista sobre un mismo tópico, teniendo claro que las diferencias siempre podrán ser superadas con el dialogo racional y franco.
Nuestro país necesita de todos, el futuro nos conglomera a actuar en función de un norte común, las energías que se disipan en las confrontaciones muy bien podrían ser aprovechadas para apoyar esos senderos de desarrollo que necesitamos. Es preciso recordar que el accionar colectivo en cooperación, tolerancia y respeto produce resultados que responden a requerimientos sociales y benefician a la sociedad.
Por ultimo como seres humanos, es preferible el confiar y que nos defrauden a no confiar y perder la oportunidad de ser parte de esas acciones que nos engrandezcan como pueblo. Aceptando por supuesto que nadie es dueño de la verdad.