El pasaporte sanitario: el nuevo requisito en la era Covid

 

En el pasado mes de marzo, el Parlamento Europeo decidió acelerar por votación, la implementación del Digital Green Certificate o Certificado Verde Digital de la Unión Europea, que otorgará la libre circulación por Europa. Aunque los viajes por el antiguo continente en esta época de pandemia se han priorizado en orden esencial, con este nuevo pasaporte verde se podrá reactivar el turismo sin poner en riesgo la salud pública el continente. Se ha previsto su implementación para finales del mes de junio, es decir, para el verano.

Los países europeos como España, Italia y Grecia son los países que más han impulsado su creación, puesto que son alternativas para fomentar el turismo, aunque países como Alemania mantiene sus reservas frente a esta nueva medida. Básicamente este salvoconducto no es más que un certificado de vacunación y prueba negativa del Coronavirus.

Aunque es tan odioso comparar, en nuestros países, en esta era Covid, se han tejido todo suerte de “informaciones” que pululan en las redes, y nadie está exento de creer religiosamente lo que allí se dice o se lee. Ese tráfico de información trae consigo oportunistas de oficio, prestidigitadores que vaticinan el fin del comienzo del siglo, otros aseguran que todo es producto de la industria farmacéutica, aunque seamos claros, son los más beneficiados. En la gran mayoría de los países latinoamericanos, con algunas excepciones como Chile, la vacunación se ha convertido en un Galimatías, no solo por el mal manejo que han tenido algunos mandatarios, también por las medidas laxas frente a los controles para la prevención del virus.

El caso de México que ha sido el país latinoamericano con mayor tasa de mortalidad a cuenta del virus, y con un manejo dudoso de la pandemia, hay que agregarle la dependencia de su vecino del norte, donde las solicitudes de subsidio por desempleo llegaron a 26 millones. Cabe destacar que los países de la región mejor posicionados para enfrentar la crisis son aquellos que cuentan con una deuda relativamente baja con respecto al PIB (Nora Lusting). Después de México, le siguen Brasil y Argentina.

Pero volvamos al asunto del pasaporte y los países del viejo continente, y despejado el panorama de la primera mortandad de la población de adultos mayores en Europa, y a un año de la pandemia, es conveniente señalar que este salvoconducto pueda ser una condición que todos los países en el tiempo próximo lo asuman para poder reactivar en gran forma la economía y por ende el turismo como debería suceder en los países centroamericanos como República Dominicana, por mencionar solo uno.

En cuanto a los países que han tenido una resiliencia al Covid-19 han sido Nueva Zelanda con una puntuación de 85.4, Japón con 85, Taiwán con 82.9, Corea del Sur 82.3 y Finlandia con 82 (fuente: Bloomberg). Es necesario comentar que todos los países, excepto China, proyectan caídas o crecimiento cero del PIB. Nueva Zelanda, por ejemplo, tomó medidas expeditas ante los primeros casos del Covid y cerró sus fronteras para evitar y controlar la importación de casos, este país prácticamente ha recuperado una normalidad importante dentro de sus fronteras.

De tal manera que estos controles han permitido recuperar y mantener varias actividades sociales en comparación con otras regiones del mundo. Los países asiáticos cuentan con un alto índice de desarrollo humano y un relevante acceso sanitario. Otro tanto han hecho Finlandia y Noruega que cerraron rápidamente sus fronteras en marzo de 2020 y hasta la fecha perduran las restricciones para ingresar a estos países, de tal menara que se está librando la batalla de la segunda ola que estremece a buena parte de Europa continental.

El Certificado Verde Digital supone un efecto en el regreso de los viajes, así el 91% de los viajeros internacionales se podrán sentir más cómodos. Esperemos que en los países latinoamericanos se pueda establecer esta norma y que se priorice la sanidad por encima de la economía y el turismo, aunque en algunos países este sea su mayor fuente de ingreso, como en República Dominicana. Buena parte de estas medidas las deben acatar las aerolíneas. Un hecho particular sorprende, en un viaje entre ese país y Colombia, con dos horas y veinte minutos de duración del vuelo, contrasta y sorprende que la aerolínea Wingo venda alimentos a los viajeros mientras esa misma aerolínea recuerda que no se debe retirar la mascarilla en ningún momento por seguridad propia y la de los demás pasajeros. Como ha dicho James Gallagher: “la pandemia nos ha enseñado que el problema de un país es el problema de todos”.