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El mundo a borde del Armagedón

Por: Rodolfo Bueno 

En 1897 se fundó en Basilea la Organización Sionista Mundial, liderada por Theodor Herzl, su propósito, el retorno de los judíos a Israel. El 2 de noviembre de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, cuando Palestina era parte del Imperio otomano, el Gobierno británico publicó la Declaración Balfour, mediante la cual el Reino Unido apoyaba el objetivo sionista de establecer en tierras palestinas el hogar nacional de los judíos. Cuando en 1947 expiraba el Mandato Británico de Palestina, el Reino Unido acudió a la ONU, que emitió la Resolución 181, que dividía la región en dos Estados: uno árabe y otro judío, al que le dió el 54% del territorio. A Jerusalén le asignó el estatus de “corpus separatum” bajo un régimen internacional la ONU. Este plan fue aceptado por los judíos y rechazado por los palestinos. El 14 de mayo de 1948, cuando Inglaterra abandonó Palestina, David Ben Gurión, declaró la independencia del Estado de Israel. Ese mismo año, Israel ganó la guerra contra los árabes de la zona y ocupó el 77% del territorio de Palestina.

La Liga Árabe acordó el 28 de mayo de 1964, la creación de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP; su idea central, la formación del Estado Palestino. Al año siguiente, la Asamblea General de la ONU otorgó a la OLP la condición de observadora en la Asamblea. Yaser Arafat, premio Nobel de la Paz, fue el líder de la OLP. Son palabras suyas: “Vengo con el fusil del combatiente de la libertad en una mano y la rama de olivo en la otra. No dejen que la rama de olivo caiga de mi mano”.

El 4 de mayo de 1994, Yasser Arafat y el primer ministro israelí Isaac Rabin firmaron el Acuerdo de El Cairo. Posteriormente, ambos líderes fueron asesinados por los enemigos de la paz.

Actualmente, Palestina comprende los territorios separados de Cisjordania y la Franja de Gaza, que limita con Egipto y tiene salida al Mediterráneo. Hamás es una organización yihadista, nacionalista e islamista que rechaza negociar con Israel, cuya existencia no reconoce, y le enfrenta en acciones bélicas. Su objetivo original, definido en su carta fundacional, fue el establecimiento de un Estado islámico en la región histórica de Palestina. Hamás se presentó a las elecciones generales palestinas de 2006 y obtuvo la mayoría absoluta, lo que le otorgó la potestad de formar el gobierno liderado por Ismail Haniye. En 2007 las organizaciones armadas leales a Hamás en la Franja de Gaza terminaron por expulsar del territorio a los partidarios de Fatah y se hicieron con el control total de la Franja.

La creación de Hamás es interesante. El 4 de enero de 2009, el ABC Internacional informó: “Israel financió, directa e indirectamente, entre la década de los 60 y mediados de los 80, a la organización con la intención de convertirla en un contrapeso político de la OLP de Yaser Arafat”. El periodista Richard Sale, basado en documentos del Instituto Internacional de Políticas Anti Terroristas del Estado judío, escribe: “La ayuda de Israel a Hamás fue un intento claro de dividir y diluir el apoyo a una OLP fuerte y laica oponiéndole una alternativa religiosa”. Según Arafat: “Hamás es una criatura de Israel, y en el tiempo del primer ministro Isaac Shamir le dio dinero y más de 700 instituciones entre colegios, universidades, mezquitas… Incluso, Isaac Rabin lo terminó admitiendo cuando le aclaré de ello en presencia del presidente egipcio Hosni Mubarak”.

Con estos antecedentes no es raro que lo que ahora está pasando no sea más que una provocación montada con el objetivo de eliminar a los palestinos de la Franja de Gaza y anexar estos territorios a Israel. Eso explicaría la “ceguera” de los servicios secretos de Occidente, que se “enteraron” de lo que pasaba cuando Mohammed Deif, jefe del ala militar de Hamás, al anunciar el inicio de la operación militar contra Israel, dijo: Es el día de la gran revolución” e instó a los árabes a unirse a los ataques. Explicaría también por qué Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, prometió utilizar todo el poder de la Fuerza de Defensa de Israel, FDI, para destruir a Hamás y convertir Gaza en una ciudad en ruinas. Las FDI operarán con toda fuerza en todas partes. Ganaremos esta guerra, pero el precio será demasiado alto.

