Oí una vez que alguien clasificaba así a otro:
– Es un hombre incompatible con el éxito.
No le había tratado. Lo decía solo por el aspecto físico. Y hay, en efecto, ciertos tipos que, físicamente, parecen incompatibles con el éxito. Y otros que, por sus tipos, sin saber de ellos nada más, parecen destinados a triunfar en la vida. Esta diferencia existe, y para los tipos “éxito” todo será seguramente mucho más fácil.
Y aparte el tipo, existen determinados propósitos cuyo cumplimiento puede condicionar el éxito. Un conocido hombre de empresa, dueño de un poderoso imperio industrial, asegura que debe su éxito al cumplimiento sin concesiones de siete principios y que este cumplimiento le ha abierto las puertas de muchas oportunidades. Y, por si con ello puede facilitar el camino a otros, los explica así:
1.- Aprovecharse a sí mismo
Casi nadie emplea más de un 25 por ciento de su capacidad de trabajo y de pensamiento original. Si uno aprovecha todas sus capacidades, quedará asombrado de los resultados.
2.- Vencer cualquier resistencia
Si se persevera y se insiste sin desfallecer, durante todo el tiempo que sea necesario, siempre se vencerá cualquier resistencia, venga de donde viniere. Siempre es el más débil el que, a la larga, sucumbe. Y lo que importa es conseguir que el más débil sea el otro, el que se resiste a acceder a cualquier deseo o pretensión nuestros.
3. Nuca ir a ciegas
Primero hay que saber qué es lo que realmente se desea, y luego , “a alcanzarlo! Siempre está más cerca de lo que parece.
4.- Idea de servicio
Hay que servir al público. Hay que encontrar una actividad que satisfaga una necesidad pública. Cuantas más personas resulten beneficiadas, mayor será también nuestra recompensa. Que nuestro beneficio sea siempre algo que nos pagan los demás por el beneficio que les proporcionamos a ellos.
5. La cooperación
Raramente se triunfa en la vida sin ayuda de otros. Obtener la ayuda de esas otras personas es indispensable. Y saber elegirlas bien, no sea que el tiempo que su trato nos exige sea tiempo perdido.
6. Evitar las distracciones
Para alcanzar el éxito, se necesita un esfuerzo total. Las distracciones no añaden nada y roban mucho tiempo. Esto se refiere, desde luego, a las distracciones durante el trabajo o el estudio.
7. El pensamiento se convierte en obra
Una fórmula segura, cuando se quiere conseguir algo, es pensar siempre en ello. Con esta tenacidad mental todo pensamiento, tarde o temprano, se convierte en obra.
El que no esté seguro de que todo esto sea verdad, puede hacer una cosa: probarlo. Ajustar su vida de trabajo y estudio a los siete principios. Y al hacer examen de los resultados después de un tiempo, quizá cambie de opinión.
(Tomado de la Enciclopedia “Antología de Maravillas y curiosidades) de Noel Clarasó.