El primer año de la UNAE

Por: Marco Vinicio Vásquez Bernal

La Universidad Nacional de Educación, UNAE, ha cumplido un año de actividad regular oficial, periodo no muy significativo en tiempo, pero que sí amerita un reconocimiento por la labor que viene desarrollando. Actualmente centenas de alumnos se forman en la parroquia Javier Loyola del cantón Azogues –sede de la UNAE- para ser los maestros del mañana. Catedráticos de distintas geografías del mundo que comparten su amor por la investigación en la didáctica y la pedagogía de los saberes, han confluido a este sector de la patria para construir los procesos que han de incidir en la educación en nuestro país.

Su impacto se vive ya en nuestras escuelitas, cuando a través de la práctica, los estudiantes de la UNAE, se adueñan de las problemáticas del quehacer pedagógico de esas instituciones y buscan la forma de presentar soluciones que respetando la realidad circunstancial, satisfagan los requerimientos, intentando así generar bienestar en niñas y niños de nuestra provincia y, por supuesto, también en los maestros que saben que el ser humano capaz siempre puede aprender algo.

La educación es efectiva únicamente si parte del amor; la generación de conocimiento es trascendente cuando responde a la realidad; y, la verdadera libertad surge del ejercicio pleno del razonamiento, por tanto los conceptos de ciudadanía están ligados a los procesos de enseñanza aprendizaje.

La educación para formar al ciudadano democrático, ha de desarrollarse en democracia, permitiendo que todos construyan el saber, olvidando aquello de que los saberes constituyen un privilegio que termina jerarquizando la sociedad y generando esa inequidad que se justificaba en el criterio de que los conocimientos son privilegio de unos pocos superdotados.

La UNAE, está dando los pasos para formar a ese hombre de espíritu libre que mañana critique, proponga y construya sus propios derroteros. Vemos cómo sus publicaciones sistematizan y difunden prácticas exitosas de las aulas de Ecuador; sus proyectos de investigación están diseñados para brindar respuestas contextualizadas que expliquen lo que diferencia a una práctica educativa exitosa. Sus propuestas académicas surgen del conocimiento ancestral y de las problemáticas sociales vigentes, buscando que las formaciones futuras no se limiten a entender lo planteado por estudiosos, más bien planteen lo que han de responder los estudiosos.

La UNAE, es una universidad nacional, y en un año ha dado con éxito los primeros pasos para establecerse en una geografía tan rica en cultura y tan olvidada por la educación tradicional como Lago Agrio en la amazonia ecuatoriana, donde se trabaja en programas de formación continua y profesionalización.

La Misión de la UNAE está enunciada como la de: Contribuir a la formación de talento humano del sistema educativo para la construcción de una sociedad justa equitativa, libre y democrática generando modelos educativos de excelencia caracterizados por rigor científico, enfoque de derechos y de interculturalidad.

Este proyecto universitario, cuya sede está en la parroquia Javier Loyola del cantón Azogues, nos proyecta como origen del nuevo pensamiento educativo nacional. Es un proyecto a largo plazo que exige compromiso y acción consensuada de todos los ecuatorianos, y particularmente de las ciudadanas y ciudadanos de la provincia de Cañar.

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