Respecto a este problema en el mundo hay varias posiciones. Ebrahim Raisi, presidente iraní, declaró: El régimen sionista y sus partidarios son responsables de poner en peligro la seguridad de las naciones de la región y deben rendir cuentas por ello. Alí Akbar Velayatí, asesor del ayatolá Alí Hoseiní Jameneí, expresó: Esta operación victoriosa ciertamente acelerará el colapso del régimen sionista y promete su inminente aniquilación. Los parlamentarios iraníes se levantaron de sus bancas y entonaron las consignas: Palestina es victoriosa, Israel será destruido” Muerte a Israel. Algo semejante piensan en Afganistán, Kuwait, Siria, Irak y Paquistán.

Mahmoud Abbás, presidente de Palestina, reafirmó “el derecho del pueblo palestino a defenderse contra el terrorismo de los colonos y las fuerzas de ocupación” y ordenó que “se proporcione todo lo necesario para fortalecer la firmeza de los palestinos frente a los crímenes cometidos por la ocupación israelí y las bandas de colonos”.

La Cancillería de Arabia Saudita comunicó: El reino ha advertido repetidamente sobre las amenazas de la explosión de la situación como resultado de la ocupación continúa, así como por privar al pueblo palestino de sus derechos legítimos”. Y pidió a la comunidad internacional activar un proceso de paz serio que conduzca a una solución de dos Estados. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Catar expresó: “Es urgente la necesidad de que la comunidad internacional obligue a Israel a cesar sus flagrantes violaciones del derecho internacional, a acatar las resoluciones de legitimidad internacional y respetar los derechos históricos del pueblo palestino.

Lula da Silva, presidente de Brasil, pidió reactivar de inmediato las negociaciones entre Palestina e Israel, para resolver el conflicto mediante la existencia de un Estado palestino económicamente viable y en convivencia pacífica con su vecino, dentro de fronteras seguras para ambas partes. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, coincide con la postura de Lula.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, recordó que durante su discurso en Naciones Unidas aseveró que el poder mundial trata con doble rasero conflictos como el de Ucrania y la ocupación israelí de Palestina. “Mis votos van porque se instaure un diálogo de paz donde se reconozca de manera integral el Estado palestino”.

El Gobierno de Nicaragua llamó a la Comunidad Internacional a contribuir a detener esta nueva masacre de Hermanos. De manera semejante se expresó el gobierno de Bolivia. En cambio, Ecuador, Chile y otros países de América Latina condenaron los ataques a Israel, manifestaron su solidaridad con las familias de las víctimas y rechazaron todo acto de violencia. En particular, Alberto van Klaveren, Canciller de Chile, condenó el uso de la fuerza contra civiles y pidió a todas las partes implicadas cesar lo ataques, palabras que Israel calificó de desafortunadas.

El Presidente Biden dijo que EEUU respalda a Israel y apoya plenamente el derecho de ese país a la legítima defensa. De manera semejante se manifestaron casi todos los gobiernos de la UE, Canadá, India, Ucrania y Georgia.

Egipto y Turquía advirtieron que la escalada de tensiones entre Israel y Palestina representa una amenaza para la región y exhortaron a los dos países a ejercer la máxima moderación y no poner en peligro a los civiles.

China expresó su profunda preocupación por la actual intensificación de las tensiones y la violencia entre Palestina e Israel, hizo un llamado para que todas las partes mantengan la calma, cesen el fuego de inmediato, protejan a los civiles e impidan un mayor deterioro de la situación” y recalcó que la salida fundamental para acabar con el conflicto palestino-israelí es aplicar la solución de los dos Estados’ y establecer un Estado palestino independiente.

María Zajárova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, dijo: “Nuestra postura principal y coherente de que este conflicto, que dura ya 75 años, no tiene solución por la fuerza y solo puede ser resuelto por medios diplomáticos, mediante el establecimiento de un proceso de negociaciones de pleno formato, sobre la base conocida del derecho internacional que estipula la creación del Estado palestino independiente en las fronteras del año 1967, con Jerusalén Este como su capital, que viva en paz y seguridad con Israel.

La ocupación de Palestina por Israel, la política israelí de confiscación de tierras palestinas, los asentamientos ilegales y la discriminación generalizada contra los palestinos, que causan un sufrimiento inhumano en una población a la que Israel ha despojado de todos sus derechos desde su fundación en 1948, y el silencio cómplice de las potencias de Occidente son las causas del actual conflicto. Así las cosas, solo queda rezar para que no se dé un Armagedón, que no deje títere con cabeza.

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